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La filosofía de la ciencia de Einstein puede servir para resolver el problema de Uber

“Ningún problema puede ser resuelto con el mismo nivel de conciencia con que se creó”. Eso lo dijo Einstein (y sí, lo dijo, si no me creen pregúntenle a Banesh Hoffman que compiló el primer libro (legítimo) de citas del gran genio alemán/suizo/gringo).

Esa cita nos sirve para comprender cómo el problema de Uber (y de Airbnb, y de carros autónomos, y de cualquier otra cosa que se escape a nuestro conocimiento del universo actual) no se va a poder resolver con la legislación, conocimiento y manera de pensar el transporte como lo hemos hecho antes. El problema fundamental por el que Uber no funciona es porque la legislación existente y las categorizaciones de modos de transporte actuales hacen imposible que el servicio de transporte llamado Uber (o cualquiera que se asemeje, desde Cabify hasta wheels) quepa cómodamente ahí.

Adaptando lo que dice Einstein, para resolver el tema de Uber necesitamos un nuevo nivel de conciencia. Es decir, necesitamos sentarnos a discutir los temas, evaluar los nuevos paradigmas y comprender que debemos generar una nueva forma de definir y regular el transporte que aún no existe.

Es un camino difícil y lleno de incertidumbres, pero así fue que se resolvieron gran parte de los problemas de la humanidad, desde cómo cocinar presas de búfalo hasta cómo quitar enfermedades: podríamos hacer una larga lista de problemas históricos de la humanidad (incluso algunos que alcanzaron dimensiones continentales como la peste bubónica) y nos daríamos cuenta que gran parte de estos problemas se resolvieron con observación detallada del fenómeno, comprensión de los factores que lo generaron y soluciones a partir de nuevas formas de pensamiento y, a veces, experimentación. La Historia se resume en esos pasos.

La aplicación de esto a Uber pareciera fácil pero no lo es: no podemos salir a la calle y mirar a carros de placa blanca pasar por ahí y luego ver taxis pasarlos al lado y encontrar la solución. Tampoco voy a aventurarme a una solución de cafetín indicando La Gran Solución a Uber. Se deben hacer estudios, evaluar experiencias (sirve México, Francia, Brasil para ejemplos buenos y malos de regulación de Uber), buscar en otros sectores cómo se solucionaron problemas similares, y ver cómo se pueden mejorar las condiciones de definición de servicios, de comprensión regulatoria y, en últimas, mejorar las condiciones de transporte para todos.

Para eso tenemos que estar todos de acuerdo en que hay un problema, que las soluciones actuales no nos van a servir para solucionarlo, y que hay que tener un diálogo abierto y profundo con todos los actores para llegar a una solución. Esconder la cabeza en un hueco como las avestruces no es la solución, y tenemos que encontrar una respuesta a este problema porque los carros blancos no se van a desaparecer con prohibiciones o nuevas normas partiendo de supuestos añejos.

Es asesor senior en la alianza Numo y fundador de Despacio.org. Estudió psicología y planeación. Sus áreas de intéres son transporte, tecnología, desarrollo urbano y cambio climático.