Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Es inaudito y atenta contra la naturaleza misma del hombre que a través de acciones judiciales se intente cortarles las alas a los periodistas encargados de cumplir esa doble misión; informarnos y generarnos una acción de sanación metal a través de la risa.

Reír es una actitud mental de sanación, un ejercicio que trae beneficios a todo el organismo, eso dice muchos especialistas. Y la sátira es una composición burlesca, principalmente realizada para criticar los vicios de la política y los gobernantes; se concatenan para un mismo fin; generar bienestar.
Para los naturalistas la risa nació mucho antes de nuestra formación humana, sostienen que los animales también baten las mandíbulas entre ellos para mostrar su alegría o enojo. Quizás la sátira despuntó desde el mismo momento en el que la comunicación humana comenzó su articulación con señas y movimientos, para satirizar al mal cazador o para reírse de las excentricidades del jefe de la tribu.
Por eso es inaudito y atenta contra la naturaleza misma del hombre que a través de acciones judiciales se intente cortarles las alas a los periodistas encargados de cumplir esa doble misión; informarnos y generarnos una acción de sanación metal a través de la risa.
Con la campaña política en pleno furor, primero la emprendieron contra Daniel Samper Ospina, un periodista que tiene como misión mostrarnos la realidad política-administrativa de una manera distinta; que con su aguda visión puede adentrarse por el agujero donde otras plumas no llegan, y narrarnos en forma de coloquio familiar muchos de los movimientos que se dan en ese ambiente de tinieblas pavorosas que dominan las cavernas.
Ahora la piedra la lanzan contra Julio César González, un publicista-periodista con cara de bonachón a quien pocos conocen por ese nombre, su seudónimo es Matador. El mismo que se ha paseado con su pincel humorístico por los principales medios impresos del país, y hoy desde El Tiempo nos mata de la risa con cada trazo que realiza de la vida colombiana y las noticias internacionales, en especial de los quehaceres de personajes políticos.
El pecado de Matador fue crear un dulce, tierno e ingenuo cerdito para caricaturizar al candidato a la presidencia escogido por Él. La pincelada del artista se ha robado la admiración y las risas de muchos, y hasta traspasó fronteras, pero parece ser que en Él y en varias falanges sectarias de esa colectividad no cayó bien esa caricatura.
Por la mencionada obra, un ciudadano de nombre José Luis Reyes Villamizar, quien dice ser simpatizante del Centro Democrático, metió una tutela al considerar que el caricaturista Julio César González, ‘Matador’, y EL Tiempo están violando sus derechos al buen nombre, a la libertad de conciencia y a la libertad de elegir, además de considerarla ofensiva. Le solicitó al juez que emitiera una orden para que tanto ‘Matador’ como el diario ofrecieran disculpas públicas.
Lo más paradójico de esta caricaturesca demanda es que en varias oportunidades miembros del Centro Democrático, la misma colectividad del demandante, han tomado trabajos de Matador, le alteran los textos, buscando torcer el mensaje del caricaturista, y luego los ponen a rodar una y mil veces por las redes; una false news.
Para la FLIP, Fundación para la libertad de prensa, es preocupante que se emprendan este tipo de acciones en contra de caricaturistas, ya que la sátira, la crítica y la parodia son ejercicios legítimos de la libertad de expresión. Sostiene que una decisión judicial de censurar a Matador, sería una afrenta grave contra su derecho fundamental a opinar.
Ay mama Iné… Y yo que pensaba que todos los negros teníamos derecho a reírnos y a tomar café. Que no nos pase con el periodismo satírico como al coronel cuando abrió el tarro del café y comprobó que no había más de una cucharadita. Qué no nos toque retirar la olla de la risa del fogón para echar gran parte del agua humorística al piso de tierra. Con razón algunos afirman que en este país hay gente tan seria que mató a Jaime Garzón.