luis_fernando_trejos_portada01092019.jpeg

El 2018 presentó luces y sombras con respecto a la confrontación armada y la construcción de paz en el Caribe colombiano. En esta región se evidenció una paradoja. 

El 2018 presentó luces y sombras con respecto a la confrontación armada y la construcción de paz en el Caribe colombiano. En esta región se evidenció una paradoja. 

En los tres sistemas montañosos que fueron epicentro del conflicto armado, ubicados en el norte (Montes de María, Sierra Nevada y Serranía del Perija) la construcción de paz avanza satisfactoriamente con la consolidación de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reintegración (ETCR Pondores y Tierra Grata), la ausencia de disidencias, grupos rearmados, cultivos ilícitos, la formulación de Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial y el avance del turismo (especialmente ecológico).

Por su parte, en los sures del caribe (Cesar, Bolívar y Córdoba), la violencia armada se mantuvo y adquirió nuevas dinámicas. En estas zonas, la presencia permanente de actores armados (ELN en Cesar y Bolívar y Clan del Golfo, Caparrapos, disidencias y rearmados en Córdoba), podría explicarse desde las siguientes 3 hipótesis:

Estos territorios hacen parte de subregiones altamente conflictivas, como lo son el Catatumbo en el caso del Sur del Cesar, el Magdalena Medio con el Sur de Bolívar y Urabá y el Bajo Cauca en lo referido al sur de córdoba.

Presencia de rentas ilícitas, especialmente áreas de siembra y procesamiento de clorhidrato de cocaína.

Marcada debilidad institucional, que se verifica en los altos niveles de Necesidades Básicas Insatisfechas, especialmente en las zonas rurales.

En los casos de los sures del Cesar y Bolívar, las dinámicas de la confrontación armada han sido ELN-Fuerza Pública, ELN-infraestructura vial y energética.

En cuanto al Sur de  Córdoba, en los Municipios de Tierralta, Valencia, Montelibano, Puerto Libertador y San José de Ure, la criminalidad es disputada por el Clan del Golfo, Los Caparrapos, disidencias y rearmados. Todos compiten por el control de las zonas de cultivos de coca y procesamiento de clorhidrato de cocaína, así como las rutas que van desde los laboratorios o cocinas, hasta los puntos de exportación ubicados en los municipios de Canalete, Los Córdobas, Moñitos y Puerto Escondido.

En este sentido, es importante resaltar que el Sur de Córdoba es geográficamente estratégico porque sirve como corredor de movilidad entre la Costa Caribe, el Bajo Cauca, el Norte de Antioquia y Urabá (antioqueño y chocoano), teniendo como nodo central el Parque Nacional Nudo de Paramillo. El control territorial de este parque natural resulta importante por la extensa red de conexiones terrestres y fluviales que ofrece, entre otras cosas porque conecta zonas de cultivos y centros de producción y acopio de clorhidrato de cocaína, con rutas de transporte y puntos de exportación. 

En el Sur de Córdoba, el conflicto se ha escalado no solo por la ausencia de un actor armado hegemonico que controle y regule los mercados ilegales, sino también por la presión que viene ejerciendo la operación policivo-militar Agamenón II en Úraba, en la zona de retaguardia del Clan del Golfo, obligandolo a trasladar gran parte de sus operaciones al Sur de Córdoba, lo que ha producido importantes efectos humanitarios, como desplazamientos forzados y el asesinato de 8 lideres sociales (de los 17 asesinados en el caribe colombiano durante 2018). 

En el 2019, el avance de la Fuerza Pública en Úraba, podría hacer que la conflictividad de traslade del Sur de Córdoba hasta los municipios costeros de Sucre. En el caso del ELN, la no reanudación de la mesa de negociación presagiaria un aumento de acciones armadas en los sures de Cesar y Bolívar.

Es profesor en la Universidad del Norte. Se doctoró en estudios americanos con mención en estudios internacionales en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile. Sus áreas de interés son negociaciones de paz, conflicto armado y seguridad ciudadana.