Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
En cuanto a la policía, hay que decir que está haciendo un gran esfuerzo, pero es insuficiente, pese a algunos resultados, sobre todo en reacción, estamos mal en inteligencia, hay que fortalecer el aparato de investigación, no es solo pie de fuerza en la calles, es saber cómo están organizadas las bandas y como operan, se necesita articular un plan integral de seguridad.
Por: Jacobo Solano C.*
Valledupar vive una ola de violencia e inseguridad sin precedentes, varios casos de atracos a establecimientos comerciales, raponeo callejero y atentados con víctimas fatales, han alterado la tranquilidad y tienen a los ciudadanos desesperados y al alcalde, Augusto Ramírez en su primera gran crisis. Es cierto que algunos índices, como el homicidio, habían mejorado, hasta llegar a 23 días sin asesinatos en Valledupar; pero la realidad hay que aceptarla y no es un tema de percepción, la ciudad está azotada por el hampa, por diferentes circunstancias: el desempleo, la llegada de delincuentes procedentes de Venezuela, el caos con las motos y las bandas criminales con sus ollas de microtráfico. A pesar de que el alcalde está asumiendo el tema con determinación y lo vemos muy preocupado visitando barrios y coordinando temas con las autoridades, su secretaria de Gobierno, Sandra Cujia, se nota timorata y desconectada de la situación, parece que no supiera que hacer, es hora de que asuma su responsabilidad y muestre liderazgo para lograr resultados tangibles. Lo acabamos de ver en Bogotá con la intervención del Bronx, el alcalde Peñalosa se puso los pantalones y desmanteló el infierno en que se había convertido el sector; no pueden haber territorios vedados para la autoridad, todos sabemos dónde están las ollas, La Macarena es un ejemplo, en la margen derecha en el río Guatapurí; el barrio la Nevada necesita un grupo elite especial que se encargue de analizar y proveer resultados en el sector; los barrios: 450 años, Populandia, Dangond y Villa Taxi, también necesitan ser mirados con lupa para bien de la gente buena que los habita; al igual que un plan centro que involucre a los comerciantes, organizar una red de cooperantes que se articule con la Policía Nacional, con sistemas de alerta eficaces, más cámaras que resultan ser claves y un programa ambicioso de recompensas para que la gente del común se atreva a denunciar y, además, pensar en un plan noche que salvaguarde la ciudad. Sacar el ejército a los barrios, es una buena medida, aunque no sea la gran solución. En cuanto a la policía, hay que decir que está haciendo un gran esfuerzo, pero es insuficiente, pese a algunos resultados, sobre todo en reacción, estamos mal en inteligencia, hay que fortalecer el aparato de investigación, no es solo pie de fuerza en la calles, es saber cómo están organizadas las bandas y como operan, se necesita articular un plan integral de seguridad, liderado por el alcalde y las demás autoridades, apoyado por la ciudadanía; el gobierno nacional no puede hacerse el de la vista gorda, necesitamos que se involucre en esta cruzada por recuperar Valledupar, más cuando se avecina el postconflicto y los guerrilleros que dejen las armas pueden ser generadores de más inseguridad, como ocurrió con la desmovilización de los paramilitares quienes en su mayoría llegaron a delinquir a las ciudades. El miedo se ha generalizado, lo que juega a favor de los delincuentes, por eso el título de la columna, debemos comenzar a trabajar interiormente ese miedo, para poder enfrentarlo y unidos, sacar nuestra ciudad adelante, un solo frente común que recupere la calma.
@JACOBOSOLANOC