Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Esta proclama fue leída a varias voces en el acto de lanzamiento del capítulo Cartagena – Bolívar del movimiento Defendamos la Paz, el viernes 30 de agosto de 2019 en el Atrio de la Iglesia de San Pedro Claver
Defendamos la Paz es un movimiento ciudadano diverso, amplio y plural, mediante el cual buscamos entretejer y elevar millones de voces en defensa de la implementación íntegra y efectiva del Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno de Colombia y la FARC, y en defensa del diálogo sostenido con los otros grupos armados que aún tiñen de violencia tantos territorios de nuestro país, hasta que dichas conversaciones den el fruto que todas y todos esperamos.
Para seguir avanzando en la construcción de paz en el marco del posacuerdo, creemos que es esencial la activación y la movilización de la ciudadanía en torno a la defensa de tres elementos centrales.
Primero, el cumplimiento de los compromisos del Gobierno Nacional y las demás ramas del Estado para garantizar – de manera clara y transparente – la completa y efectiva implementación del Acuerdo de Paz, empezando por una ágil y segura reincorporación de las y los excombatientes a la vida civil, pasando por la Reforma Rural Integral y el replanteamiento de la lucha contra las drogas ilícitas, y prestando especial atención a que se garantice el adecuado funcionamiento del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición – integrado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, la Comisión de la Verdad, y la Jurisdicción Especial para la Paz.
Segundo, el cumplimiento – por parte del Congreso de la República y las demás ramas del poder público – del compromiso adquirido con las víctimas y las organizaciones sociales de los 16 territorios más afectados por el conflicto y el abandono, para crear igual número de Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz que permitan llevar al centro de la deliberación política las necesidades y las aspiraciones más sentidas, y hasta hoy inclementemente acalladas, de sus comunidades.
Tercero, el cumplimiento del compromiso del Estado colombiano – y especialmente del Gobierno Nacional – de garantizar la vida y la tranquilidad de las lideresas y líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos, protectores del medio ambiente, gestores de la restitución de tierras, aspirantes a cargos públicos de elección popular, y excombatientes, a lo largo y ancho de toda Colombia.
No descansaremos ni un solo instante en nuestra defensa – desde el derecho irrevocable a la movilización ciudadana – del cumplimiento de estos compromisos, que en conjunto representan el núcleo vital de las posibilidades concretas que tenemos las colombianas y los colombianos para avanzar en la construcción y la materialización efectiva de una paz estable y duradera.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y en Bolívar, que nuestra movilización está fundamentada, no en la desesperanza sino en la esperanza. La profunda esperanza de un horizonte viable y realizable de construcción de paz que emerge de lo más profundo del corazón de nuestras comunidades y territorios; un horizonte de construcción de paz que al elevar nuestras miradas – y a medida que vayamos removiendo los tozudos obstáculos que se interponen frente a esa justa visión – se deja ver como un horizonte que podemos alcanzar con nuestras manos.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y Bolívar, que la defensa de la paz no tiene bandera partidista ni color ideológico; nos congrega, nos une y nos protege un abrazo colectivo, desde el corazón del valor cívico, y lejos de cualquier extremo. No seremos instrumentos de la polarización, ni seremos instrumentalizados por quienes polarizan en busca de poder.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y Bolívar, que nos reconocemos como una ciudadanía que posee la riqueza más grande del universo: nuestra diversidad. Somos afro, somos indígenas, somos comunidades campesinas, somos mujeres, hombres, jóvenes, urbanos, rurales, homosexuales, heterosexuales, trans, empresarios, trabajadores, comerciantes, activistas, periodistas, estudiantes, profesores. Todas y todos somos defensores de la paz.
Convocamos a toda la sociedad cartagenera y bolivarense, a que trascendamos las lejanías – especialmente la aciaga distancia de la indiferencia que trágicamente ha marcado nuestras historias entrecruzadas. Ante los tristes y sombríos aullidos de los vientos que hoy por hoy anuncian nuevamente tempestades, interpondremos nuestra valiente y valiosa – insoslayable, incansable, ineluctable – defensa de la paz.
¡Defendamos la Paz, Bolívar y Cartagena!