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El director de la ONG Foro Costa Atlántica, Diógenes Rosero, analiza la ‘renunciatón’ de aspirantes a las regionales 2019
Para evitar inhabilitarse y aspirar en las regionales del año entrante, hace unos días se presentó una cascada de renuncias en el sector público.
Eso incluyó las de varios congresistas del país, incluyendo uno del Caribe: el representante a la Cámara por Bolívar de Cambio Radical, Hernando ‘Picho’ Padauí, quien le dijo a La Silla Caribe hace unas semanas que aspirará a la Gobernación de ese departamento.
Frente a la posibilidad de una renovación local por parte de fuerzas alternativas, los grupos tradicionales se reacomodan e implementan todas las estrategias que tengan que tomar, como la renuncia de Padauí, un político que ha tenido relación con cuestionadas casa políticas de Bolívar, que ha estado involucrado en escándalos en la región y que, como lo señaló La Caribe, es un símbolo de la forma tradicional de hacer la política.
Aunque no son nuevas, este tipo de movidas evidencian aún más lo que podría ser la actitud de las casas políticas tradicionales en las próximas elecciones locales, motivadas por varios antecedentes.
Las elecciones de este año electoral dejaron resultados reñidos que dejaron un poco expuestos a los poderes tradicionales en los departamentos.
Eso puntualmente tras la expresión del voto de opinión vista en la tres últimas jornadas electorales (primera y segunda vuelta presidencial, y la Consulta Anticorrupción) en las regiones.
Esto genera una presión sobre la política tradicional local y por ello se dan movidas que llevan a que un congresista elegido recientemente renuncie a su curul para no inhabilitarse y poder aspirar a un cargo de elección popular el próximo año.
Otro elemento ligado a este fenómeno es lo obstruida que está la relación entre el Gobierno Nacional y el Congreso. Como lo ha advertido algunos medios y comentaristas de opinión, el Gobierno de Iván Duque aparenta tener una relación más directa con los gobiernos locales que con el Congreso.
Esto lleva a la hipótesis de que las potenciales relaciones de intermediación clientelar, y la mermelada, estén más en lo local y no necesariamente van a pasar por los congresistas.
De ese modo, algunos legisladores están empezando a ver más oportunidad de relacionarse con el Gobierno Nacional por la vía de los gobiernos locales que desde sus curules en el Congreso.
En el mismo sentido, las administraciones locales se han vuelto más atractivas para los políticos porque descubrieron que hay buenas fuentes de capital como las valorizaciones, las actualizaciones catastrales y las alianzas público privada.
Eso cada día hace más apetitoso, para los políticos tradicionales, la posibilidad de que haya más contratación pública con esos recursos.
También, para muchos puede ser interesante aplicar el modelo que implementó de alguna manera Cambio Radical en el último periodo: tener una fortaleza institucional en lo nacional y a partir de ahí fomentar gobiernos locales, empujados con contratación pública nacional. Y así conseguir más votos no solo a nivel legislativo, sino también en alcaldías, concejos y gobernaciones pequeñas.
Ninguna de las hipótesis anteriores justifica el hecho de que un partido gaste recursos en una elecciones legislativas para que el candidato elegido renuncie tan pronto llega al cargo.
No se entiende cómo un político que optó por ejercer desde el Legislativo, de un momento a otro, decide que su rol está en el Ejecutivo.
Es una conducta poco seria en la política y a la que no se le encuentra explicación desde la racionalidad democrática, y aunque no tiene implicaciones legales, sí debería tener implicaciones éticas y una sanción por parte del elector.