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Seiry salió a hacer un mandado a la tienda como lo hacen millones de niños de su edad.  Era el medio día del 24 de marzo pasado y en el barrio Los Libertadores de la ciudad de Maicao el sol resplandecía como de costumbre.  Se apresuró con el entusiasmo de sus 11 años a comprar una gaseosa, unos chitos y unos brownies.  9 casas se cuentan en el recorrido hasta la tienda.  Vestía un pantalón de licra negro con puntos grises y una camiseta blanca. 

Hoy, 29 de marzo a las 4.30 de la tarde, Seiry no ha vuelto.  Cuando su mamá se inquietó por la demora fue a buscarla a la tienda.  La tendera confirmó que la niña estuvo allí, que hizo su compra.  Una vecina asegura haberla visto cruzar la calle camino a casa.  Se cubría el rostro del sol, en ese gesto desprevenido de quienes vivimos en el ardiente Caribe.  Nada fuera de lo normal.  La vecina volteó su mirada hacia otro lado y la perdió de vista.  Solo unos minutos después se sabía que algo terrible ocurría, que su demora era inexplicable.  La familia dio aviso a la Policía, quienes han ofrecido recompensa por información que lleve al paradero de la niña.

Cada niño desaparecido es un fracaso de la humanidad.  La búsqueda de Seiry debe ser obligación de todos y nadie debe escatimar esfuerzos hasta que aparezca sana y salva.  Cualquier información que conduzca al paradero de Seiry Palencia Márquez se puede suministrar a los teléfonos 3014396680 y 3004479576 o a las líneas de atención del Gaula.

Lider defensora de Derechos Humanos, columnista de El Heraldo, exsecretaria de Víctimas y Derechos Humanos de Bolívar.