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La frontera colombo-venezolana es la que tiene mayores interacciones trasfronterizas y una de las más afectadas por la ilegalidad y la creciente inestabilidad política y económica del vecino país.
A pesar de que Colombia comparte fronteras terrestres con cinco estados: Brasil, Perú, Ecuador, Panamá y Venezuela, es la frontera con este último país la más importante para Colombia, no solo por ser la más extensa al contar con 2219 kilómetros, sino también porque 36 municipios de 7 departamentos limitan con territorio venezolano y 3 ciudades: Maicao, Cúcuta y Arauca dependen ampliamente de la dinámica venezolana.
Además, es la frontera con las mayores interacciones trasfronterizas y una de las más afectadas por la ilegalidad y la creciente inestabilidad política y económica del vecino país.
La mayoría de los estudios sobre las fronteras colombianas, son estudios fragmentados, centrados en temas de seguridad y presencia de actores armados, particularmente después de los atentados del 11-S y el ataque militar de las fuerzas de seguridad colombianas ocurrido el 1 de marzo de 2008 al campamento del entonces número dos de las otrora Farc (Raúl Reyes) en territorio ecuatoriano; o bien son estudios de caso, especialmente sobre Ecuador y Venezuela, que enfatizan en el conflicto armado, sus efectos humanitarios, el comercio binacional y la delimitación fronteriza.
Por ende, se puede afirmar que son muy pocos los abordajes globales del tema fronterizo, lo que ha generado un vacío de estudios comparados y muy pocos intentos de encontrar variables diferentes de las económicas y de seguridad para organizar las fronteras.
En un intento por repensar la frontera colombo-venezolana desde una perspectiva diferente y desde un enfoque subnacional, en el que se pongan de manifiesto sus reales posibilidades (y desafíos) de integración, no solo con sus pares vecinos, sino también con los centros político-administrativos del interior del país, investigadores del centro de pensamiento UNCaribe y del Grupo de Investigación Agenda Internacional, ambos de la Universidad del Norte, publicaron el libro “Análisis de la frontera Colombia-Venezuela. 2219 kilómetros para la integración” (más información disponible en el siguiente link: https://guayacan.uninorte.edu.
Este libro realiza un análisis cualitativo que permite identificar patrones de organización del espacio fronterizo colombo-venezolano, desde lo local, lo que posibilita estudiar las fronteras colombianas como espacios vivos, llenos de procesos dinámicos (legales e ilegales) y no estáticos y dependientes de Bogotá, muy propios de la geopolítica tradicional.
Esto con el fin de determinar las reales capacidades de integración política y económica de los territorios fronterizos colombianos, partiendo de la hipótesis que sostiene que la configuración geográfica, política, económica e institucional de estos dificulta la integración formal con sus pares.
Metodológicamente, el estudio planteado sobre la frontera colombo-venezolana ha sido dividido en tres territorios, Norte (conformado por los departamentos de La Guajira y Cesar), Centro (departamentos de Norte de Santander, Boyacá y Arauca) y Sur (departamentos de Vichada y Guainía) y se han revisado los Planes de Desarrollo 2016-2019 de los 36 municipios colombianos fronterizos con la finalidad de identificar la existencia de iniciativas de integración desde lo local.
De esta manera, el libro busca superar el entendimiento tradicional de las fronteras colombianas como espacios rígidos que determinan hasta dónde se da el ejercicio de la soberanía y cuya realidad resulta mayoritariamente problemática, e intenta enfocarlo hacia una comprensión que supere la reflexión sobre la migración y donde las fronteras se entiendan como territorios donde deberían tener lugar por excelencia la movilidad humana, los flujos comerciales, los procesos de aprendizaje y cooperación multinivel y sobre todo, desde donde se esperaría que comenzara a construirse la integración regional de manera privilegiada, debido a los vínculos que se derivan del funcionamiento fronterizo, caracterizado por su permeabilidad y dinamismo intrínseco. (Rodríguez Rodríguez, 2016, p. 3)
Para la organización y mejor comprensión de la frontera colombo-venezolana, en el análisis se abordaron los seis componentes básicos de análisis propuestos por Benedetti y Laguado (2013): diferenciación territorial, fronterización, territorios subnacionales o inferiores, territorios exteriores, lugares de frontera y movilidades. Adicionalmente, de manera novedosa se propuso un acercamiento a las iniciativas municipales fronterizas del lado colombiano de la frontera.
Algunas de las conclusiones más relevantes de la investigación giran alrededor de tres ideas principales: primero, la necesidad de dejar de pensar la frontera como mera línea divisoria que divide territorios y de comenzar a pensarla como un espacio de diálogo donde se da un flujo de personas, bienes, servicios y por tanto es el núcleo primigenio para la integración regional.
Segundo, Hacer un llamamiento sobre la poca atención prestada y el precario tratamiento que se ha hecho sobre las fronteras colombianas, y dejar de manifiesto la necesidad de priorizar tanto su estudio como la intervención en estos territorios periféricos.
Tercero, considerar el potencial integrador que tienen los entes subnacionales, cuyas dinámicas tradicionales se ven altamente impactadas por las relaciones entre los gobiernos nacionales.
Bibliografía
Rodríguez Rodríguez, A. (2016). Las Zonas de Integración Fronteriza (ZIF) entre Colombia y Venezuela: avances, fracasos y desafíos. En L. F. Trejos Rosero. (Editor), Fronteras. Fuentes de conflicto y cooperación (pp. 3-22). Barranquilla, Colombia: Universidad del Norte Editorial.