Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Desde el Carnaval de 2018 las relaciones de Vargas Lleras con la casa Char andan de capa caída.
Muchas versiones existieron en ese momento acerca de un altercado que se presentó en la tradicional fiesta que ofrece en su Casa Alex Char al poder nacional que viaja a Barranquilla para asistir a carnavales.
En esa ocasión Vargas Lleras era el virtual Presidente de Colombia para todo el mundillo político (sólo en la Suárezterapia sosteníamos que Germán no llegaría) pese ello, Alex fue el vocero del poder Caribe para pedirle al cuasi Presidente que atemperara sus ánimos y mostrase respeto por los mandatarios regionales del ala charista que se quejaban de recibir sistemáticamente malos tratos por parte del entonces Vicepresidente y candidato presidencial en ciernes.
El reclamo no le gustó a Germán, como era de esperarse, pero al final no pasó a mayores por cuenta de la necesidad mutua que tenían las dos partes: una, la de sellar su presidencia y la otra, tener presidente de su cuerda.
Así, fracturada, en una relación de conveniencia en la que ya se había roto la magia que duró tantos años, se hizo la campaña presidencial en la que los caciques regionales lo dieron todo para vender a un candidato inviable a sus electores.
Los resultados, que hasta último momento nadie de la campaña Vargas Lleras quería creer, fueron los que fueron y la derrota de Germán fue estrepitosa en todo el país y también lo fue en territorio Char.
En medio del dolor y la rabia de la derrota, desde la campaña cachaca de Vargas se lanzaron las primeras acusaciones la noche misma de la derrota: “perdimos por culpa de los políticos, nos hicieron conejo en la costa”, esas frases dolieron y mucho, en un Caribe que lo dio todo por tratar de vender a un muy mal candidato y que también estaba apenas masticando la derrota, una palabra que Alex Char no conocía hasta ese día.
Ya para las elecciones regionales del 2015, la popularidad del Alcalde de Barranquilla le dio para montar un proyecto regional de expansión Caribe, que consistió en apoyar candidatos a gobernaciones y alcaldías mucho más allá del Atlántico para armar todo el andamiaje que serviría para ganar la presidencia de Vargas Lleras en 2018; el gran triunfador electoral regional de 2015 fue Alex Char Chaljub y ese era el cace (ademas de las muchas credenciales que había conquistado en el Congreso) para el proyecto Vargas Lleras en 2018 pero, todo salió al revés: Germán nunca conectó con el país real, fue un candidato distante del elector, dictador, caprichoso, confiado exclusivamente en la maquinaria y eso -se demostró- no basta para triunfar en las elecciones uninominales.
Perdida la elección presidencial, el poder ejecutivo regional Caribe que se montó para ese proyecto, además de toda la máquina de credenciales que en 2018 apoyó la Casa Char para aportar a la misma causa, quedó vacío; el propósito para el cual fue creada esa máquina perdió su razón de ser, se quedó sin líder nacional, ese líder al que se habían echado al hombro para hacerlo Presidente no llegó y al no cumplirse el objetivo, todo el proyecto queda en su real dimensión: en cabeza del líder que lo diseñó y lo montó, Alejandro Char.
Poco a poco salieron a flote las divergencias que se habían disimulado mientras existía un objetivo común e inició una lucha de egos y de clavos que estaban pendientes de ser sacados.
La primera batalla se libró en el Congreso de la República a inicios de este año, Germán llevó candidatos propios para el Consejo Electoral y Alex hizo lo propio, el resultado: perdieron los dos.
El segundo round fue la elección de Director de la Federación de Departamentos: Germán postuló a Mauricio Lizcano, uno de los que aupó la teoría de “la costa nos hizo conejo” y de inmediato, desde el Caribe se apoyó al que hizo la campaña bajo el apoyo del Gobierno Nacional, el actual director, Carlos Camargo.
Ofensas, reclamos, gritos, amenazas, fueron y vinieron entre Bogotá y Barranquilla en una tensión que supuestamente se arregló en una cena hace unas semanas en la casa de Arturo Char en Barranquilla.
Pero en el transcurso de esos meses de refriega se dio la lógica que ha ocurrido siempre en el devenir histórico cuando surge un vacío de poder; esa maquinaria Caribe que se quedó huérfana de liderazgo nacional volteó sus ojos hacia una muy lógica apreciación: quien los lidera es el Alcalde con mayor favorabilidad en el mundo, nadie nunca ha acumulado en su segundo periodo (que es un tercero si le sumamos el de transición de Elsa Noguera) y en su último año, un positivo de entre el 93 y 97 por ciento de imagen, como lo ha hecho Alex Char: ahí está el nuevo líder de esa máquina política.
Sumado a esto, esa misma confluencia de liderazgos políticos Caribes, lo reconocen como lo que es: su líder natural, el que creó el sistema, el método, el que apoyó sus campañas y el que repetirá – ahora más poderoso -, la fórmula del 2015: conservar el poder en Barranquilla y expandirlo a todo el Caribe, sumándolo a las credenciales pertenecientes a Cambio Radical y a las que tiene en otros partidos que conforman una bancada propia y el calendario electoral ahora apunta a 2022.
Esa misma bancada fue la que en contra de la línea dada por el jefe natural del partido, el fallido Presidente Vargas, esta semana incumplió sus directrices de hundir el plan de desarrollo al gobierno de Duque y por el contrario, lo sacó adelante en comisiones a pedido de la Casa Char.
¡ Y ahí fue Troya ! la pipa de la paz firmada en casa de Arturo Char voló en mil pedazos y Germán Vargas, uno de los hombres más poderosos -si no el más- del Bogocentrismo, le anunció a uno de los alfiles de la Casa Char que salvó el Plan de Desarrollo: “voy por ti” y detrás de esa frase hay toda una simbología: hoy es Lucho Diazgranados, ¿mañana quién sigue en la pirámide?
El león herido no está dispuesto a dejarle el campo libre a quien considera su pupilo y de inmediato se dio a la tarea de hablar uno a uno con los miembros de Cambio Radical en el Congreso para asegurarse de sus lealtades y ayer triunfó en otro round de esta pelea: impuso a su pupilo Carlos Cuenca como candidato a la Presidencia de la Cámara que este año corresponde a su partido, asegurándose de hacer declinar a la ficha de Alex Char que le disputaba esa posición, el Representante César Lorduy, quien tuvo que renunciar ante la arremetida de Vargas Lleras.
De igual manera, se aseguró Germán de que sus parlamentarios no apoyen las objeciones presidenciales a la JEP, punto de honor en el que la bancada afecta a la Casa Char pensaba apoyar al gobierno Duque. Germán deja en claro que la bancada es suya y que el gobierno tendrá que hablar con él, tanto para manejar la agenda legislativa en la Cámara, como para cualquier respaldo que intente desde el Congreso.
La pelea entre Germán y Alex ya no es bravuconada, es una pelea por el poder real, el bloque Caribe ya encontró un nuevo líder para disputar espacios nacionales: el mejor Alcalde del país, el más posicionado ante sus electores, el dueño de una pasión llamada Junior de Barranquilla, el heredero de las emisoras, de las grandes superficies, de un banco: el alcalde con el indice de favorabilidad más grande el mundo, el candidato presidencial para el 2022: Alex Char Chaljub.
¿Podrá hacerse realidad este sueño Caribe? ¡Averígüelo Vargas!