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El nuevo registrador entró pisando fuerte con anuncios de “modernización”. Pero antes, debe responder algunas preguntas.

El Registrador Nacional, Alexander Vega, anunció que modernizará la Registraduría y la pondrá a tono con el siglo XXI: “Vamos a implementar en este cuatrienio las pruebas piloto de voto electrónico mixto, el registro civil en línea para que ciudadanos puedan descargar este documento que es la base de la identificación y la actualización de la cédula de ciudadanía que será el paso a la ciudadanía digital”. El Registrador entra pisando duro, los tres proyectos son grandes. 

Eso sí, más allá del anuncio con bombos y platillos, no se sabe mucho de qué y cómo los llevará a cabo. Sabemos lo que dicen los comunicados y lo que aparece en medios. De los tres proyectos, Vega ha dicho que la actualización de la cédula hacia una cédula de ciudadanía digital ya tiene diseño final y contratista, sucederá para el segundo semestre de este año. Conviene entonces empezar poniendo la lupa a esta propuesta. 

Estas son cuatro cosas que podrían salir mal. 

1. Los sistemas únicos nacionales de identificación son registros centralizados de nuestra información en manos del Estado y por tanto pueden ser abusados como instrumentos de vigilancia

Los sistemas únicos nacionales de identificación (como la cédula colombiana) no son la norma. En Naciones Unidas hay 193 países miembros, de los cuales 70 tienen algún sistema de identificación nacional y unos 50 se han movido hacia alguna forma de documento electrónico. 

Lo primero que debemos decir es que una cosa es un sistema único nacional de identificación y otra un documento de identidad electrónico. La cédula digital colombiana tiene los dos elementos, pero eso no es así en todas partes.

En Kenia no existe una identificación única nacional, seguramente porque fueron colonia de Inglaterra que nunca ha tenido una identificación de este tipo –cuando la tuvo, la reversó-. En Kenia las personas se identifican de diferentes formas y ahora están en la discusión de si crear un sistema de identificación nacional y si de una vez éste debiera ser electrónico. 

Esa discusión es más grande porque implica discutir sobre su tradición de no tener un documento de identificación nacional. 

En la discusión hay preguntas como ¿qué es identidad para alguien en Kenia y su relación con la tribu a la que pertenece?, ¿qué pasa si se crea un registro nacional de identidad vinculado a la tribu y que incluya el ADN? La discusión no es sencilla y habrá voces en contra y a favor según los argumentos y datos de los que hablen. Se discute identidad pero también la discriminación y persecución que se puede facilitar a través de ella en contextos complejos.

En otros países, donde no hay sistema nacional único de identificación, la decisión no es crear un documento de identificación digital sino un mecanismo de autenticación digital para comprobar la identidad de las personas en transacciones con el Estado. Esto sucede en Francia. Allí existen diferentes sistemas de identidad con números de identificación distintos (uno será la cédula, pero para la interacción con los sistemas de salud o de impuestos por ejemplo, se usan otros). Ahora están implementando Alicem, un sistema único de autenticación digital que servirá para los distintos servicios del Estado, está vinculado con los datos biométricos contenidos en el CHIP del pasaporte o la cédula. 

En general las suspicacias se refieren a cómo todas estas tecnologías facilitan que los datos de las personas sean usados indebidamente, los exponen y podrían ser abusados. 

En 2019, La Quadrature du Net, organización de la sociedad civil francesa, presentó una acción judicial contra Alicem porque consideran que viola las normativas de protección de datos en materia de datos biométricos por su implementación del reconocimiento facial para la autenticación. Consideran que no hay un consentimiento expreso e informado en el proceso de registro.

El sistema que la Registraduría parece proponer si bien se entiende como un sistema de identificación electrónica podría ser usado como sistema para autenticación en línea a servicios del Estado e incluso para terceros. 

Hay muchos formas de modernizar la cédula, supone discutir temas complejos que el país no debería saltarse. Propongo algunas preguntas que los comunicados no aclaran sobre cómo se mitigan los riesgos de abuso: ¿La cédula digital también va a funcionar como mecanismo de autenticación?, ¿se podrá usar con servicios de privados o solo para el Estado?, ¿qué información será la que garantice la identidad de las personas?, ¿cómo será la consulta al sistema?, ¿habrá base de datos centralizada con toda la información de identidad de las personas?, ¿qué garantías tenemos sobre quiénes acceden, para qué y cómo a ese sistema?, ¿sabemos eso cómo nos afectará?, ¿qué cambiará para bien y qué para mal?, ¿por qué necesitamos un documento digital único?
 

2. La digitalización del documento de identidad incrementa el riesgo de seguridad digital 

La desconfianza en la capacidad de los Estados para cuidar los datos no es menor. Estonia, el país a la vanguardia en gobierno electrónico, pionero en documento electrónico y ejemplo de mostrar, ha tenido dos incidentes de seguridad digital. 

En 2017, una brecha de seguridad en el sistema de criptografía de su cédula digital afectó a 760 mil personas en un país cuyo censo no llegaba al millón y medio. El problema se detectó a tiempo, aún así afectó a todo un país. El gobierno tuvo que cancelar el acceso a los servicios asociados a este sistema y crear mecanismos de urgencia para que, por ejemplo, los médicos pudieran atender urgencias y consultas. Eso en un país que va a la vanguardia de gobierno electrónico, es un problema grave pues inmovilizó al Estado.

En 2019 hubo otra brecha de seguridad. Esta vez delincuentes lograron hackear el sistema que se usa también para acceder al banco, y robaron dinero a unas 20 personas. En Estonia la cédula digital da acceso a más de 600 servicios públicos y a más de 2 mil 400 servicios privados asi que lo sucedido tuvo un impacto mínimo frente al potencial, incluso el robo no superó los mil euros, pero la confianza en el sistema sufrió.

En India se lanzó en 2009 el sistema de identificación nacional digital llamado Aadhaar que ha tenido que enfrentar múltiples cuestionamientos en temas de privacidad. Desde entonces, además, se han conocido diferentes escándalos por fuga de datos personales. 

Pero, hablemos de lo sucedido en 2017, cuando se conoció la historia de mujeres trabajadoras sexuales y portadoras del VIH que abandonaron el tratamiento antirretroviral por preocupaciones asociadas al escrutinio de sus vidas privadas y las dudas sobre posibles fugas o accesos de terceros a esa información sensible. La discriminación y señalamiento que esto podía significar para ellas y sus familias hizo que tomaran esa decisión.

Se me ocurren otras preguntas, ¿qué se guarda en el chip o en el QR?, ¿qué tipo de seguridad va a proteger la información en ese chip o QR?, ¿cómo se gestionará el robo o pérdida del documento para evitar accesos a la información o usos no consentidos del documento?, ¿habrá copia de la base de datos de la Registraduría en manos de terceros privados?,¿por qué asociar a la cédula datos tan sensibles como los de la historia clínica?, ¿se hizo un análisis de riesgo al sistema?, ¿cuáles son los planes de mitigación de esos riesgos?

3. Riesgos en la autenticación que pueden suponer la denegación de servicios y afectaciones en el ejercicio de derechos 

No podemos negar que la gran ventaja de un documento de identidad digital es facilitar la vida de las personas al ofrecer una forma de autenticar su identidad, particularmente ante entidades del Estado. Sin noticia cierta este punto se desarrolla pensando que la cédula digital servirá también como mecanismo de autenticación. 

Autenticar es validar que yo soy quien digo ser, ante alguien más. En este caso es usar la cédula digital para acceder a un servicio o un bien. Cuando me presento en un banco para solicitar un crédito me piden la cédula, pero para verificar que yo soy yo, contactan a DataCrédito que autentica mi identidad verificando una serie de respuestas que deben coincidir con las que DataCrédito tiene en su base de datos. En este caso mi cédula solo me identifica, DataCrédito autentica ante el banco esa identidad.

Con el monopolio del registro de identidad en el país, es decir porque tenemos sistema único de identificación nacional, el negocio está cantado si la Registraduría monta también la autenticación. Como mínimo, podemos pedir que nos explique cómo lo va a hacer y por qué esa es la mejor solución.

En 2018, Argentina implementó su sistema de identidad digital. Usando un app en el celular las personas se autentican ante organizaciones públicas y privadas que pagan por el servicio de consulta. El sistema de autenticación es reconocimiento facial que funciona comparando el rostro de la persona con la foto en la base de datos de la Registraduría de ese país. Hace unos meses se demostró que el sistema no funciona para algunos, no les reconoce el rostro y, en el caso de quien denunciaba, el resultado era la negación de los servicios de su banco. 

Este no es un problema menor, la imposibilidad de reconocimiento y los falsos positivos o negativos (según el caso) del reconocimiento facial demuestran que es una tecnología en pañales (hay quienes dicen que pueden llegar hasta el 90 por ciento en poblaciones diferentes a los hombres blancos) porque esto tiene efectos en el acceso a servicios y en el ejercicio de derechos para las personas. En Argentina no se dio oportunidad de participación ni comentarios, la regulación se improvisó sobre la marcha.

Prometer soluciones mágicas con tecnología ya ha salido costoso en el pasado en Colombia. En 2016, Bogotá diseñó y alcanzó a probar un sistema de videovigilancia biométrico en Transmilenio que iba a escanear los rostros de las personas usuarias del sistema y que  identificaría a criminales. A pesar de la millonaria inversión, el sistema no funciona todavía y no lo hará, no porque llegaron a una decisión de evitar una herramienta de vigilancia masiva, sino porque no se tienen las bases de datos para hacerlo posible -por ahora-. 

Mientras el Registrador anuncia tres pilotos para reconocimiento facial en tres entidades: la Federación de Fútbol Colombiano, la Aeronáutica Civil y el INPEC, en otros lugares del mundo la prohíben o posponen, en espera de marcos regulatorios que protejan la privacidad de las personas. Así por ejemplo, la Comisión Europea ha planteado una moratoria, mientras algunas ciudades de EEUU la han prohibido expresamente como San Francisco, Sommerville y Massachusetts. De hecho corporaciones como Google esta semana se unió a la solicitud de moratoria.

Hay muchas formas de autenticar la identidad de alguien ¿por qué la Registraduría eligió el  reconocimiento facial? Colombia no debe seguir desplegando esta tecnología sin un debate serio y amplio.

El despliegue de tecnología supone investigación, planeación y mucha disposición al diálogo. No solo discutir si el diseño es bonito o feo. Se me ocurren preguntas adicionales ¿han hecho análisis de impacto en derechos?, ¿saben cuáles son las normas del ordenamiento jurídico que deben cambiar para adelantar este proyecto?, ¿cuál, si es que la ha tenido, ha sido el rol de la Delegación de protección de datos de la Superintendencia de Industria y Comercio en este proyecto?, ¿cuáles son las alternativas al reconocimiento facial?, ¿en qué viene trabajando la Agencia Nacional Digital y cómo se integra en este proyecto?
 

4. Hablemos del gasto, su oportunidad, pertinencia y necesidad

Empecemos por decir que en la información pública no se dice nada sobre lo que nos costará este proyecto, mucho menos tenemos un análisis comparativo de opciones, ni hay una evaluación económica. 

Se habla de que ya hay contratista pero no contrato. No hay información económica de ningún tipo. Tampoco sabemos nada sobre la relación entre lo económico y su pertinencia, oportunidad y beneficio vinculados con el contexto del país, es decir, ¿cuánto vamos a pagar?, ¿a quién? 

No solo se trata de saber si nos alcanza la platica, sino estar seguros de que lo que vamos a pagar se justifica. 

El que no tengamos ningún dato del valor del proyecto es grave, habla de falta de transparencia y se suma a los problemas para hacerle seguimiento al proyecto, si no hay manera de ver la información contractual. Sin embargo algo podemos decir frente al contexto, ¿se justifica en la Colombia de 2020 una cédula digital?

En el país la conectividad avanza y cada vez más personas tienen celulares inteligentes, sí. Pero, más del 50 por ciento de la población está desconectada de internet y aunque el consumo de celulares inteligentes crece, esto sucede sobre todo entre los baratos. 

Es decir, esta propuesta no puede desestimar que la cédula digital vivirá en equipos que se sabe son muy inseguros para la información y datos de las personas. Además, si sabemos esto, facilitar el acceso a los servicios del Estado no puede depender solo de la cédula digital y obliga a la Registraduría a ser mucho más granular en el diseño y justificación de su programa.

Las evaluaciones económicas vinculadas al uso que le darán las personas a la cédula, son las que podrían determinar cuál es la solución que necesitamos o si es mejor esperar a que mejore la conectividad para aumentar la relación costo-beneficio. Mientras tanto se pueden hacer con calma los estudios, que el afán no signifique sacrificar participación. 

El gasto de este programa de la Registraduría no debe ser menor y la justificación y forma de contratación serán claves, así que dejemos más preguntas ¿dónde están los análisis de impacto tanto económico como de derechos humanos para la población?, ¿cuánto vale?, ¿cuál es el plan de trabajo para su implementación?, si ya se asignó el contrato ¿cómo fue el proceso de selección del contratista?, ¿cuál es su experiencia en iniciativas similares?, ¿cuál es el modelo y por qué?, ¿Si la cédula es para unos cuantos se justifica el proyecto?, ¿si hay una brecha digital del 50 por ciento en Colombia cómo se aborda esto en el programa?, ¿cómo se contempla el problema de las personas desconectadas? 

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