Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
En Colombia la movilización social se incrementó en los últimos años; las demandas ciudadanas y juveniles se pusieron de manifiesto en las calles. Las tensiones permanentes llevaron a enfrentamientos que vulneran la democracia y se conocieron episodios en los cuales la responsabilidad de la Fuerza Pública en estos hechos fue un factor protagónico, incluso, recientemente, una investigación independiente de la ONU catalogó algunas de estas jornadas como “masacres” en manos de la Policía.
Sigo convencida de que, en este contexto, tras reconocer las responsabilidades como Estado y sociedad, podemos fortalecer la participación y generar una movilización activa en escenarios de incidencia. Sin embargo, para el próximo año debemos tener las miras puestas en ejercer nuestro derecho al voto y mejorar el país a través de las elecciones. Los siguientes son algunos desafíos que presentan estos escenarios.
Como en todos los periodos electorales en el país debemos hacer todo lo posible como sociedad para que las personas ejerzan su derecho al voto y podamos disminuir los índices de abstención electoral, que en 2018 fue de casi 46 por ciento. En este mismo sentido hay que hacer un impulso adicional para que la juventud salga y traslade la movilización activa de las calles a las urnas, en este sentido es importante que logremos articular redes más fuertes que no dependan de la pedagogía institucional.
Dicho impulso debe estar acompañado con la lucha contra las noticias falsas, un fenómeno que cada día es más frecuente. De esta manera buscaremos que las personas puedan votar y expresarse bien informadas, y no con motivaciones e impulsos provenientes de cadenas de servicios de mensajería o redes sociales con información falsa.
Las elecciones legislativas tienen un desafío particular en términos de educación política y es transmitir a la sociedad que las personas elegidas para el Congreso de la República tienen la misma importancia que las presidenciales. Ya que es esta corporación quien aprueba y hace veeduría a las políticas públicas y programas del Gobierno nacional, en últimas, es quien pavimenta la autopista por la que transita la administración de turno.
Cabe mencionar que, tras lo sucedido en las elecciones de los Consejos de Juventud, el papel de la Registraduría Nacional debe ser impecable. La crisis constante que vivió Iván Duque como presidente y la noción permanente de que las elecciones están marcadas por la manipulación deben llevar a esta institución a disipar cualquier duda sobre la transparencia electoral a través de la imparcialidad y la entrega de resultados eficaz y verificable.
Por último, salir de estas elecciones con un país menos polarizado debería ser un objetivo de todas las personas en Colombia. Por lo cual me gustaría hacer un llamado a todas las candidaturas para bajarle al tono polarizante en redes sociales y promover en sus simpatizantes el respeto. Así mismo, un llamado a los medios de comunicación a ser un aliado para reconstruir la confianza con la sociedad y a evitar la creación o multiplicación de sesgos.
Desde Movilizatorio y como parte de la sociedad queremos lograr que se fomente la participación juvenil en las elecciones presidenciales y de Congreso, disminuir la polarización y desincentivar el consumo y la difusión de noticias falsas. De esta manera aportamos a fortalecer la democracia y a tener un mejor país.