Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Es decisivo el tiempo y lugar al que vinimos a hacer historia, la nuestra que se teje con la de los demás transformando la del mundo. Entre gestos y acciones que se articulan hacia objetivos comunes, marcamos hitos que apalancan la ruta de la posibilidad ante problemáticas que han sido resueltas a través de formas ya caducas o que aún no han tenido respuesta. Vamos tras el mundo nuevo que exige nuestra transformación individual y colectiva para sostenernos en conjunto y mantenernos a flote como individuos. La actividad creativa es una de las dimensiones que nos caracteriza como especie y el impulso hacia otros mundos, valorando el gesto y dándole forma material a ideas abstractas que tienen lugar en territorios concretos y diversos. Los espíritus creativos tienen hoy el desafío de aterrizar sus propuestas dándole estructura a procesos artísticos, artesanales o industriales, que sean parte activa de una economía sostenible que asegure el bienestar. La academia y sus maestrxs tienen el reto de ofrecer las herramientas conceptuales y prácticas para fortalecer la confianza de sus pupilos en sus talentos, la estructura de sus conocimientos vueltos experiencia y el acompañamiento en la libre experimentación que sugiera nuevos paradigmas y en consecuencia deje como legado nuevos retos.
Hace un semestre le sigo la pista a la organización del evento que me sirve de disculpa para la conversación de hoy, un festival que se produce desde la universidad para desarrollar desde diferentes puntos de vista el término emprendimiento y su lugar en la formación de un creativo, más allá de su especialidad.
Catalina López B: Primero, me gustaría que nos contaras quién eres, a qué te dedicas y lo que te interesa.
Fernando Sierra: Soy diseñador industrial y músico. Como diseñador dirijo el programa de Diseño en la Facultad de Creación de la Universidad del Rosario. Tengo particular interés por la plegabilidad y transformación como herramientas de diseño, por las estructuras dinámicas y las geometrías transformables. Como músico, soy vocalista y miembro fundador de la agrupación de rock electrónico Estados Alterados, en la que he editado seis álbumes y varias recopilaciones y vídeos. También soy vocalista de la banda La Paralela y tengo un proyecto experimental acerca de sonido electrónico con máquinas DIY.
Por mucho tiempo traté de diferenciar y separar ambas cosas, hasta que finalmente me he dado cuenta que abrazar mi totalidad enriquece enormemente ambas ocupaciones; la parte performática del diseño con la de la composición musical como un proceso de diseño.
C.L.B: Hace un semestre preparas, en la Universidad del Rosario y su Facultad de Creación, una jornada que honra el emprendimiento desde diferentes sectores. ¿Cómo surgió esta idea y por qué?
F.S: El Festival del Arte de Emprender FAdE es una iniciativa conjunta de UR Emprende y la Facultad de Creación, Facrea en la Universidad del Rosario. Lo hacemos porque creemos que el arte de emprender es en sí mismo un acto creativo que, en un país como el nuestro, resulta un proceso altamente azaroso que exige una enorme recursividad e inventiva. Por eso hemos diseñado un evento en el que tenemos charlas sobre el emprendimiento en disciplinas creativas y también sobre la creatividad en el emprendimiento “tradicional”, talleres, actividades y muestra de productos en diversos campos.
C.L.B: ¿Cómo defines emprendimiento y por qué crees que es importante darle importancia desde las carreras creativas?
F.S: El emprendimiento es la iniciativa de crear industria, lo cual resulta esencial para la economía de cualquier país. Voy a referirme a este tema desde el diseño, que es mi disciplina: Últimamente, he visto muchos chistes en redes sobre cómo el colegio nos enseñó las partes de la célula pero no a calcular los intereses de un préstamo. Pues bien, la situación de las carreras relacionadas con la creatividad en este campo es mucho peor. Nos da pena hablar de plata, no sabemos cotizar ni cobrar, no tenemos idea de cuánto cuesta nuestro tiempo. Un fenómeno que tiene lugar justamente las carreras que más ideas de emprendimiento suelen tener.
Desde la Universidad del Rosario queremos cambiar eso; por eso existe la dependencia UR Emprende y uno de sus principales programas es El Arte de Emprender que junto con la Facultad de Creación organiza este festival.
C.L.B: ¿Cómo hicieron la curaduría de los participantes y qué encuentros tuvieron durante ese proceso?
F.S: Fue un proceso conjunto entre todas las escuelas y facultades involucradas. Queríamos panelistas, talleristas y participantes provenientes de las más diversas disciplinas, precisamente porque la premisa es que el emprendimiento en sí mismo es un acto creativo, sin importar desde qué disciplina suceda. Por eso tenemos entre nuestros participantes a personajes y entidades como la Orquesta sinfónica de Bogotá, la revista El Malpensante o la Fundación Promedio, pero también a la diseñadora de modas Julieta Suárez o a la tejedora Muisca Isabel Vargas. Toda la programación está estructurada con la idea de subrayar que la creatividad necesaria para emprender es transversal a todo tipo de proyectos.
C.L.B: Resulta interesante el engranaje que han logrado hacer con organizaciones que han implementado estrategias financieras que benefician a las personas y organizaciones pequeñas y creativas en modelos de negocio. ¿Cómo llegaron a esta articulación y cuál es la expectativa que tienen al involucrarlas en un evento académico?
F.S: Como bien lo dice la pregunta, es un evento académico. Nuestro principal interés es el de exponer a los estudiantes a ejemplos de emprendimiento grandes y pequeños de la naturaleza más variada posible. Necesitamos un país donde la mentalidad predominante no sea la de terminar la carrera y salir a buscar trabajo. Un país donde los recién graduados no tengan miedo de crear industria.
C.L.B: Este evento ha exigido un trabajo en equipo, ¿Puedes contarnos quiénes lo conforman y cuáles han sido sus desafíos?
F.S: El FAdE es una iniciativa del Centro de Emprendimiento de la Universidad del Rosario (UR Emprende) con la colaboración de la Escuela de Administración y la Facultad de Creación, pero hay muchas más entidades de la universidad apoyando. Yo diría que es un esfuerzo conjunto de la Universidad en pleno.
C.L.B: Existe un riesgo al pensar en los procesos creativos como procesos productivos que sacrifiquen el alma con el que se convierten en fórmula. Como creativo, ¿Cuáles han sido los límites para evitar caer en el tedio que contradice la dicha de crear y al contrario cuáles han sido los límites para evitar caer en el romanticismo que no permite vivir de lo que uno ama hacer?
F.S: Esta pregunta sólo puedo responderla desde mi visión personal, que quizá no esté alineada con la de la institución a la que pertenezco. Creo que el sector productivo está obsesionado con el control y se parece un poco al chiste aquel de: “Voy a dejar que las cosas fluyan, pero necesito saber cuándo, cómo y por cuanto tiempo van a fluir para prepararme”. Tú haces proyecciones financieras, calculas cuanto vas a producir, te comprometes y de pronto ¡bum! Hay pandemia o guerra en Ucrania o el país gira hacia la izquierda… Recuerdo unos alemanes que conocí una vez que decían que en Alemania ellos tomaban el bus de las 7:00 am que los dejaba en la estación del tren a las 7:28 porque a las 7:30 exactas pasaba el tren. “¡En Colombia el bus puede no pasar! ¡Colombia es un país aventuroso!” Bueno, vivir en un país “aventuroso”, que quiere tener el control de Alemania pero las circunstancias de Colombia, no es fácil. La forma de salirle al paso es siendo muy, muy creativo.