El Giro de Italia, la carrera del amore infinito, es mi preferida entre las tres grandes: La Vuelta, El Tour y el Giro. Las montañas de Italia y el que sea una carrera con resultados inesperados, que se sale más frecuentemente de los libretos, son ingredientes que me motivan a verla. De manera adicional, el hecho que el Giro haya sido ganado por Egan Bernal y Nairo Quintana le confiere un significado especial.

Si bien mencionan que esta última versión del Giro fue algo aburrida, la penúltima etapa cambió todo. Esta fue una de las más emocionantes de los últimos tiempos. Gerain Thomas, corredor británico de 37 años, quien era el líder sólido del Giro, perdió el liderato de la carrera. No por mal rendimiento en la etapa, pues su desempeño individual fue muy bueno, sino más bien por la combinación de tácticas innovadoras y la aplicación de las mejoras generadas en los estudios biomecánicos del equipo Jumbo.

La organización del Giro apostó por una cronoescalada en la penúltima etapa de la carrera. Las críticas estuvieron al orden del día, sin embargo, la última gran cronoescalada dentro de las tres grandes se corrió también en el Giro del año 2014. Nunca he comprendido por qué en todas las carreras de 21 días no se incluye siempre una cronoescalada, al igual que una cronollana, si cuando hay cronoescalada el espectáculo está garantizado.

En una etapa similar, el 30 de mayo de 2014, Nairo se consagró ganando el Giro sobre Rigoberto Urán y Fabio Aru. Ese día la escalada era de 18 kilómetros con pendientes promedio del 8% y con llegada al Monte Grapa. En la transición entre la parte llana y la montaña, casi todos los ciclistas, incluido Nairo, optaron por cambiar de bicicleta y de casco para afrontar los 18 kilómetros finales.

Ese día Fabio Aru le dio más emoción a la etapa, pues en los últimos kilómetros con un ritmo demoledor logró descontarle a Nairo 35 segundos y ubicarse como parcial ganador de la etapa. Igual en el 2023, Jao Pedro Almeida logró romper registros y ubicarse primero antes de las llegadas de Roglitz y Thomas.

La penúltima etapa del Giro 2023 mostró la misma estrategia para todos los ciclistas, cambiar de bicicleta un kilómetro antes de iniciar la subida y a 10 kilómetros de la meta. Las bicis de tope de gama de cada marca resaltaban en esta etapa, así como los cascos de diseño aerodinpamico.

Primoz utilizó la bicicleta modelo P5 de la marca francesa Cervelo, mientras Thomas usó el modelo Bolidett de la marca italiana Pinarello. Dentro de lo que dejó observar la señal de televisión, Gerain Thomas cambió de bici y de casco y en este proceso se demoró seis segundo más que Primoz. Roglic siguió con un casco aerodinámico. Debido a que Thomas perdió la carrera por más de 14 segundos, en la práctica el fondo del triunfo en el Giro fue otro.

El punto clave es que el equipo Jumbo Visma hizo una apuesta innovadora y usó todo su conocimiento en biomecánica deportiva. Implementó una estrategia que consistió en usar componentes de transmisión de la modalidad de ciclismo de gravel, que no se habían usado en ciclismo de ruta.

La biomecánica deportiva es la ciencia que trata de entender por qué el cuerpo humano se mueve de la forma en que lo hace, incluso cuando las cosas no se mueven de forma óptima o correcta. El objetivo de la biomecánica aplicada al ciclismo es mejorar la interacción del ciclista con la bicicleta, con el fin de garantizar la comodidad de la posición (postura) y la eficiencia (del pedaleo). La eficiencia del pedaleo viene determinada principalmente por dos variables: el torque de efectividad (o efectividad del par) y la suavidad del pedaleo.

Precisamente en esta última, la eficacia del pedaleo, las imágenes permitieron evidenciar diferencias claras entre Roglic y Thomas. El primero se veía pedalear con mayor suavidad, más cómodo y relajado en las pendientes de más del 20% que aparecían por tramos de la subida.

Por su parte, Thomas se veía menos cómodo y con un pedaleo menos redondo o fluido. Primoz usó para el ascenso una transmisión para gravel, un plato de 42 dientes y una pacha o cassete que incluía piñones de hasta 44 dientes. Estos conjuntos “monoplato” están de moda en el ciclismo de montaña y se usan para competir en gravel, disciplina mixta entre ciclomontañismo y ciclismo de ruta.

La táctica clave fue no usar el grupo con el que tradicionalmente el Jumbo corre, la transmisión Sram red inalámbrica. En cambio, aprovecharon que las transmisiones para gravel ofrecen unos desarrollos idóneos para pendientes demasiado elevadas, pues cuentan con un casete con piñones que van desde 10 hasta 44 dientes y un único plato de cambio compatible. Por su parte, el equipo Ineos y Gerain Thomas usaron en la subida la bicicleta top de gama de Pinarello, cuadro y horquilla con transmisión estándar para ciclismo de ruta.

Con estos antecedentes servidos, el final de esta historia no podía ser mejor. Joao Almeida amenazaba con un gran registro. En los kilómetros planos, las diferencias entre los tiempos de Roglic y Thomas eran escasos. En el ambiente pesaba el drama de la pérdida del Tour de France 2020 por parte de Primoz frente a Pagacar.

Cuando promediaba la subida ya Primoz sacaba 16 segundos de ventaja sobre Gerain Thomas, todo presagiaba una remontada; sin embargo, en un bache de la subida la transmisión de gravel rebotó la cadena y Roglic tuvo que bajar de su bicicleta y encajarla con su mano. La mala suerte parecía ensañarse con Primoz y le arrebataba lo ganado hasta ahora. Debido a lo estrecho de la vía, un corredor podía ser acompañado por una moto y un auxiliar. De esta forma, cuando Roglic requirió ayuda, el auxiliar se bajó corriendo a cambiarle la bici, pero literalmente lo atropelló con la bici que llevaba cargando.

Un hecho fortuito que no pasó desapercibido. Cuando Roglic se bajó para ajustar su cadena, se ve en la transmisión de televisión a un hombre de camisa roja bajar corriendo a toda velocidad a auxiliarle. Cuando llegó hasta Primoz, ayudó a impulsarlo para que retomara la subida. Ese hombre era uno de los tantos Eslovenos que se volcaron a apoyar a Roglic en la penúltima etapa, pero tenía una condición especial, formaba parte del equipo de esquiadores que se dispuso en la subida para alentar al corredor predilecto de Eslovenia. Primoz se inició en el deporte de alta competencia como esquiador y empezó a competir en el ciclismo a los 24 años.

Roglic preparó la etapa de la cronoescalada de forma premonitoria. La recorrió durante el invierno de todas las formas: caminando, corriendo, con transmisión de ruta y con transmisión de gravel. Como resultado de esa preparación y la estrategia basada en la innovación soportada en la biomecánica, Primoz logró sumarle a Thomas más de cincuenta segundos en los últimos kilómetros de subida y salir campeón.

No solo vimos un merecido triunfo de un inmenso deportista y ciclista como Primoz Roglic, sino que ganó la innovación, ganó la cronoescalada como muestra de espectáculo y ganó el Giro.

Líder de Bibliometría del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Profesor e investigador. Ingeniero Industrial y Magister en Ingeniería Industrial de la Universidad Industrial de Santander.