En los años de vida que tengamos estamos descubriéndonos en nuestro reflejo, uno de ellos es el del espejo (aunque ponga a prueba nuestra lateralidad a la hora de intentar cortarnos por nosotros mismos el pelo).

Mirándonos en este nos aprobamos o no, confirmamos que no amanecimos siendo los mismos, que nos encontramos más o menos bellos que hace un segundo, más o menos viejos que en otros espacios y tiempos.

En la superficie lisa de cristal con forro de metal o mercurio, se revela ante nuestra mirada el milagro de la propia imagen, en la que nos adentramos a nosotros mismos, sin intermediación alguna, sin ojo ajeno.

Gracias al espejo decidimos qué exhibimos y qué escondemos, llegamos a rincones a los que normalmente no tenemos visual acceso; al reverso de ese diente, a la pestaña en el ojo, a la forma de la nuca que si sabe de memoria una de mis manos, a la axila, para otros sobaco, o a este portal misterioso que palpita entre las piernas (palabra que al espejo se refleja avluv y que enunciada en voz alta suena oculta, misteriosa, mágica, sagrada o profana, palabra que nos vió nacer y por la que experimentamos morir: vulva).

Fragmento del vestido transparente bordado por Maira Bertel con las vulvas de las colombianas que participaron en su convocatoria

En diciembre de 2022 la artista colombiana Maira Bertel lanzó una convocatoria pública en la que participamos 40 mujeres que recreamos a través del dibujo nuestra vulva, para que sus manos la bordaran en una prenda transparente que hasta ahora ha desfilado en el espacio público de Sincelejo, Cartagena y Montería.

En su objetivo de apropiación del territorio a través de su puesta en escena “Desbordada amerindia” con el apoyo de la Beca de creación en Artes Visuales del Portafolio del Fondo Mixto de cre en 2023, Maira Bertel se vale de la tradición del bordado para hacer su manifestación plástica a través de una callejera y ambigua puesta en escena, en la que se viste sola pero en la que nos viste a todas, en la que al vestirse se desnuda, al exponerse se blinda, y en la que es contemplada mientras desobedece.

Desbordada en un taller de mecánica de Sincelejo. 2023

Camina hacia los lugares en donde puede confrontar la desnudez de una mujer, mientras experimenta en cuerpo propio la incomodidad, el nerviosismo, temor o indiferencia ante su desbordada presencia.

Desbordada en una carnicería de Montería. 2023

Posa mejor recibida entre los carniceros que intentan cubrir su vestido, rodearla, protegerla.

Desbordada en la plaza de la Catedral San jerónimo de Montería. 2023

La historia del arte da cuenta de la exposición de representaciones de la desnudez de la mujer a lo largo del tiempo por trazos con sexo opuesto y de la censura a la desnudez de la mujer trazada por el, algunas conclusiones de Maira son las siguientes preguntas.

¿Quiénes nos representan en el espacio público? ¿Quiénes están definiendo lo que está mal visto o bien visto en nuestros cuerpos? ¿Por qué suelen ser otros, por qué si se atreven otras u otres son acusados de hacerlo? ¿Por qué cuando nos representamos entre nosotras mismas la mirada tiene juicio y cuando lo hacemos por nuestra cuenta hay un sabor a prohibido, está mal visto?

Si algo tiene de precioso el dibujar es la rendición ante el propio trazo; lo que se plasma se vuelve visible atravesando el tiempo a nuestros ojos y a otros (la revelación del secreto de un espejo que quien dibuja descubre a quien a voluntad contempla). Al aceptar la invitación de la artista, cada dibujante cedía a desnudarse, a detenerse en el reconocimiento de si misma, a representarse sin intermediarios y a rendirse a su desjuiciado trazo.

Tal vez el aprecio se entrene desde la propia contemplación y el propio concepto desde un continuo reconocimiento y en ese sentido Maira, desbordada aclara que este trabajo no lo hace desde ningún llamado de lucha, sino desde su capricho vuelto llamado y bordado: “¡Quiero que te mires!”

Me miro, respondo a su llamado. Dibujo Catalina López B. 2022
Bordado a mano por Maira Bertel para desbordadas 2023.

Es la directora de la Fundación Promedio. Estudió diseño industrial en la Pontificia Universidad Javerina y un posgrado en arquitectura y artes efímeras en la Universidad Politécnica de Cataluña.