Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
En el 2014 lanzamos el exitoso video de “Votar no vale huevo” con el objetivo de promover el voto y la participación ciudadana en el país. Aunque hoy, ocho años después, preocupa ver un escenario político aún más erosionado y hostil, también ilusiona ver colectivos ciudadanos empoderados y decididos a seguir luchando por fortalecer la democracia.
En aquel momento, durante la segunda vuelta electoral entre Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, nos encontrábamos en un escenario similar al que nos enfrentamos ahora en el 2022: una ciudadanía polarizada, campañas de desprestigio y miedo mezcladas con noticias falsas y un desborde abrumador de información en todos los medios. Sin embargo, este año tenemos un reto aún mayor: la pérdida de confianza en los mecanismos democráticos, no solo en Colombia, sino alrededor del mundo. Desde hace unos años, el Latinobarómetro ha registrado cómo los niveles de satisfacción frente a la democracia han seguido cayendo en varios países de la región, así como la confianza en sus instituciones. ¿Cómo recuperar la confianza en una ciudadanía desesperanzada y triste?

Atreverse a dar el paso
Cansados de solo ver noticias y publicaciones en redes sociales y de estar limitados a dejar un “me gusta” o un comentario de indignación, un pequeño colectivo de ciudadanos y ciudadanas decidimos pasar del dicho al hecho. Sin ningún recurso más que nuestros propios talentos, nos reunimos para definir cómo íbamos a impactar. El resultado fue una idea simple: crear un video que invitaba a la gente a votar. Lo diseñamos sin ninguna producción elaborada. Bastaba con una idea clara y una ejecución sencilla capaz de conectar con cualquier persona, independiente de su filiación política.
Nunca nos imaginamos el impacto que alcanzó. No solo fueron los miles de vistas en diferentes redes, sino el éxito y la difusión que tuvimos desde diferentes blogs, radio e incluso televisión. El video tuvo tanto éxito que a lo largo de los años ha sido editado por otras personas para adaptarlo a nuevas contiendas electorales. Las mismas personas lo han cortado, transformado y apropiado para comunicar un mensaje que se ha mantenido a lo largo de los años, independiente del contexto. Hemos encontrado videos para elecciones de alcaldes de diferentes ciudades del país, así como para elecciones legislativas, demostrando que con pocos recursos se puede lograr gran impacto.
Esto me dejó una lección, y es que cada acción, por pequeña que sea, es una contribución. Si usted es de esas personas que tiene ganas de actuar, no se deje distraer o desmotivar por la expectativa de alcanzar una amplia audiencia y cosechar muchos “me gusta”. En estos casos la calidad es igual o mucho más importante que los números. De hecho, muchas veces el impacto ni siquiera está en el exterior, sino en las reflexiones internas que despierta y en las convicciones que refuerza el haberse atrevido a dar el paso y actuar.

Nuevos marcos narrativos
Parte del éxito del video está relacionado con la forma en como se diseñó. Éramos conscientes de que echar más leña al fuego de la polarización solo lograría aislar a un grupo de ciudadanos. Por esa razón decidimos evitar mensajes que pudieran ser malinterpretados por la audiencia como sesgados o politizados.
De igual manera consideramos importante que el lenguaje fuera sencillo y coloquial. Fue así como surgió la idea de la caja de huevos, como una analogía cotidiana para explicar cifras y datos que muchas veces son difíciles de entender. En muchas ocasiones se cae en el error de querer informar con datos, sin reconocer que informar no es comunicar. Para comunicar, los datos deben estar acompañados de analogías, historias y referencias que faciliten la comprensión de quien está viendo la información.
Al final, logramos crear un video libre de sesgos, con una historia sencilla y una analogía reveladora. Esto permitió que los ciudadanos lo sintieran fácil de entender y estuvieran interesados en querer compartirlo y editarlo.
Aprendí que para tocar temas difíciles con éxito es necesario dar un paso fuera de las conversaciones incendiarias y tratar de abordar la conversación desde nuevos marcos narrativos. Allí existen terrenos fértiles para acercarnos a personas con las que podemos tener diferencias. Si nuestras historias reflejan las realidades y la cotidianidad de la gente, tendrán mejores oportunidades de ser recibidas y compartidas.
Los retos que se avecinan
Estamos rodeados de conversaciones difíciles y cuesta imaginar formas diferentes de abordarlas. Hechos históricos como el informe que se avecina de la Comisión de la Verdad es un ejemplo de la complejidad de los temas que se vienen en el país. Con seguridad despertará reacciones, a favor y en contra, que caldearán el debate público con su contenido.
Para abordar estos contenidos siempre será importante abrir escenarios en donde podamos abordarlos desde nuevos marcos de conversación. Empecemos por reconocer los miedos y preocupaciones que compartimos y tratemos de encontrar las historias que surgen de ese terreno común. No excluyamos de la conversación a quienes piensan diferente. Al contrario, hagamos el esfuerzo por hacerlos parte del ejercicio creativo. El video de votar no vale huevo decidió no promover el voto por un candidato para proponer una conversación más incluyente, y esto le permitió dejar un mensaje que trascendió las ideologías políticas.
También creo que es una oportunidad para motivar a quienes tienen ese espíritu activista y creativo que tuvimos nosotros, dispuestos a poner el corazón y talento para defender causas que promueven la participación y la democracia. Sin ellos, estaremos realizando esfuerzos incompletos para contar las historias que necesita escuchar el país.
Si alguien está interesado en actualizar este video o quieren crear un video sobre algún tema nuevo, pueden escribir a diego.junca@tell.com.co o djunca@dialogoimprobable.org