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En los últimos años, la internacionalización de la educación ha tenido una evolución muy importante, que le ha permitido repensar su papel en el proceso formativo de los estudiantes, entre otras cosas, yendo más allá de la movilidad como único vehículo de exposición internacional.
Internacionalizar el currículo es hoy una estrategia poderosa para que los estudiantes puedan conocer el mundo sin salir de casa. En este sentido, las universidades han comenzado a desarrollar estrategias para internacionalizar el currículo a partir de procesos de aprendizaje experienciales.
El aprendizaje experiencial apunta a priorizar la formación integral de las personas sobre la adquisición de conocimiento y hace un fuerte énfasis en la enseñanza centrada en el estudiante y en su desarrollo de competencias y habilidades, aplicables en múltiples escenarios, que no se limitan a un saber específico y le abren un mundo de nuevas opciones y campos de acción.
En el caso de la internacionalización, son las competencias de ciudadanía global las que van a permitir que las personas puedan desenvolverse en un escenario global, un escenario que hubiera parecido impensable hace 20 años, debido a que nos encontramos en un mundo cada vez más complejo y cambiante, y mercados laborales más internacionales e interculturales.
A lo anterior se suma que los jóvenes de hoy se apoyan en diversas formas de aprendizaje en las que media la tecnología, que también debe ser incorporada en los procesos de internacionalización. El Foro Económico Mundial estima que “para 2025, 85 millones de puestos de trabajo podrían ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre los humanos y las máquinas. Pero pueden surgir aún más empleos -97 millones- que se adapten mejor a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos”.
Según el FEM, las habilidades que tradicionalmente han aprendido los jóvenes no son ya suficientes y deben combinarse con aquellas derivadas del aprendizaje emocional y social, que les permita colaborar, comunicar y solucionar problemas, para triunfar en una economía digital en evolución. Esto lo que nos indica es que debemos formar diferentes y mejores seres humanos, creativos, críticos y flexibles que respondan y estén preparados para trabajar en contextos cambiantes. El FEM propone 10 habilidades o competencias, antes denominadas blandas, y ahora llamadas habilidades de poder, con objetivos de resolución de problemas, autogestión, trabajo con otros y desarrollo y uso de la tecnología. Estas diez habilidades son sin duda el norte de la educación internacional, el giro que debe dar el aprendizaje para plegarse a las nuevas realidades.
Entonces, ¿cómo mezclar el aprendizaje experiencial y la internacionalización? La Universidad del Rosario, consciente de los retos que implican estas nuevas tendencias, ha comenzado a incorporarlas en sus procesos de aprendizaje, apuntando a que tengan un enfoque más práctico, que se combine con colaboraciones interdisciplinarias e interculturales. La Universidad busca, en palabras de su rector, Alejandro Cheyne, “articular diversas estrategias pedagógicas que, de manera flexible e integrada, se conviertan en una oportunidad excepcional de conectar la práctica con la teoría”.
Prueba de esto se encuentra en sus más de 80 laboratorios, que sirven a sus diferentes disciplinas e integran no solo ambientes de experimentación, sino también de enseñanza y creación. A través de estos, la comunidad rosarista puede desarrollar procesos de enseñanza, investigación y extensión, a través de acciones como como el diseño, recopilación de datos y el desarrollo de capacidades analíticas, habilidades para la resolución de problemas complejos y la preparación para la práctica profesional. Un ejemplo de estos laboratorios es el UR Steam, que integra la ciencia, sostenibilidad, tecnología, ingeniería, arte, diseño y matemáticas para fomentar el relacionamiento entre la academia y las organizaciones. El UR Steam cuenta con 1.700 metros cuadrados y reúne 8 laboratorios al servicio de la comunidad rosarista y empresarial.
El Global Center de la Universidad del Rosario
Este espacio se ha convertido en el epicentro del aprendizaje de competencias multiculturales y de ciudadanía global en la Universidad, en donde hay un importante componente de aprendizaje experiencial. Allí se congregan los miembros de la comunidad rosarista, ya sean estudiantes, profesores, egresados o colaboradores, para a través de diferentes experiencias, adquirir las competencias multiculturales mencionadas anteriormente. En el Global Center se busca que los estudiantes estén expuestos a otras disciplinas y culturas y aprendan a dialogar con ellas. Este espacio cuenta, entre varios servicios, con un laboratorio de métodos digitales para ciencias sociales, Coil Lab, por sus siglas en inglés (Collaborative Online International Learning) y el soft skills for the international student experience Lab.
Por ejemplo, en el laboratorio de métodos digitales para ciencias sociales, que permite la reunión de distintas lecturas del mundo, para la resolución de problemas complejos, en el 2021 se adelantó un ejercicio de investigación multidisciplinar de gran importancia en el que estudiantes de la escuela de ingeniería, ciencia y tecnología, y de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos, analizaron la voz de los jóvenes, a propósito de las próximas elecciones presidenciales en Colombia, haciendo uso de big data tomada desde la API de Twitter, generando taxonomías que permitan entender su sentir.
Del mismo modo, en el Global Center los estudiantes podrán acceder muy pronto a un software llamado Mundo virtual UR, a través del cual ingresan a un mundo simulado, construyen un avatar con sus rasgos culturales y de identidad, e interactúan con avatares de diversas nacionalidades. Los participantes no sólo solo intercambian aspectos culturales claves, sino que, siguiendo una ruta de aprendizaje, logran interacciones sea cada vez más efectivas en situaciones culturalmente desafiantes. A lo largo de su transcurrir por los niveles del juego, el estudiante aprende diversas habilidades de autoconocimiento, comunicación multicultural y resolución de problemas complejos.
Herramientas como la Dive, por sus siglas en inglés (Describe, Interpret, Verify y Evaluate), les ayudan a construir estrategias efectivas de comunicación y negociación en contextos culturalmente diversos y que los retan en sus entendimientos e interacciones con el mundo. Este metaverso de la internacionalización es multijugador y se espera que, a futuro, quienes los usen pueda interactuar con actores de otros países e instituciones. Será una experiencia no solo innovadora y divertida, pues el participante saldrá con nuevas lecturas e interpretaciones y más seguridad para que su desarrollo profesional y personal en el mundo sea efectivo y enriquecedor.