Hoy, sin duda, cobra suma importancia contar con políticas públicas que apoyen los aprendizajes de los estudiantes con estrategias innovadoras. Estas deben apropiarse de las tecnologías sin olvidar el proceso humano e incorporar a los sistemas de gestión del aprendizaje herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial. De lo contrario, estaremos creando más brechas y los rezagos que dejó la pandemia nos costarán años superarlos. 

Tenemos que entender lo que significa que estemos viviendo la 4.ª revolución industrial y no podemos seguir diseñando políticas públicas que desconocen el avance de la ciencia y la tecnología y su articulación en los sistemas educativos.  

El exponencial crecimiento de la inteligencia artificial (IA) está teniendo un gran impacto en la educación; desconocerlo y no apropiarlo es condenar a los estudiantes de Colombia a quedar rezagados y conformarse con una educación que no les brinda las herramientas necesarias para enfrentarse a los retos presentes y futuros.

Consultando en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, la sección de educación no contempla estrategias para mejorar los sistemas de gestión del aprendizaje vía apropiación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.

Lo que se consigna en educación media más de lo mismo, sin apuestas ambiciosas que se traduzcan en impactos innovadores en las prácticas de enseñanza y aprendizaje, ni siquiera contempla un esbozo de competencias básicas necesarias en IA.

Esperamos que el Ministerio de Educación, bajo el liderazgo de la ministra Aurora Vergara o quien la vaya a suceder (con tanto cambio nunca se sabe), contemple en la elaboración del plan sectorial de educación una educación para el presente y para el futuro con enfoques pedagógicos a la altura de las nuevas tecnologías. Por supuesto, con un enfoque centrado en el ser humano y que privilegie la aplicación de los principios fundamentales de la inclusión y la equidad.

La incorporación de la IA en la educación nos hace un llamado adicional y es hacerlo no solo por moda en tecnología educativa, sino de manera responsable, lo que implica además de reflexiones profundas, adecuaciones estructurales para responder a las necesidades reales de la educación, pues adicional al reto de la incorporación de la IA, debe garantizarse un uso ético e inclusivo, equilibrando la dicotomía riesgo – beneficio, para que los estudiantes cuenten con herramientas para la vida y para el trabajo, sea profesional o emprendiendo.

Afortunadamente, no todo el panorama educativo en Colombia adolece de un enfoque innovador, en Medellín, por ejemplo, se está gestando un movimiento que esperamos inspire a muchos hacedores de política local y al nacional, especialmente.

#MovimientoDeAprendizajeInspirador es una iniciativa liderada por Comfama y CosmoSchools que le apunta a una educación más humana, incorporando las nuevas tecnologías para, desde ya, construir una educación del futuro.

Ahora bien, es cierto que sobre IA en la educación se viene hablando hace ya un tiempo, pero recordemos que aún nos falta mucho como país y como sociedad parar apropiar y explorar todo el potencial de las nuevas tecnologías en el mejoramiento de los aprendizajes.

Esperemos que con pretexto de una nueva agenda local, vía las elecciones de alcaldes y gobernadores, estén en el centro estos debates con propuestas ambiciosas y que desde el diseño de las políticas públicas, se contemple la adopción de tecnologías de IA, basándose en las necesidades de los contextos educativos con metas inmediatas y a largo plazo, pensando en la calidad de la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes del país.

Paola Portilla, abogada especialista en Cooperación Internacional con Maestría en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social. Con experiencia en procesos de promoción de participación ciudadana para incidencia en políticas públicas, formulación de proyectos sociales para acceder...