Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV) tiene ahora el reto de ser difundido, reconocido y apropiado por toda la sociedad colombiana. Luego del admirable trabajo de escucha testimonial producto del recorrido por todo el país y más allá de sus fronteras, se deberá trabajar para dar a conocer la verdad histórica del conflicto armado y las recomendaciones del informe con el fin de evitar que la barbarie vuelva a repetirse. En este sentido, es imprescindible que este informe sea transformado en estrategias curriculares en todos los colegios del país.
Vincular el informe de la Comisión con el sistema educativo es dar cumplimiento al decreto 588 del 2017, el cual expresa que “el informe final, en particular, tendrá la más amplia y accesible difusión, incluyendo el desarrollo de iniciativas culturales y educativas, como, por ejemplo, la promoción de exposiciones y recomendar su inclusión en el pensum educativo”. Convertir el informe en un material de trabajo pedagógico al interior de las instituciones educativas es, por tanto, un mandato legal.
Pero, más allá de dar cumplimiento a una ley, llevar este informe por la senda del saber pedagógico hasta las comunidades educativas hace realidad nuestra consigna de La Escuela territorio de paz. En este sentido, no podemos olvidar que la guerra y la degradación del conflicto armado permearon a toda la sociedad, y la institución escolar no estuvo ajena a la violencia social y política. La CEV y Educapaz encontraron que “entre 1986 y el 2021 se presentaron 881 casos de afectación a comunidades educativas durante el conflicto armado”, los cuales fueron cometidos por todos los actores armados. Si educar es informar, debatir y reflexionar sobre lo que sucede y ha sucedido a nuestro alrededor, este informe es clave para construir la paz y tejer una memoria histórica que nos permita mirar al futuro.
Por último, las recomendaciones que hace el informe para todas las instancias e instituciones del Estado colombiano son claves para planear y construir escenarios de reconciliación que permitan trazar un futuro en democracia con justicia social. Por eso, aquellas voces que siguen ancladas al negacionismo del conflicto y quieren aislar la escuela de los eventos históricos expresan actitudes ignorantes y peligrosas. A estas personas les digo que las maestras y maestros de Colombia estamos comprometidos en la tarea de educar para la verdad.