Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Trabajemos por la curiosidad en el día a día
Que sienten cuando hacen una pregunta y les responden “la curiosidad mato al gato”. Básicamente nos están diciendo no indague más. Para los curiosos de la historia, este dicho nace en el siglo XVI en Inglaterra, derivado de la frase “care killed the cat” que luego se transformó en “curiosity killed the cat”. En mi opinión, este perjudica el desarrollo, la imaginación y creatividad de niños, jóvenes y adultos. Y es que la curiosidad es una de las herramientas más significativas para adaptarse a los retos del futuro del trabajo.
El valioso impacto de la curiosidad se evidencia fácilmente en los niños de 1-4 años, quienes preguntan constantemente ¿Por qué? y ¿Por qué? y ¿Por qué? y ¿Por qué?. Cuando arrancan esta etapa, que ojalá nunca acabe, muestran una clara señal de que su mente se está expandiendo rápidamente y que sienten curiosidad por el mundo. Están empezando a entender el concepto de causa y efecto, y que hay una razón para casi todo. Esta competencia es clave tanto para el crecimiento de los niños, como las personas y por supuesto las organizaciones. Nuestro reto es buscar que más empleados, líderes y empresas la adopten como parte de su modus operandi.
Según Francesca Gino (HBR 2018), invertir en desarrollar la curiosidad en las empresas puede generar 4 grandes beneficios:
- Menos errores en la toma de decisiones: ya que la curiosidad disminuye nuestro sesgo de confirmación (buscar información que respalde nuestras creencias en lugar de profundizar en la evidencia que sugiere que estamos equivocados) y también disminuye nuestra manera de estereotipar a las personas.
- Aumenta la innovación y genera cambios positivos tanto en empleos creativos como rutinarios lo que nos permite proponer y adaptarnos más rápido al futuro.
- Disminuye los conflictos entre grupos: entender a los otros, sus posiciones y argumentos facilita no solo la toma de decisiones sino la resolución de disputas.
- Mejora la comunicación y el desempeño de los equipos de trabajo al fomentar la transferencia de información.
Si genera ese impacto, entonces que es lo que debemos hacer para fomentar e impulsarla en nuestro día a día. Basados en las recomendaciones de Gino (HBR 2018) y la experiencia de EduEmplea hay 5 acciones que consideramos claves para impulsarla:
- En los procesos de selección evalúe la curiosidad de las personas, como por ejemplo lo hizo Google al dejar retos matemáticas en vallas en las calles para captar candidatos indagadores.
- Pregunte más y hable menos, para que pueda profundizar y encontrar diferentes conclusiones e información para la toma de decisiones.
- Fomente objetivos de aprendizaje en casa o en la empresa para que el talento pueda profundizar a su propia velocidad, por sus caminos y sus métodos.
- Incentive la libertad educativa: permita que los empleados, sus hijos o compañeros de trabajo tengan tiempo para aprender lo que ellos quieran, tenga o no relación con su día a día. Esto genera nuevas ideas, nuevas conexiones, lo cual fue una de las habilidades diferenciadoras de personas como Leonardo DaVinci.
- Los días de la “preguntadera”: incentive en su organización, su hogar o su colegio cuestionar y hacer ejercicios que arranquen con preguntas ¿Por qué…? ¿Qué tal sí hacemos..? ¿Cómo podríamos cambiar…?
En conclusión y complementado una frase de sir Ken Robinson que dice “la cosa más importante que un profesor puede hacer por los estudiantes es mantener viva su curiosidad”, diría que no solo los maestros, sino también padres, líderes y organizaciones debemos trabajar por esto. Busquemos fomentar y despertar la curiosidad día a día y dejar de pensar que preguntar mucho es sinónimo de retar la autoridad ( “matar al gato”) y más bien es sinónimo de impulsar el crecimiento individual y grupal (“salvar el gato”).