Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
La actual administración de la Universidad Distrital convocó a elecciones para la representación de los egresados ante el CSU y no está brindando las garantías necesarias, principalmente porque los recursos y bienes están al servicio de una candidatura
Partiendo de una profunda creencia en la participación democrática y en la ampliación de los escenarios de construcción colectiva para lograr cambios profundos que transformen las costumbres excluyentes y la corrupción. Así como de la necesidad de consolidar un sistema de educación superior pública y de calidad, hoy me sumo al llamado que hicieron los Candidatos al Consejo Superior Universitario en Representación de los Egresados de la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” en la UD estéreo.
La actual administración de la Universidad Distrital convocó a elecciones para la representación de los egresados ante el Consejo Superior Universitario y no está brindando las garantías que el proceso debe tener, principalmente porque los recursos y bienes de la Universidad Distrital están al servicio de una candidatura. Esto se debe a que el actual representante de los egresados, Carlos Fajardo, es candidato también y si bien esto es perfectamente legal, no es ético.
Parafraseando a Bernard, los representantes, políticos y pañales hay que cambiarlos seguido… y por las mismas razones.
Esperaríamos de la administración de la Universidad, una actitud crítica frente a esta candidatura y lo que implica para las demás, sin embargo, hay un silencio preocupante aún cuando es de público conocimiento que se organizan y patrocinan eventos, se utilizan la información y base de datos de los egresados (no disponibles para todos) para invitarles a participar en encuentros y actividades lideradas por el candidato y actual representante.
Ante esta situación nadie responde, nadie se manifiesta, nadie dice nada y el proceso continúa como si no no fuera cuestionable que una universidad reproduzca las mas cuestionables prácticas de la política Colombiana, el proceso continúa sin haber cumplido con el cronograma ni las actividades estipuladas en los acuerdos reglamentarios.
Vale la pena preguntarse si la Universidad Distrital está adoptando, con estas medidas y otras como la suspensión del semestre académico, una política que marcará las formas de participación y por ende, de construcción de conocimiento y comunidad en la institución en el futuro. Espero, que el llamado hecho en el debate en la UD estéreo, tenga eco y se logre replantear el proceso electoral ajustándolo a las condiciones actuales y con las garantías que este proceso amerita.