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Para la mayoría de los niños y jóvenes del campo son rarezas los dos extremos de las trayectorias que hacen posible salir de la pobreza mediante la educación

La Mesa de Nacional de Educación Rural, expidió este comunicado, en relación a las marchas estudiantiles que se llevan a cabo hoy en todo el país.

Las entidades y personalidades que formamos parte de la Mesa Nacional de Educación Rural compartimos la protesta social por la crisis educativa del país, una de cuyas manifestaciones es la difícil situación financiera de la educación superior.

Respaldamos las movilizaciones ciudadanas para exigir del Estado manifestaciones prácticas e inequívocas de la voluntad política que se proclama cuando se reitera el interés del Estado y el gobierno por combatir la inequidad.

Somos un movimiento ciudadano no partidista, abierto y  autónomo que trabaja de manera solidaria para que el país adopte y ejecute una política pública que garantice a la población de las zonas rurales su derecho a educación oportuna, suficiente y de buena calidad.

Para la mayoría de los niños y jóvenes del campo son rarezas los dos extremos de las trayectorias que hacen posible salir de la pobreza mediante la educación: la atención integral a la primera infancia y el acceso a educación superior. Los niños del campo ingresan tarde a la escuela, la interrumpen más a menudo y la abandonan primero que quienes viven en zonas urbanas.

Si empezar la educación superior es un derecho reservado al 44% de los bachilleres urbanos, para los jóvenes rurales es privilegio de 22 de cada 100, lo que oculta  todavía grandes diferencias territoriales.

Los colombianos de las zonas rurales tienen que luchar todavía en muchos casos por las condiciones más elementales para entrar al sistema educativo y terminar la secundaria: escuelas dignas, con sanitarios, internet y maestro bueno durante todo el año; eso sin nombrar alimentación, transporte y albergue cuando se requiere. Al final, los mayores de 15 años apenas se acercan a los 6 años de escolaridad en promedio y más de 12 de cada 100 son analfabetas. Así se reproduce la inequidad y se violan los derechos de muchos colombianos.

Entre tanto, el Estado proclama su intención de equidad y progreso, al tiempo que dice que no hay plata ni para la educación en el campo ni para la educación superior pública.

La Mesa Nacional de Educación Rural se une a la protesta de los estudiantes, en la esperanza de que existan todavía universidades oficiales cuando la mayoría de jóvenes rurales disfruten de oportunidades para terminar la educación media y estén en condiciones de aprobar las pruebas de ingreso a educación superior.

Magister en Lingüística y Educación (Univ. Osnabrück, Alemania) / Licenciado en Filosofía y Letras (Univ. Javeriana, Bogotá). Experiencia con diversas entidades públicas y privadas, en el país y el exterior. Especialmente en educación con población rural: proyectos, planeación regional y territorial,...