Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Hace poco, McKinsey & Company presentó en Bogotá un estudio sobre los factores que, desde los datos de PISA, inciden en el desempeño de los estudiantes de América Latina.
Según esta propuesta, las actitudes y la motivación de los estudiantes tienen un efecto sobre su desempeño que es incluso mayor al de las condiciones socioeconómicas en las que viven. También reconoce otros factores que inciden positivamente en este desempeño. Entre estos podemos mencionar las estrategias de enseñanza dirigidas por los maestros, la enseñanza basada en indagación, el uso de la tecnología por parte de los docentes y la extensión del tiempo escolar.
Esta aproximación es una muestra de los análisis que se pueden hacer con el uso de técnicas estadísticas avanzadas. McKinsey basó el análisis en técnicas de big data para identificar las variables que tienen una mayor capacidad de predicción del desempeño académico de los estudiantes, entre las más de 1000 opciones que surgen de las bases de datos de PISA.
Ahora, no solo los datos de la OCDE permiten este tipo de acercamientos. Hay, a disposición de investigadores y formuladores de política, una gran cantidad de información que puede ser procesada para entender la realidad educativa de manera más profunda. Es clave que este tipo de análisis comience a ser más utilizado en el país y que se aproveche toda la información que diversas pruebas estandarizadas arrojan.
En los próximos dos años, por ejemplo, Colombia participará en diferentes evaluaciones internacionales. Entre estas están el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE); el estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana (ICCS); el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS); la encuesta Internacional de Enseñanza y Aprendizaje (TALIS), que a diferencia de las demás no trata de medir los aprendizajes de los estudiantes sino que se concentra en las condiciones de trabajo de los maestros y en el ambiente escolar en las instituciones; y una nueva aplicación del Programa para la Evaluación Internacional del Estudiante (PISA).
En Proantioquia creemos prioritario avanzar en la construcción de equipos y análisis de datos responsables. Es de suma importancia superar la construcción de ránquines, para concentrase en la identificación de aquellos elementos que expliquen los desempeños de los estudiantes, así como los elementos que no aportan al adecuado funcionamiento de nuestro sistema educativo.
Se trata entonces de tener la mayor cantidad de información analizada disponible que nos permita, cada vez más, tomar decisiones de política pública basados en la evidencia. Solo mediante acciones planificadas e intencionadas, que reconozcan y utilicen las métricas disponibles podremos avanzar en la construcción de una apuesta conceptualmente sólida y empíricamente validada. Un sistema educativo de calidad no puede seguir desconociendo los resultados que existen para proponer soluciones a la medida de nuestras realidades.