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Ivón Andrea Cheque Acosta, ex psicóloga del colegio de Urrego, fue condenada a 35 meses de prisión y testificará en contra de la rectora del plantel educativo. Se trata de la segunda implicada en el caso que se acoge a un preacuerdo.

Tres años han pasado desde la muerte de Sergio Urrego, su nombre dejó de ser extraño para muchas personas en Colombia, que hoy lo recuerdan como el joven que puso a pensar al país si en los colegios funcionaba la ruta contra la discriminación que les ordenaba la ley de convivencia. Sergio decidió quitarse la vida a causa de la psicología forzada de la que fue objeto por parte de las directivas de su colegio, así como la discriminación y demás presiones y hechos arbitrarios, que derivaron en un proceso penal en el que se emitió el primer fallo condenatorio por discriminación en colegios de Colombia.

Hoy el caso tiene un nuevo resultado, pues la segunda de las tres implicadas en este aceptó su responsabilidad después de que se adelantara un proceso penal en contra de miembros del colegio, acusados de actos de racismo y discriminación agravado, falsa denuncia en contra de persona determinada y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorios.

Así este lunes, la Juez 51 Penal del Circuito aprobó un preacuerdo mediante el cual Ibonne Andrea Cheque Acosta, ex psicóloga del Colegio Gimnasio Castillo Campestre, acepta su responsabilidad por los delitos de discriminación agravada y falsa denuncia en contra de persona Determinada.

Cheque, fue condenada a una pena de 35 meses de prisión y al pago de 8.49 salarios mínimos legales vigentes, a título de multa. De igual forma se comprometió a ser testigo en contra de la rectora del plantel educativo, Amanda Azucena Castillo Cortés, así como a disculparse públicamente por los hechos que derivaron en el suicidio de Sergio.

Cabe recordar que el 11 de octubre de 2016, Rosalía Ramírez, veedora del colegio aceptó su responsabilidad penal por actos de discriminación en contra de Sergio Urrego, al firmar un preacuerdo con la Fiscalía. Para la fecha, Ramírez se comprometió a testificar en el proceso que se adelantaba contra la exdirectora del centro educativo y la psicología.

Este nuevo preacuerdo sería una muestra de la culpabilidad de las directivas del colegio y  abriría la puerta a conocer más información sobre los actos de discriminación de los que fue víctima Sergio.

ANTECEDENTES

En septiembre de 2014, Alba Reyes, mamá de Sergio Urrego, interpuso acción de tutela contra el Colegio Gimnasio Castillo Campestre, la Secretaría de Educación de Cundinamarca, la Fiscalía General de la Nación, la Comisaría Décima de Familia de Engativá y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). (Amplíe aquí los argumentos de la acción de tutela).

Esta acción de tutela, presentada ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca exigía la protección de los derechos de Sergio y su Familia a la intimidad, buen nombre, la memoria, la no discriminación, libre desarrollo de la personalidad, educación y a conocer la verdad, la justicia y la reparación por las acciones y omisiones de las entidades demandadas.

Todo esto después de que Sergio fuera víctima de la apertura de un proceso disciplinario, de imprevistas interrupciones en su jornada académica, obligado a acudir a psicorientación, señalado de acoso, entre otros actos arbitrarios derivados de una muestra de afecto pública con otro joven en su colegio.

La Corte Constitucional, en la Sentencia T-478, protegió los derechos de Sergio a Urrego a la igualdad y no discriminación, al libre desarrollo de la personalidad, a la educación y al debido proceso. (Vea aquí lo que señalo la Corte sobre la Sentencia T- 478)

LOS ACTOS DE DISCRIMINACIÓN DE LOS QUE FUE VÍCTIMA SERGIO URREGO 

– Después de que Sergio Urrego criticara los cobros no autorizados en su colegio, tuvo que asistir a atención psicológica por sus palabras.

– Su profesor, Mauricio Ospina, decomisó un celular, y exigió que le entregaran la clave para ver el beso de Sergio y su pareja. Un hecho que no solo violó su privacidad sino que dio inicio a una serie de actos arbitrarios que luego llevaron a Sergio al suicidio.

– La psicóloga del plantel educativo, Ivón Cheque, lo obligó a declarar cuál era su orientación sexual, le advirtió que el beso era una manifestación obscena, grotesca y vulgar según el manual de convivencia y le exigió a Sergio y su pareja firmar un compromiso de distanciarse.

– La confirmación de su orientación sexual tuvo que repetirla frente a cuatro profesores, por orden de la psicóloga.

– Se le obligó a contarle a sus padres acerca de su orientación sexual y de su noviazgo en una citación formal del colegio; los padres de Sergio lo apoyaron, la mamá de su pareja reaccionó negativamente.

– Como el padre de Sergio, Robert Urrego, no pudo asistir a una de las citaciones, a Sergio se le excluyó de las clases, hasta el regreso de vacaciones.

– A los padres de Sergio les aseguraron que el problema era de acoso sexual de Sergio hacia su pareja (aunque los educadores reconocieron no tener evidencias del hecho, Sergio sí dejó las pruebas de su relación consentida en sus comunicaciones personales).

– Después, los padres de la pareja de Sergio pusieron una denuncia contra él en la Fiscalía por supuesto abuso sexual a su hijo.

– La rectora le exigió un certificado externo de acompañamiento psicológico.

– Se le impidió de nuevo el regreso a clases por falta de ese certificado de acompañamiento psicológico.

– Posteriormente, la psicóloga del colegio rechazó la certificación de acompañamiento externo que su padre presentó por “no cumplir los parámetros”.

– Le advirtieron que no debía hablar mal de la institución.

– Le dejaron muy claro que no podía volver a discutir la autoridad del colegio.

– A Sergio le retuvieron el certificado de estudio de años anteriores, necesario para cambiarse de colegio.

– La Comisaría de Familia de Tenjo notificó a Alba Reyes, la mamá de Sergio, sobre un proceso por supuesto abandono de hogar (Alba trabajaba en Cali y debía viajar para cada citación del colegio); el colegio fue el que presentó la queja.

– La Comisaría hizo una visita a la casa de Sergio, en ausencia de su mamá, y en presencia de su abuela, y concluyó que no se trataba de un caso de violencia intrafamiliar.

– Los papás de Sergio presentaron una queja contra el colegio en la Secretaría de Educación, que nunca fue respondida (la Secretaría visitó el colegio y levantó un acta donde asegura que Sergio estaba abandonado y que nunca se le había discriminado).

– Una vez los padres de Sergio lo retiraron del Gimnasio Castillo Campestre, dejando en claro su protesta por el acoso y la discriminación, el colegio se negó a devolverles el dinero de derechos de grado y el certificado de paz y salvo. Este fue uno de los hechos que afectó profundamente a Sergio, testigos aseguran que ese día se derrumbó y lloró a solas en el baño.

– El colegio castigó a los compañeros de Sergio que fueron a su sepelio y los obligó a recuperar el tiempo de ausencia estudiando un sábado.

– La rectora advirtió a los alumnos que deben ser discretos y que “gente como esa no es aceptable en el colegio”; otra compañera confesó, en un correo, que la rectora habría dicho que la muerte de Sergio era un beneficio para la sociedad y que ellos no tenían la culpa porque Sergio se había suicidado cuando ya no era alumno del Gimnasio Castillo Campestre.

Gracias a su labor desde Colombia diversa, pudo poner el tema de los derechos de las personas LGBTI en los medios de comunicación. Con esto logró que muchos colombianos se movilizaran en defensa del reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo no casadas en Colombia e hizo necesaria...