Ahora que se presenta a los profesores como adoctrinadores, se crea un estereotipo, una historia única. Que niega existen los que enseñan a dialogar auténticamente con personas diferentes, desde el respeto y la voluntad auténtica de entender.

Tuve el privilegio de leer el discurso de Chimamanda Ngozi Adichie en el que habla del peligro de la historia única a partir de cinco postulados que tomo textualmente de sus ideas:

  1. Así es como se crea una historia única, se muestra a un pueblo como una sola cosa, una única cosa, una y otra vez, y al final lo conviertes en eso.

  2. El relato único crea estereotipos, y el problema con los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. Convierten un relato en el único relato.

  3. Es imposible conocer debidamente un lugar o a una persona sin conocer todas las historias de ese lugar o esa persona. La consecuencia del relato único es la siguiente: priva a las personas de su dignidad

  4. Las historias importan. Muchas historias importan. Las historias se han utilizado para desposeer y calumniar, pero también pueden usarse para facultar y humanizar. Pueden quebrar la dignidad de un pueblo, pero también pueden restaurarla.

  5. Cuando rechazamos el relato único, cuando comprendemos que nunca existe una única historia sobre ningún lugar, recuperamos una especie de paraíso.

Esto me ayudó a pensar en el debate en redes sociales que presenta a los profesores, a todos y sus agremiaciones como adoctrinadores, creando un estereotipo, una historia única. Cuántos de nosotros justamente hemos tenido profesores que nos han permitido evaluar otros puntos de vista (incluso con los que ellos mismos no están de acuerdo), que nos han invitado a leer y ponderar otros argumentos (incluso cuando son distintos a los suyos), yo los he tenido, gracias a esos profesores he aprendido a ser mejor persona, a convivir mejor con otros, a dialogar auténticamente con personas diferentes a mi, desde el respeto y la voluntad auténtica de entender por qué es posible pensar de esa manera.

Siendo esto así, también debo decir que he sido profesora de otras maneras a veces, que a veces no he invitado a analizar puntos de vista que difieran de los míos, que no he fomentado suficientemente la convergencia de múltiples historias en mis clases, que podría, de manera más decidida, trabajar por el rechazo de un único relato, aún cuando ese único relato corresponda a mi forma de ver el mundo.

Pienso que los que necesitamos como sociedad en este debate tiene que ver con reconocer a los profesores como diversos y sobre todo, partir del principio que los profesores amamos lo que hacemos, buscamos auténticamente construir una sociedad mejor, si no se parte de ese principio, la sociedad nos deshumaniza, y además, desumaniza la educación, la reduce, la simplifica. De otro lado, siendo esos maestros que somos, no está de más buscar ser mejores, promover pensamiento crítico desde la valoración de la diferencia y la confluencia de múltiples historias y empatías, oponernos decididamente a la construcción de un único relato en nuestras vidas y desde nuestras aulas.

Doctora y Magister en didáctica de las disciplinas. Sorbona Paris VII. Magister en Educación. Universidad de los Andes. Licenciada en Química. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Con experiencia en formación y acompañamiento de maestros, análisis y acompañamiento de Prácticas educativas,...