La tecnología tiene un potencial gigante de transformación. Carl Sagan una vez dijo “vivimos en una sociedad dependiente de la ciencia y la tecnología, en la que nadie sabe nada de estos temas. Esto consiste en una formula segura para el desastre”.

La tecnología afecta desde la forma en cómo nos comunicamos y compartimos información hasta cómo trabajamos, nos entretenemos y cuidamos nuestra salud. La tecnología ha cambiado radicalmente la forma en la que interactuamos con el entorno.

La tecnología ha sido capaz de crear un mundo más interconectado que permite a las personas en todo el mundo comunicarse de maneras que antes eran impensables. Esto ha cambiado la forma en que trabajamos, viajamos y nos relacionamos con los demás.

También ha transformado la forma en que producimos y distribuimos bienes y servicios, permitiendo una mayor automatización y eficiencia en los procesos de fabricación, transporte y logística.

Incluso ha mejorado los estándares de bienestar incrementando nuestra capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades, y la forma en que cuidamos nuestra salud en general.

Ahora, hay un tema clave. La tecnología ha transformado la forma en que aprendemos y nos educamos. Nos ha permitido tener un mayor acceso a la educación en línea y a la creación de plataformas de aprendizaje.

La pregunta es: ¿es esto último algo positivo? Como diremos los economistas, depende.

La tecnología permite a los estudiantes acceder a una gran cantidad de información y recursos educativos, lo que puede enriquecer su aprendizaje y permitirles profundizar en temas específicos. Igualmente, las plataformas de aprendizaje y los sistemas de tutoría permiten a los estudiantes aprender a su propio ritmo y adaptarse a sus necesidades.

Esto sin mencionar que las herramientas de videoconferencia y las plataformas de colaboración le brindan a los estudiantes formas para trabajar juntos y participar activamente en su aprendizaje.

Sin embargo, no todo es color de rosa.

El uso excesivo de la tecnología puede llevar a los estudiantes a depender demasiado de ella y descuidar otras habilidades importantes, como la comunicación cara a cara y la resolución de problemas.

Además, la tecnología puede ser una distracción, especialmente en un entorno de aprendizaje en línea donde los estudiantes pueden estar tentados a navegar por internet o usar las redes sociales.

Esto nos lleva a pensar que, siempre y cuando se implemente de manera efectiva y se utilice con prudencia, la tecnología nos puede traer infinitos beneficios. 

Es analista económico en Corficolombiana. Estudió economía y una maestría en economía en la Universidad de los Andes.