Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Tres escenarios para lo que viene con el ELN: uno ideal, uno probable y uno para ponerse nervioso.
La delegación del Gobierno, presidida por Juan Camilo Restrepo y la del ELN, presidida por Pablo Beltrán, han trabajado desde febrero en Quito buscando un camino para que estas negociaciones, difíciles y con poco entusiasmo ciudadano, vayan hacia adelante, para lograr el cierre definitivo de este largo y doloroso conflicto armado y una ampliación de esta precaria democracia.
El Gobierno quiere que el ELN deje de secuestrar, y el ELN quiere que el Gobierno se comprometa frente a la criminalidad contra líderes sociales. Ahí han establecido sus líneas rojas.
A mi juicio, lo que puede dinamizar estas negociaciones es una participación social y ciudadana, sin ello no hay nada.
Esta semana es clave para saber el rumbo de esta negociación. Se pueden vislumbrar tres escenarios. Entre miércoles 30 y viernes 1 de septiembre, es previsible que haya un pronunciamiento conjunto.
El escenario óptimo, pero poco probable: Que haya acuerdos concretos y viables en el punto de “Dinámicas Humanitarias”, lo cual implicaría que han encontrado un camino para trabajar en los temas sensibles que los han ocupado desde febrero: el punto de protección de comunidades y líderes, el asumir el tema del “paramilitarismo”, compromisos del ELN frente a secuestro, el tema de los presos, desminados conjuntos, no afectación a la infraestructura petrolera y energética.
Igualmente que haya acuerdos para abrir las audiencias para el proceso de participación y por último un compromiso para establecer cese bilateral de fuego y hostilidades. Este escenario es muy poco probable.
El escenario posible: Que haya compromisos en el punto de “Dinámicas Humanitarias”, donde deben estar las dos prioridades de las partes: protección de líderes, combate al “paramilitarismo” y compromisos frente al secuestro. Y que los puntos de presos, infraestructura petrolera, acompañamiento a las comunidades que sufren los rigores de la violencia de alguna forma entrarían en el acuerdo, así sea de manera parcial.
Se abriría una ruta para las audiencias sobre participación y el ELN de manera unilateral se compromete con un cese, que puede ser por un tiempo limitado.
El escenario para ponernos “nerviosos”. Que no haya aun acuerdos sobre el tema de “Dinámicas Humanitarias”, que no se vislumbre el inicio de las audiencias para la participación social y que no haya un gesto de distensión por parte del ELN.
La semana entrante llega el Papa Francisco y tanto Gobierno como el ELN han anunciado desde junio que quieren recibirlo con buenas noticias, esperemos que así sea.