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El desplazamiento forzado a causa del conflicto armado en Colombia ha sido una fuerza importante en la expansión de los asentamientos humanos. Su efecto no es homogéneo, más fuerte en la zona Caribe y el sur del Pacífico, y más suave en el centro. 

Resultados preliminares de un trabajo realizado en colaboración con Andrés Sampayo, Andrés Peña, Guibor Camargo y Fernando Carriazo, colegas de la Universidad del Rosario. 

Desde hace varios meses exploramos la relación que existe en Colombia entre el desplazamiento por el conflicto armado y la expansión de la mancha antrópica. Combinando datos de imágenes satelitales, con el registro de la unidad de víctimas, logramos explorar la relación entre ambos fenómenos. 

La mancha de las actividades humanas sobre el planeta la medimos entre 1980 y el presente. Los datos de desplazados por municipio están disponibles en un lapso de tiempo similar (desde el 84).

Finalmente tenemos resultados preliminares, que estamos en proceso de analizar, así que cualquier comentario u observación es más que bienvenida. En las dos primeras gráficas se ve el efecto que tuvo ser municipio a. receptor y b. expulsor de desplazados sobre la cantidad de hectáreas transformadas.

El efecto de receptor es significativo en todo el país, pero curiosamente es más suave en las regiones más pobladas de la cordillera (azul), y más intenso (rojo) en la costa caribe y el sur del litoral Pacífico. El efecto expulsor es más fuerte en el Piedemonte, y más suave en la región sur del Pacífico.

En la tercera imagen, los puntos en rojo en La región Caribe, buena parte de la cuenca del Cauca, y el Pacífico norte, no tienen un efecto estadísticamente significativo (la expulsión de personas ahí no significó aumentos en transformación antrópica). 

Esto son apenas unos resultados preliminares, y naturalmente habrá muchas pruebas específicas (ya hemos hecho varias y los resultados son bastante consistentes), pero por ahora podemos decir que hemos encontrado una relación positiva entre el desplazamiento forzado a causa del conflicto, y los procesos de expansión urbana.

Evidentemente no es una hipótesis muy descabellada (que las ciudades crecen cuando llega gente), sin embargo, lo interesante es que hemos logrado identificar el efecto y además su heterogeneidad espacial y en el tiempo. 

Profesor asistente de la Universidad del Rosario. Estudió antropología pero también tiene conocimientos en epidemiología y en caricatura.Su aréa de interés principal es el uso de datos para estudiar fenómenos sociales.