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Orden, legitimidad y poder “paraco”
El pasado 22 de diciembre de 2022, Hernán Giraldo Serna, conocido como “Taladro” o el “Patrón de la Sierra”, envío una carta a los medios de comunicación desde la cárcel de Itagüí en la que plasmó sus intenciones de “sentarse y ayudar a encontrar caminos que nos lleven a la anhelada paz”. Una carta en la que se refiere a un supuesto “liderazgo” de más 40 años, que no dejó sino dolor en la Sierra Nevada de Santa Marta.
En esta carta menciona “errores” que son realmente conductas sistemáticas de violación de derechos humanos, una verdad a la que faltó, garantías de no repetición que no cumplió y por la que hoy es procesado por delitos de lesa humanidad, y unos bienes que están en pleito judicial y no han servido para reparar a las víctimas.
Vale la pena, entonces, analizar esta situación desglosando esa carta. Primero, hay una narrativa peligrosa en la que Giraldo se ve a sí mismo como un líder comunitario y social de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Recordemos que él es un exparamilitar confeso, no “un simple campesino”; su actuar criminal y por el que fue condenado, dejó más de 65 mil víctimas, al menos 706 crímenes, más de 40 víctimas de desaparición forzada, homicidios, tortura, secuestros, desplazamientos forzados y sus familiares han sido judicializados por conductas criminales como narcotráfico y homicidios selectivos.
Además de dos detalles que son de inmensa importancia: después de un proceso de investigación que he liderado por más de ocho años, pudimos demostrar que, por un lado, no contó toda la verdad sobre la violencia sexual ejercida por su persona durante el conflicto armado.
Solo reconoció a 33 de las víctimas y nuestra investigación documentó, técnicamente, al menos 201 niñas violadas de manera sistemática. Lo que lo convierte en el mayor depredador sexual de menores de edad en Colombia en el marco del conflicto.
Segundo, presuntamente siguió cometiendo crímenes dentro de la cárcel de Itagüí y la cárcel Modelo de Barranquilla durante el proceso Justicia y Paz. Giraldo Serna presuntamente ingresó y violó a cuatro menores de edad que hacen parte de un proceso que lleva una fiscalía especializada en derechos humanos y que el año pasado fueron declarados crímenes de lesa humanidad.
Hernán Giraldo sigue teniendo un gran poder simbólico en el territorio. Su solo nombre le genera a sus víctimas terror, miedo y zozobra. Existe una estructura intergeneracional que ha dejado como resultado que dentro de su grupo familiar al menos 20 personas hayan sido judicializadas, extraditadas y condenadas por diversos delitos, entre ellos, narcotráfico, homicidios en personas protegidas, asesinatos, violaciones, extorsión y otras actividades criminales. Tiene influencia y capacidad para movilizar las estructuras que, en nuestras investigaciones, hemos comprobado nunca se desmovilizaron.

Hernán Giraldo fue extraditado a Estados Unidos, junto con otros exparamilitares, pero ha mantenido su poder militar e influencia dentro de las estructuras neoparamilitares que han operado en la Sierra desde entonces y que aunque han tenido alrededor de 8 nombres distintos, no son más que el linaje de Giraldo: un ejército militar que creó violando a más de 200 menores de edad, que tuvieron a sus hijos y que luego mantuvieron su estructura de control, poder y dominio del territorio.
Si bien es verdad que Giraldo tiene capacidad de interlocución con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, enviaría un mal mensaje el gobierno nacional -y esto lo digo en nombre de las víctimas, los investigadores y de las personas que hemos venido abanderando esta lucha por la verdad y la justicia por tantos años- si el mal llamado Patrón de la Sierra es reconocido como facilitador o promotor de la paz total.
En la carta, él dice que no tiene ningún interés político, pero, en la realidad, Hernán Giraldo Serna sigue influyendo. Las estructuras herederas, llamadas “Los Pachencas” y que hoy se reconocen como Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, siguen teniendo poder político en las elecciones locales, haciendo grandes reuniones para apoyar candidatos al concejo, la alcaldía y gobernación.
Que esto no sea la verdad oficial es distinto; pero, hay reuniones documentadas en las que los líderes de estas autodefensas han llamado a organizaciones y a la movilidad social para apoyar candidatos.
En la Sierra Nevada de Santa Marta hay unas lógicas de mando mixtas: hay herederos de Hernán Giraldo que siguen siendo parte de dichas estructuras armadas. Él mismo lo menciona en la carta cuando los minimiza y reconoce como “errores” de su familia que, realmente, son crímenes.
Hay parte de una organización familiar que sigue teniendo el poder, sobre todo, a través del blanqueamiento de activos, el control de las rutas del narcotráfico y el POT paramilitar, que es la distribución geográfica de las actividades criminales en la Sierra Nevada entre las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra y el Clan del Golfo.
Además, en días pasados, hace aproximadamente dos meses, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra mandaron una carta formal al alto comisionado de la paz en la que solicitaron, precisamente, que Hernán Giraldo Serna fuera su interlocutor, al igual que Freddy Castillo alias “Pinocho” quien también fue judicializado hace unos meses por crímenes de lesa humanidad.
De manera que sí es posible demostrar el control e injerencia de Hernán Giraldo en el territorio.
Seguridad y conflicto armado: el caso Santa Marta y la subregión norte del Magdalena
A partir de la desmovilización del frente resistencia Tayrona en el 2006 y la posterior extradición a Estados Unidos de su máximo comandante, Hernán Giraldo Serna, en el 2008, se han generado una serie de estructuras en el territorio catalogadas como GAO que ejercen influencia y controlan las rentas ilegales, entre ellas la extorsión, el micro tráfico, el POT paramilitar y el narcotráfico.
Evolución histórica de las estructuras paramilitares en Santa Marta

POT paramilitar
El Plan de Ordenamiento Territorial Paramilitar o POT paramilitar, como ha sido denominado por académicos y activistas de derechos humanos en el territorio, es la división que se dio en la Sierra Nevada de Santa Marta durante los procesos de reorganización de los bloques paramilitares en esta zona del país y qué implicaba a la ciudad, para su manejo y control.
La zona urbana y rural estaba dividida. Esto facilitó a los comandantes el control y, por ende, tener la responsabilidad de su zona. Había una zona neutral, donde nadie se metía, pero que controlaba Giraldo, a saber: 11 de noviembre, Garagoa, Cantilito y el Yucal. Para el Clan de los Rojas, era Gaira y Bonda.
Esto básicamente funcionaba solo para casos de sicariato. Si la gente de Hernán Giraldo tenía que asesinar a alguien que estaba en la zona de los Rojas debía ser informado al comandante de los Rojas y este tomaba la decisión si lo asesinaban ellos o permitían que los hicieron los Giraldos y viceversa.
Hoy, el POT paramilitar se encuentra vigente con la política implementada por el grupo posparamilitares, actualmente autodenominados como “las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra”(ACS) que incluye la apropiación y control de las mejores tierras de la Sierra Nevada, la ampliación del mercado interno del microtráfico, el control de las rutas del narcotráfico y la salida de cargamentos de coca por los puertos alternos colindantes a menos de un kilómetro con el terminal marítimo en Pozos Colorados en la zona de playa, propiedad de la nación concesionada a Cenit y las oficinas administrativas del terminal Pozos Colorados.
Los puertos y salidas para el narcotráfico hacen parte del sistema de transporte de preferencia de los narcotraficantes. De lo que se ha encontrado en el distrito de Santa Marta es que para las salidas hay 4 modalidades.
Algunas de estas incautaciones están siendo orquestadas desde Ciénaga (Magdalena) debido a los controles y las incautaciones que la Armada Nacional viene efectuando en el distrito; pero, en efecto, manejan un hilo conductor que está asociado al Clan del Golfo y que sostiene alianzas con locales desde los municipios de Ciénaga y Zona Bananera para impactar en algunos sectores de Santa Marta.
Las salidas que se hacen desde ahí son “autorizadas” por las ACS o la Oficina Caribe, dejando al Clan del Golfo con salidas por otros puertos secundarios como Puerto Zúñiga, la Drummond, Puerto Brisa y algunos sectores de la Troncal del Caribe colindantes con el terminal marítimo en Pozos Colorados.