Además de saber que un eventual acuerdo con el ELN no será un otrosí al acuerdo de La Habana con las Farc, no hay mucha claridad sobre cómo sería la implementación de dicho acuerdo. Durante las negociaciones en La Habana, las partes revisaron diversos procesos de paz en el mundo tales como Sudáfrica, El Salvador e Irlanda del Norte, incluso exprotagonistas de dichos acompañaron a las partes en distintos momentos de la negociación. Siendo el ELN una guerrilla diferente a las Farc, ¿qué procesos podrían ser un referente para los elenos en un eventual diálogo?

El presente artículo propone algunos elementos del proceso del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (Ezln) como referente o “benchmark” para el ELN en un nuevo proceso de diálogo con el Gobierno colombiano. El Ezln puede ser un referente porque, en primer lugar, tiene en su territorio un trabajo de masas envidiable para cualquier grupo guerrillero. Ha sido el fruto de décadas de presencia y accionar político y armado que, como veremos adelante, fue fortalecido tras el fracaso del proceso de diálogo. Y en segundo lugar, porque en caso de emularlo, sería una apuesta a que el ELN quede con mejor posición estratégica, con o sin acuerdo de paz.

Tres argumentos desde México

El Ezln surge en 1994, día en que entró en vigor el TLC de América del Norte. Tras una corta confrontación armada entabló negociaciones con el Gobierno mexicano, logrando acuerdos de una parte de la agenda de diálogo que se conocen como los Acuerdos de San Andrés de Larraínzar en febrero de 1996. A pesar de ser visto por muchos como un proceso de diálogo inconcluso y acuerdos que no fueron cumplidos, ¿por qué esta guerrilla podría ser un referente para el ELN?

  • Diálogos locales de alcance nacional

Así como en Colombia el ELN es visto como un actor que no tiene presencia en todo el territorio nacional sino una incidencia específica en ciertas regiones del país, para varios sectores en México DF el Ezln no era un vocero con alcance nacional; era visto como un actor cuya presencia era solo local (Chiapas) y que representaba a unos grupos específicos de la población de esa zona (algunos grupos de indígenas y campesinos).

Sin embargo, al avanzar el diálogo entre el Ezln y el Gobierno se fueron vinculando otros actores no sólo indígenas, de diferentes regiones del país, haciendo que los diálogos locales tuvieran resonancia nacional. De forma similar, en Colombia algunas de las causas reivindicadas en el discurso del ELN son de carácter nacional, por lo cual su discusión y los respuestas en un acuerdo no se limitarían al Chocó, Cauca, Catatumbo o Arauca. Una amplia participación de representantes de diversos sectores de la sociedad civil le daría no solo mayor legitimidad a lo dialogado, sino una trascendencia nacional a lo pactado.

  • Armas como garantía de cumplimiento (veeduría armada) y la implementación propia de lo acordado

El estancamiento de los diálogos y el incumplimiento en la implementación de los primeros acuerdos son el motivo por el cual, a hoy, el Ezln no ha depuesto las armas. Adicionalmente, ante el incumplimiento de lo preliminarmente pactado por parte del Gobierno al acabar el diálogo, el Ezln decidió implementar unilateralmente el Acuerdo de San Andrés de Larraínzar en Chiapas. Este acuerdo estaba enfocado en los derechos de la población indígena en temas de justicia, tenencia de tierras, cultura, autodeterminación, entre otros.

El Ezln creó jurisdicciones autónomas zapatistas en los territorios en los que operaba y tenía base social que, por un lado, han mantenido vigente los acuerdos y el reconocimiento a los derechos de la población indígena, pero, por otro lado, ha agravado conflictos con otros grupos poblaciones que no son afines a los zapatistas y terratenientes en la zona.

Para el caso del ELN, y con el espejo retrovisor de las limitaciones en la implementación del acuerdo con las Farc, se presume que el ELN no querrá entregar las armas hasta que los acuerdos estén implementados. Esto implica que, aunque no haya un gran acuerdo final, sería posible que se fueran implementado cosas ya preliminarmente acordadas.

Sin embargo, será necesaria una base jurídica para tal implementación. Esto podría tomar tiempo. Habría un riesgo que similar al caso del Ezln, se pensará en acudir a las vías de hecho ante la ausencia de una base jurídica (Acuerdos de Paz).

Lo anterior podría ahondar diferencias y generar o complejizar conflictos existentes en esos territorios: no todas las personas que habitan en territorios donde hay presencia del ELN son afines a su agenda o son parte de su base social, por lo cual hay que poner particular atención a la protección y acompañamiento de esta población por parte del Gobierno. De lo contrario, como en el caso zapatista, habrá territorios fraccionados y hasta confrontados entre sí; amenazando por ende, la consecución de la Paz Total de la que habla el presidente Petro.

  • Incidencia en procesos de gobierno local a través de sus bases sociales

El éxito de la apuesta zapatista no fue su despliegue armado, sino la incidencia que tiene en su base social en los territorios donde tiene presencia, aun sin haber logrado un acuerdo. No necesitan patrullar de manera constante como fuerza armada o constituirse como un partido político para poder tener injerencia en los gobiernos y políticas locales. Con sus iniciativas de Juntas de Buen Gobierno y los espacios que denominan Los Caracoles, mantienen un contacto con su base social y otras organizaciones territoriales, que de forma autónoma implementan proyectos, ejecutan presupuestos y se articulan con actores nacionales e internacionales.

A diferencia de las Farc, para el ELN no es un objetivo último el convertirse en un partido político. El grueso de su trabajo es realizado por estructuras clandestinas que no son necesariamente combatientes y que justamente, con o sin procesos de diálogo, buscan seguir incidiendo en los territorios donde operan en temas de política, de asignación de presupuestos, entre otros. Y aunque el ELN ya incide de manera efectiva en dichos territorios, no tiene el trabajo de masas al mismo nivel que el Ezln ni la capacidad de convocatoria y manejo sin tener que recurrir a la amenaza del uso de la fuerza.

Una aproximación hacia Colombia a manera de conclusión

Hay evidentes diferencias entre el Ezln y el ELN. Sin embargo, desde el punto de vista táctico frente a una negociación hay referentes que, como se planteó, pueden ser de interés para el ELN al momento de esbozar su estrategia.

Para el Gobierno colombiano el reto es grande. Por un lado, poder recuperar la confianza en el compromiso de gobierno frente a la implementación de lo que se pacte. Y por otro, lograr avances de la contraparte. Para los grupos guerrilleros los diálogos son parte de la combinación de todas las formas de lucha y la presión del tiempo está siempre más para el lado del Gobierno que para el grupo armado.

Este no es el primer intento de negociación con el ELN, pero sin duda se querrá que sea el último. Para esto es necesario que el grupo armado no se quede en una posición de reivindicación de cumplimiento sin que esto implique el desmonte del componente ilegal y armado de su estructura.

Será un reto para el equipo de Petro avanzar en las condiciones de una “Paz Total” sin que esto otorgue ventajas estratégicas en donde al grupo armado le dé la misma llegar o no a un acuerdo final.

Abogada santandereana, especializada en negocios internacionales. Especial interés en temas de desarrollo y crecimiento económico. Amplia experiencia en el sector público y privado con énfasis en el diseño y ejecución de políticas públicas relacionadas con la internacionalización de la economía...