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Se está hablando mucho de los “sapos” que nos tocará tragarnos para terminar la guerra con las Farc. Pero no se dice nada de los que se tragarán las Farc. 

Durante el proceso de paz, y especialmente en las ciudades, se habla mucho de los “sapos” que nos tocará tragar con el fin de terminar la guerra con las Farc.

Esta metáfora nunca ha sido la más afortunada, pues desconoce lo más evidente: el mayor “sapo” ya nos lo hemos comido, una y otra vez, ese “inmenso batracio” se llama guerra. Y lo llevamos engullendo durante 50 años a unos costos inmensos.

Dicho esto, la discusión sobre los “sapos”, también ha omitido un tema mayor, esto es, las concesiones que hicieron las Farc.

La oposición ha maximizado las concesiones que hicimos como sociedad (básicamente darles participación política y permitirles, en unos casos puntuales, penas no carcelarias), y ha minimizado las concesiones que hicieron las Farc.

Esta estrategia de la oposición, es entendible, pero induce al ciudadano a error. Las concesiones que ha hecho las Farc, son inmensas y eso se le debe a nuestro equipo negociador.

Estos son los sapos que debe tragarse la guerrilla, para ser parte de la sociedad colombiana:

1. Las Farc, antes una organización comunista armada, se somete a las reglas de la democracia liberal. Acepta sus normas electorales y sus principios constitucionales.

2. Las Farc aceptan ser una minoría dentro de ese sistema democrático. Es decir, las curules y la financiación para las Farc, son realmente instrumentos para que como minoría política no desaparezcan en el corto plazo.

3. Aceptaron someterse a la economía de mercado y jugar con las reglas de la oferta y la demanda.

4. Abandonaron su ideología de la reforma agraria radical, y aceptaron una política pública de desarrollo rural avalada por el BID, la ONU y el mismo Banco Mundial.

5. Renunciaron al narcotráfico y se comprometieron a apoyar al Estado en su lucha.

6. Por último y tal vez lo más importante, las Farc aceptaron ser investigadas, juzgadas y sancionadas por un tribunal, con base en normas de derechos humanos y derecho penal internacional. Ello a pesar de que negaban la legitimidad del Estado colombiano y del orden global, y se hacían llamar víctimas y no victimarios. Con esto, aceptaron contar toda la verdad y reparar a las víctimas.

Esas seis concesiones, puestas en una balanza son mucho más grandes y significativas que las que hizo el Estado.

¿Por qué?, porque son las Farc las que renunciaron a su mismísima naturaleza, para transformarse en partido político civil. El Estado por su parte será más legítimo y fuerte y la sociedad más diversa y tolerante.

Las Farc también cedió, y mucho.

Soy abogada de la Universidad del Rosario con Maestría en DDDHH y Democratización de la Universidad del Externado. Trabajé en el proceso de paz, la campaña presidencial de Humberto de la Calle y ahora como investigadora asociada de IFIT para Colombia y México en temas de paz, seguridad y género.