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Después del triunfo de Petro y Duque en las consultas interpartidistas, algunos colombianos sensatos se han sumado a la ola de polarización que ha ido consumiendo al país. Invito a la sensatez. 

No es posible enseñar sensatez con palabras. La sensatez se enseña con hechos. La clave para construir una sociedad donde medie la sensatez es el ejemplo.

Durante los últimos 8 años, hemos buscado fórmulas para comprender que sí es posible resolver, a través del diálogo, las profundas diferencias que nos separan; que es posible cambiar la forma violenta de resolver nuestros conflictos, reciclada desde la “patria boba”. La firma del acuerdo de paz fue quizá el mejor ejemplo de sensatez. Un punto de partida para parar la dinámica de la guerra y empezar a saldar nuestra cuenta con el pasado. 

Humberto de la Calle, Sergio Fajardo y Gustavo Petro han expresado su compromiso de gobernar respetando este punto de partida. Su postura sensata ha ganado el respaldo de millones de colombianos. Tanto a así, que después del triunfo de Petro en la consulta naranja, algunos sectores llamaron a la unidad. El llamado es entendible, pero financieramente inviable. Ni de la Calle, ni Petro pueden darse el lujo de quebrarse. Por tal razón llegarán divididos a primera vuelta.

Que de la Calle con Clara, Fajardo con Claudia y Petro con Ángela lleguen separados el 27 de mayo no es un problema. Todo lo contrario, es necesario para madurar tres propuestas sensatas, aunque distintas, que le apuestan a la transformación del país.

Sin embargo, en tiempos electorales la sensatez es escasa. Algunos sectores en vez de ayudar a construir desde la diferencia, reconociendo los matices, se han cerrado a la banda, desvirtuando con críticas pugnaces las otras propuestas. Así, “sin querer queriendo”, como dice el Chavo del 8, van hundiendo al sector que le apostaba a la sensatez en la arena movediza de la polarización.

Las tres campañas cuentan con líderes increíbles y muy diferentes. Esa es la riqueza de una sociedad que se reinventa desde la diversidad. Hoy Colombia tiene la oportunidad de presenciar un debate político de lujo, basado en ideas, en propuestas, y no en la descalificación del otro. Si evitamos caer en la arena movediza de la polarización, es más probable que la sociedad vaya interiorizando la prudencia, que es la gran virtud para construir una paz estable y duradera.

Es el cofundador de Rodeemos el Diálogo (ReD), profesor investigador en el Centro de Religión, Reconciliación y Paz de la Universidad de Winchester e investigador asociado de PostiveNegatives en Soas, Universidad de Londres. Se doctoró en relaciones internacionales en la Universidad de Sussex. Sus...