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Solo puedo decirles perdón, perdón desde el alma por no haber estado a la altura de las circunstancias y no haber ayudado para que desde las ciudades entendieran lo que para ustedes significaba este proceso. Pero en medio de las dificultades nace la esperanza. #aundecimossi #niunpasoatrás

Hoy les escribo desde una profunda tristeza, pero al mismo tiempo desde ese lugar del alma donde vive la esperanza y de donde salen las fuerzas en los momentos más duros de la vida. Les escribo para pedirles perdón en nombre del país, en nombre de quienes votamos si,  quienes votaron no, y quienes no votaron.  Todos somos co-rresponsables de esta incertudumbre en la que estamos viviendo. Quienes votamos si a lo mejor no hicimos bien nuestro trabajo de explicar los acuerdos y su importancia en las ciudades. Quizá debimos hablar con más personas, hacer pedagogía, comprometernos con hacer más y mejor campaña.

 Muchos de quienes iban a votar por el sí se quedaron en casa porque “todo estaba arreglado” y se confiaron. A un porcentaje  el huracan Mathew los mantuvo en sus casas, y a otros, la ausencia del famoso “como voy yo” les hizo perder el interés en votar. En las ciudades no supieron entender que teniamos en nuestras manos parar esa guerra que les consume la vida diaramente a ustedes y a muchas comunidades de la colombia profunda. Este acuerdo nos iba a acercar a la verdad, a una reparación y una verdadera no repetición de la barbarie. Las FARC, la guerrilla más vieja del continente, estaban listas para entregar las armas, incluso antes de las elecciones detonaron controladamente muchas de ellas. No logramos hacer que en las ciudades entendieran lo que esto significaba para ustedes y como se repiraba tranquilidad en los territorios desde ese 23 de Junio del cese bilateral y definitivo al fuego.  Quizá a la gente que votó no en Medellín, Armenia o Bucaramanga no les cambió la vida ese día, pero para ustedes fué una bocanada de aire fresco. Perdón por no haber logrado llevar su mensaje de paz a más rincones de esta patria boba. 

Quienes promovieron en No engañaron a muchas personas.  Les dijeron que había una propuesta mejor de acuerdo, les dijeron que el acuerdo logrado (Con apoyo de naciones unidas y aprobado por la Corte Penal Internacional) era una catastrofe. A ellos les incumplieron también, porque los lideres de la campaña por el No! aún no han mostrado el texto de esa propuesta maravillosa de “paz sin impunidad” que decian tener.  Les hicieron saltar al vacio de esta incertidumbre que hoy vivimos llenandoles de miedo.  

Les pido perdón y al mismo tiempo les reitero que no cesaremos en los esfuerzos por alcanzar la paz, que es nuestro derecho y a la vez nuestro deber. (Y hablo atrevidamente en plural por quienes dijimos Si desde el movimiento social).  No es hora de polarizarnos; es el momento de unirnos alrededor de lo que importa: Parar la guerra. Hay esperanza en la voluntad de diálogo que aún conservan gobierno y FARC. 

Hay cosas que no se pueden sacar de los acuerdos aunque así lo quieran quienes convocaron a votar por el No. El enfoque de género debe seguir allí, porque es una obligación del Estado por cuenta de los tratados internacionales que ha firmado. Tampoco podemos dejar perder lo acordado en cuanto a derechos de las comunidades campesinas y de las comunidades afro e indigenas; eso es innegociable. Estaremos en la lucha constante por garantizar que lo ganado no se pierda para ustedes, que fueron el centro de este acuerdo que la derecha recalcitrante de este país no dejó avanzar. Intentaremos hacer de este traspié una oportunidad para dotar el acuerdo de más herramientas para una paz estable y duradera. 

Dicen que la constituyente es la salida, pero creo que no es la mejor opción. La Constitución del 91 trajo grandes conquistas para comunidades historicamente olvidadas  y no podemos dar pasos atrás en ello.  Es peligroso dar oportunidad para retrocesos en derechos fundamentales.  También les confirmo el compromiso de defender la constitución más bella del continente y procurar su aplicación. 

Espero que esta sea una lección para la historia y que de esto el país salga fortalecido, entendiendo que de nada sirve polarizarnos y entendiendo que hay que hacerse participe de las decisiones públicas; que la indiferencia mata. Espero que sea una oportunidad para que ustedes le hablen al país y le expliquen lo que realmente significa vivir en medio de la guerra.

En medio del dolor y la frustación, solo puedo prometerles que hay 6 millones de personas que estamos convencidas de que hay que terminar la guerra. Los odios y los fundamentalismos no pueden ganar, y trabajaremos hombro a hombro con ustedes, las victimas de esta guerra absurda, por un país sin más sangre.  Gracias infinitas por haber dado ese Si tan contundente y por apostarle a la paz. Haremos lo propio desde los espacios urbanos para decir #aundecimossi #niunpasoatras

Abogada. Magistra en Estudios de Género de la Universidad de Hull y la Universidad de Granada. Consultora en Derechos Humanos. Ha desarrollado investigaciones en acceso a la tierra para las mujeres en Colombia y es investigadora para el Crime State Initiative del King's College de Londres. Participó...