vicedacana-jurisp.jpg

Una mirada a los lugares comunes que dominan la celebración de los éxitos profesionales de las mujeres 

Hace unas horas, una amiga me mandó un enlace al portal de la revista Semana con un comentario en el que expresaba que al final no le había gustado la nota. Apenas lo abrí y vi el título me imaginé por dónde iba la cosa. Hablar del liderazgo femenino, en el derecho o en cualquier campo, es una invitación a los lugares comunes que muchas veces es difícil evadir. Solo una reflexión concienzuda de las barreras que han tenido las mujeres para hacerse a un espacio en el mundo profesional puede evitar que la celebración de lo alcanzado se convierta en un refuerzo de los estereotipos.

Debo confesar que me tomó un tiempo darme cuenta que la nota “Liderazgo femenino en el derecho” estaba patrocinada por World Legal Corporation, una firma internacional de abogados, según la información de LinkedIn. Eso quiere decir, si no estoy mal, que la misma tiene un objetivo de publicidad. En este caso, el patrocinador quiere resaltar el liderazgo de las mujeres en su organización.

Hasta aquí, el fin perseguido es loable y necesario. Hacer visibles a las mujeres profesionales nunca será algo inútil, todo lo contrario, necesitamos saber más al respecto. Esto, con el fin de que la sociedad aprenda a ver a las mujeres en ministerios, gerencias, laboratorios, etc., como algo normal y, para que en algún momento se convierta en una situación que no necesita ser explicada o resaltada.

Como siempre, el diablo está en los detalles. En este caso, en la explicación del valor agregado que le dan las mujeres a la empresa. Por medio de esta, la nota termina reforzando lo que se espera de las mujeres e ignora que muchas de nuestras llamadas “virtudes” han sido desarrolladas para poder adaptarnos a ambientes laborales en los cuales nuestra inteligencia y capacidad de gestión casi siempre está en duda.

Así, la narrativa de este enlace nos dice que las mujeres son más humanas, más abiertas al diálogo y con la disposición para “equilibrar los elogios y los reproches”. Claro, que son más creativas, flexibles y capacitadas para analizar los problemas desde múltiples perspectivas. Para concluir que la participación de las mujeres en la profesión no tiene que ver con la inteligencia (la cual se presume, según la nota) sino con “su ser femenino”.

Si uno mira con cuidado esta descripción del aporte de las mujeres, la primera pregunta que surge es por qué motivo se tiene que explicar con tanto ahínco el que haya mujeres en una firma de abogados. No sería mejor decir que las mujeres son competentes y punto. La siguiente pregunta es por qué razón hay que apelar a un “ser femenino” para explicar el éxito de las mujeres o su inserción exitosa en la profesión. La otra sería por qué la nota no nos habla de cuáles de ellas tienen puestos directivos y de los logros profesionales puntuales que han logrado.

Elogiar no es fácil. El elogio puede no lograr su propósito de celebración o de reconocimiento de los méritos de algo o alguien cuando se escogen los motivos equivocados. Apoyo la idea que tuvo World Legal Corporation de dar a conocer su liderazgo femenino. Sin embargo, no comulgo con las razones que ofreció a los lectores para apreciar la importancia de contar con mujeres como colegas y directivas.

Las opiniones expresadas en este medio son personales y no reflejan posturas institucionales.

 

 

 

 

Es profesora de la facultad de jurisprudencia de la Universidad del Rosario. Estudió derecho y una especialización en derecho tributario en la Universidad del Rosario, una maestría en género en la Universidad Nacional de Colombia y una maestría en derecho internacional en Cardozo School of Law....