Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Las situaciones recientes que involucran acusaciones de violencia sexual por parte funcionarios de alto nivel del estado, han evidenciado con crudeza el potencial que tienen el internet y las redes sociales y cómo pueden ser instrumentados en las lógicas del patriarcado.
Las situaciones recientes que involucran acusaciones de violencia sexual por parte funcionarios de alto nivel del estado, han evidenciado con crudeza el potencial que tienen el internet y las redes sociales y cómo pueden ser instrumentados en las lógicas del patriarcado.
El 17 de febrero, la emisora La FM dio a conocer el video de una conversación privada entre ex viceministro Carlos Ferro y el Capitán Anyelo Palacios. Aparentemente, el video podría aportar alguna evidencia sobre la denunciada red de prostitución al interior de la Policía Nacional. Sin embargo, lo que revela es una conversación de contenido sexual entre dos personas.
La comisión de un hecho sexual no consentido en cualquiera de sus expresiones es inaceptable. Es un delito y por ello comparto que debe sancionarse con firmeza, pero también creo que la exposición publica de imágenes que corresponden al ámbito de una conversación privada, aún ocurriendo en el marco de un delito, es un acto que debe cuidarse y que puede y en algunos casos debe ser reprochado.
Esto es lo que ha enseñado el feminismo: que el cuerpo de las mujeres y el cuerpo cualquier persona, no puede ser un botín de guerra. Ni de la guerra militar, ni de la guerra política, ni de la guerra intima, ni de la mediática. Ese es un legado del patriarcado que el feminismo se ha empeñado en visibilizar y terminar.
La publicación del video de la conversación entre el ex viceministro Carlos Ferro y el Capitán Anyelo Palacios, ha cumplido hasta ahora un papel: el de demostrar un vínculo entre dos personas, aunque no la relación con la denunciada y corrupta “Comunidad del anillo”. Ni siquiera es seguro su valor probatorio en un proceso judicial debido a su contenido y su manejo. Sin embargo, tiene un efecto arrollador: El de reforzar y validar nuevamente el imaginario del cuerpo y la sexualidad de las personas como un botín de guerra.
La sexualidad ha sido puesta en discusión, no el crimen ni la irregularidad de la actuación ya que el video no permite conocerlo. Esto es lo que motiva al escándalo, lo alimenta aún más el que sea homosexual, no la denuncia por prostitución, ya que en este caso los medios y las autoridades habrían sido más insistentes desde que se conoció la sospecha por el homicidio y no suicidio de la Alférez Lina María Zapata.
De hecho, si no se usara el cuerpo como botín de guerra, el país ya habría presenciado la renuncia de otros altos funcionarios, acusados de propiedad de tierras pertenecientes a familias desplazadas o incluso la renuncia del Defensor se habría producido antes con base en las acusaciones por acoso laboral. Incluso las menciones a Carlos Ferro en el proceso por el homicidio de Segundo Eduardo Díaz Pinzón, habrían llevado a un llamado por una investigación eficiente, ya que al país sí le interesa saber si un alto funcionario es o no responsable de un crimen más aún tan grave como el homicidio.
Es indiscutible la solidaridad con las víctimas de violencia sexual, hombres o mujeres y por ello, creo en que la lección del feminismo es dignificarles y responder con justicia a sus derechos pero no usando el mismo territorio de lucha del patriarcado, el de la instrumentalización y el control del cuerpo y la sexualidad, sino con un estándar ético en donde priman el interés de la justicia, la vida y la dignidad de las personas.
Las feministas han tenido muchos años de dura lucha por los derechos pero también de una exigente coherencia con sus principios. Esto ha llevado al feminismo a vindicar en sus luchas y prácticas la dignidad, la vida, la democracia en la que hay controles al poder y el no hacer la vista gorda ante la injusticia. Creo que al país no le vendría nada mal feminizarse un poco, un buen comienzo sería con los medios de comunicación.