La Corte Constitucional en su análisis y decisión acerca de la Ley Estatutaria del Plebiscito para la Paz, marcará un hito para el presente y el futuro del país. Por ello, el fallo que emita, la Corte, lo debiéramos asumir con serenidad y como una oportunidad para el debate democrático y pluralista.

La Corte Constitucional en su análisis y decisión acerca de la Ley Estatutaria del Plebiscito para la Paz, marcará un hito para el presente y el futuro del país. Por ello, el fallo que emita, la Corte, lo debiéramos asumir con serenidad y como una oportunidad para el debate democrático y pluralista.

Serenidad para reconocer la importancia de lo acordado en la Mesa de Diálogo. En la Habana se está pactando, no continuar matándonos y la terminación del conflicto armado. Conflicto que nos ha arrebatado valores democráticos y éticos, como el reconocimiento de la otredad, la diversidad, la generosidad y la solidaridad, y ha dejado a lo largo y ancho del país más de 7 millones de víctimas, desolación, dolor, venganzas y odios irreconciliables. 

En la Mesa de Diálogo se ha pactado una agenda social y política, diría que mínima, que da cuenta de ancestrales problemas, injusticias y exclusiones, que las élites y la sociedad colombiana no han solucionado. Se ha acordado una Jurisdicción Especial para la Paz y la entrega de armas por parte de las FARC-EP.  Lo cual se constituye en un avance importante en el camino de la construcción de la paz.

Es necesaria la serenidad para analizar lo pactado. ¿Es pedir mucho a quienes se vanaglorian que somos un “pueblo que es pasión”? Las/os opositores del Diálogo en la Habana y del plebiscito, tienen todo el derecho a no estar de acuerdo, y de llevar a cabo una campaña en contra del plebiscito.  Pues, la calidad de la democracia se mide por la capacidad para dirimir a través del debate político y la argumentación los conflictos presentes en la sociedad. Pero a lo que no tienen derecho,  es a poner como verdad sus posturas políticas e ideológicas para defender su estatus quo e intereses económicos y políticos, o hablar en nombre del pueblo colombiano.

El pueblo colombiano es diverso, señoras/es opositores. Mujeres y varones, que hacemos parte del pueblo colombiano, no hemos delegado en Ustedes nuestra voz y decisión. Mujeres y varones del pueblo al que Ustedes apelan, no quieren seguir perdiendo a sus seres amados, siendo desterradas/os y despojadas/os de sus tierras. No desean continuar siendo  víctimas de violaciones, violencia, reclutamiento forzado y pobreza. Ellas/os quieren hacer posible vivir dignamente en un país construyendo la paz, y dedicar sus  mejores esfuerzos al logro de este propósito.

Sabiduría para las/os Magistradas/os de la Corte Constitucional, para que su fallo contribuya al fortalecimiento de la democracia, a la deliberación ciudadana y al voto abierto. Sabiduría para la comprensión del momento que vive la sociedad colombiana, y para el análisis inteligente y sensato de la Ley Estatutaria sobre el Plebiscito para la Paz. 

Serenidad para el debate acerca del fallo de la Corte Constitucional. No debemos dejarnos arrebatar por sentimientos desestabilizadores. Pongamos al servicio de este debate lo mejor de nuestra inteligencia emocional y de nuestra condición humana; aceptémonos a nosotras-os mismas-os y a nuestros propios sentimientos. Es hora de no hablar a nombre de nadie, sino de crear o contribuir a espacios para que mujeres y varones tengamos voz propia, y votemos  con conocimiento y a conciencia. Es un deber ético no continuar polarizándonos. Es el momento para tender puentes. Es hora de dar oportunidades a los/as jóvenes, del campo colombiano. Ellos/as tienen derecho a un campo sin guerra, y con posibilidades para el desarrollo de sus capacidades y habilidades, para tener un buen vivir.  

La terminación del conflicto armado, nos da la posibilidad de dejar a las generaciones presentes y las que aún no han nacido, un país en paz. Abre las puertas para radicalizar la democracia, y  para llevar a cabo las transformaciones que la sociedad colombiana requiere. Radicalizar la democracia significa erradicar el patriarcalismo, las violencias, las hegemonías, las exclusiones  y las injusticias.

Serenidad y sabiduría es lo que necesitamos en los actuales momentos. Arriesguémonos a dejar de matarnos y caminar por el sendero incierto de la paz. Démonos la oportunidad de vivir en país libre de guerras públicas y privadas; de tramitar los conflictos por la vía del diálogo, y desterremos el uso de las armas para la acción política.

Feminista activista e investigadora colombiana. Autora de investigaciones y artículos sobre paz y mujeres, derechos sexuales y reproductivos, participación política y social de las mujeres, violencias contra las mujeres, feminismos, democracia y poder. Ha representado al gobierno colombiano y a organizaciones...