Como muchos ya saben, el 29 de octubre de 2022, diferentes gremios, asociaciones y opositores del presidente Gustavo Petro convocaron a la ciudadanía a marchar, bajo su derecho legítimo a la protesta, contra las diferentes decisiones y políticas anunciadas e implementadas por el Gobierno de turno. Aunque muchos no le tenían fe a estas movilizaciones, en algunas ciudades del país la asistencia al evento fue más que numerosa y Cúcuta no se quedó atrás.

La magnitud de la marcha dejó muy claro que la fractura política ha incrementado considerablemente en escasos tres meses de gobierno. 

Una marejada de gente se movilizó por una de las avenidas principales de la ciudad. La “Diagonal Santander”, que atraviesa gran parte de la zona céntrica de la perla del norte, se inundó de miles de personas que hicieron saber su inconformismo contra un Gobierno que ha dejado muy claro que la zona de frontera es prioridad en su agenda. Entonces ¿por qué tanta oposición al Gobierno Petro en Cúcuta? 

Desde el anuncio de los candidatos presidenciales, los debates por la carrera hacia la presidencia y la contienda electoral en primera y segunda vuelta Cúcuta parecía convertirse en un fortín para apoyar todo lo que no se llame Gustavo Petro.

Esto se puede comprobar fácilmente con el conteo de votos a la presidencia. Los resultados fueron aplastantes, por Rodolfo Hernández votaron 285.398 personas (80,6%); en cambio, por Gustavo Petro votaron tan sólo 63.880 personas (18%), hecho que da claridad sobre la posición política e ideológica de una ciudad que, por supuesto, también le dijo no a la paz. 

Como bien lo han dejado claro el presidente y la ministra de Minas, Irene Vélez, una de las grandes apuestas del programa de gobierno es la transición energética. Las reacciones no se han hecho esperar. ¡Sí a la minería! ¡No a la reforma tributaria! Eran las arengas que repetían una y otra vez los manifestantes en su recorrido por las avenidas principales de la ciudad. 

Los carteles y pancartas que llevaban los manifestantes tenían mensajes que decían: “Mina Limoncito presente – No a la reforma tributaria”, “Sector coquizador y minero dice: no a la reforma tributaria”, “La reforma tributaria matará la economía”, “La Paz Total matará la justicia”, “El presidente matará la confianza de los emprendedores y empresarios”, “Somos prominería”, “Los productores de carbón dicen sí a la minería”.

En conclusión, hay una gran inconformidad en el sector minero y coquizador de la región, dos de las actividades principales de Norte de Santander.

¿Qué decían los marchantes? Uno de ellos, un señor de edad, con camisa blanca que contenía mensajes sobre la minería y desaprobación a la reforma tributaria, con una gorra blanca que decía “soy carbonero” dijo lo siguiente: “lo que queremos es darle una clara señal al Gobierno nacional, pues la minería en Norte de Santander es el principal renglón de la economía. En este momento más de 100.000 familias de la región dependen de esta actividad y pedimos a la ministra de Minas ser más responsable y consecuente con sus declaraciones y la realidad del país. Con toda seguridad, es como ustedes lo pueden observar; un mensaje decente y pacífico para que el alto Gobierno nacional entre en razón y actúe en consecuencia”, afirmaba con firmeza. En este punto debo resaltar que ahora son también cientos de familias y personas migrantes venezolanas las que trabajan en el sector minero. 

Por otro lado, una de las representantes del comité organizador de la marcha en Cúcuta expuso algunas de las razones de la manifestación:

  1. “Queremos demostrar al Gobierno que no estamos de acuerdo con la reforma tributaria presentada.
  2. Van 12 reformas que dicen mejorar las condiciones de las personas de bajos recursos, pero los que se benefician son los mismos; congresistas, presidentes y actores políticos.
  3. Queremos hacer entender que son suficientes los recursos que se tienen para la inversión social.
  4. La gente no soporta más carga tributaria.” 

La marcha se desarrolló sin mayores contratiempos y de manera pacífica. Con el evento, se puede decir que la situación en Cúcuta no está muy alejada de una realidad casi generalizada a lo largo y ancho del país, y que se vio reflejada en las elecciones presidenciales de segunda vuelta. Estamos divididos en dos, los que están a favor del Gobierno y los que no, y aunque esto puede parecer la continuación de lo que ha sido ya una situación histórica a nivel político en nuestro país, parece que es cada vez más difícil encontrar puntos de común acuerdo que generen un trabajo en bloque y que nos una como ciudad o país.

Las declaraciones sobre la minería y explotación de petróleo del Gobierno nacional han despertado la zozobra de los gremios mineros de la región. Parece existir un sentir generalizado, pues la transición energética ahora parece ser una amenaza para la economía local, como si los trabajos de minería se acabaran mañana y miles de personas entonces entraran al tan temido, infortunado e indeseado mundo del desempleo.  

Las reacciones a esta manifestación en contra del Gobierno no se hicieron esperar. Por un lado, los partidos declarados en oposición hicieron amplia publicidad desde cada uno de sus perfiles en redes sociales; ejemplo es la senadora María Fernanda Cabal, que publicó una foto de la muy nutrida y multitudinaria marcha. En el afán de algunos sectores afines al Gobierno por desmeritar la publicación, fusilaron de inmediato la foto afirmando que era falsa, que era una foto de años atrás. Les cuento que la foto sí era real, el diario local La Opinión, mediante una nota, aclaró que la evidencia era legítima y que atendía a lo sucedido el 29 de octubre. La senadora acompañó la foto con un mensaje que decía “Cúcuta marcha por la libertad, porque su vecino inmediato es Venezuela y han visto las heridas que causa el socialismo”.

Pero ¿está vivo realmente el fantasma del socialismo en la región? Aunque dar una respuesta concreta es difícil, como ya lo dije, Cúcuta parece ser una ciudad de corte conservador en la que la cercanía con Venezuela parece tener incidencia en algunos de los votantes. Al ser una de las zonas fronterizas más usadas por las familias venezolanas para hacer tránsito hacia otros lugares de Colombia o, en su defecto, el lugar para comenzar a construir una nueva vida en condiciones dignas. 

La injerencia de las declaraciones de las familias migrantes ha tenido gran relevancia en las decisiones de los votantes. No sé si lo entiendan, pero escuchar a miles de personas decir que “Petro es igual que Chávez o Maduro” o “así empezó Venezuela y miren como estamos” o, peor aún, “decidan bien porque si no, les tocará huir de Colombia” tiene sus efectos y son bien marcados. Aunque no me atrevo a afirmar que esta es la razón principal de las diferencias ideológicas y políticas de gran parte de la ciudad con el Gobierno de turno, no podía escribir esta columna y dejar esto pasar desapercibido. 

En conclusión, la ciudad sigue fragmentada a nivel político. Para el presidente, el tema fronterizo ha sido prioridad en su agenda y, a pesar de que se han hecho algunos avances importantes como el restablecimiento de relaciones diplomáticas, para muchas personas que están por este lado del charco, esta es una razón más que se suma a los mil argumentos para decir que en efecto, nos convertiremos en otra Venezuela. ¿Puede el pragmatismo de Petro legitimar el régimen de Nicolás Maduro? Ahí les dejo la pregunta para que ustedes mismos le puedan echar cabeza. 

Las voces de los marchantes fueron escuchadas. El Gobierno nacional tiene un reto por delante muy grande. Aunque Petro ganó la contienda electoral, hay más de 10 millones de personas que no comparten sus ideales y que parece, serán una oposición férrea y contundente en su periodo presidencial. Por eso, es hora de dialogar, de sentarse a escuchar cuáles son las preocupaciones de los manifestantes a nivel nacional y local. 

Lo que quiere este Gobierno es que Colombia sea una potencia mundial de la vida en la que, por supuesto, cabemos todos, hasta los que piensan diferente. Es allí precisamente donde se comienza a construir una sociedad en paz que busque y trabaje siempre por el bienestar general de todos los colombianos. 

Es el coordinador reginal Cúcuta y Venezuela del proyecto Construyendo Fronteras Solidarias. Estudió derecho y una especialización en derecho laboral y seguridad social.