Familia wayúu de la ranchería de Sapsapa, zona rural del municipio de Uribia, Guajira. Fuente: Lideresa Aleida Tiller

Se encuentra una suerte de guerra en las redes sociales para posicionar críticas o pseudo verdades con intereses políticos o simplemente para ganar adeptos en las redes, con énfasis en Twitter. En ese uso indiscriminado se borran realidades y se instrumentaliza la crisis humanitaria del departamento de la Guajira para sus propios beneficios.

Una muestra de cómo nos comportamos como colombianos ante las problemáticas sociales y más específicamente con las poblaciones indígenas de la Guajira y en la proyección de la crisis de inseguridad alimentaria por las que atraviesan familias wayúu con un impacto directo y nefasto en sus infantes.

En el año 2017 la Corte Constitucional ya había decretado la sentencia T-302 del 2017, donde enunció un “estado de cosas inconstitucionales” ante los altos índices de inseguridad alimentaria en la población wayúu por lo cual el estado colombiano debía tomar medidas para proteger los derechos a la alimentación, la salud y el agua de los niños y niñas wayúu.

Los resultados por parte del estado ante la sentencia de la corte han estado rezagados, por lo que se emitió el auto de seguimiento 042 del 2021 (Corte Constitucional), donde la última acción frente a esta orden por parte del gobierno actual fue la creación en este año de la Gerencia Especial Para la Guajira (Gepg) desde el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre).

Lo que nos indica la Corte Constitucional es que la crisis que padece el pueblo wayúu es estructural y que el estado, que por acción u omisión de los gobiernos de turno, ha violado los derechos de los indígenas sistemáticamente, lo cual genera un “estado de cosas inconstitucionales”.

En otras palabras, es un problema que se le salió de las manos a los gobiernos desde hace muchas décadas, que tienen muchas variables (económicas, ambientales, territoriales y sociopolíticas) y que debe ser asumido no solo por la política pública, es un asunto que nos compete como sociedad multicultural, ya que al igual que los wayúu, la mayoría de las poblaciones indígenas de Colombia enfrentan situaciones de riesgo de su supervivencia física y cultural.

La crisis de inseguridad alimentaria en la Guajira es una realidad que es usada sin miramientos y, cuando se hace reportes periodísticos (ver Noticias RCN) con pocos elementos de contexto, o al salir los informes de desnutrición del país del Instituto Nacional de Salud donde la Guajira queda con cifras rojas, el tema se mediatiza y ahí entran l@s oportunist@s a pescar en río revuelto.

Lo que no hace Petro y Francia con recursos públicos, porque se lo gastan en viajes, plumones, tvs y fiestas, le toca hacerlo a Shakira con sus recursos privados. Que pena!! https://t.co/V5oMZBoU9q

— MIGUEL POLO POLO (@MiguelPoloP) May 24, 2023

Puede negarlo todo lo que quiera @FranciaMarquezM, pero usted se fue de paseo con su novio, y con esa plata salvábamos la vida de muchos niños en la Guajira. Le quitaron la comida a los niños! pic.twitter.com/fzXnQ4p0gp

— Valentina Lafaurie (@ValenLafaurie) May 24, 2023

Mientras que los niños se mueren de hambre en la Guajira, la primera dama Verónica Alcocer posa ante ellos en pleno encuentro ruñendo costilla de chivo y chupando dedo…

¡No se esperaba más! pic.twitter.com/3MKpxI0odP

— Santiago Alvarán (@SALVARANM) May 26, 2023

Y así, puedo extenderme en más noticias con muchos ejemplos, ya que en cualquier momento salen “personas voceras” de la crisis humanitaria de la Guajira, utilizándola para sus intereses u objetivos (en contra de personajes políticos principalmente), pero sin un cuestionamiento real de la política pública social del gobierno, sin un sentimiento de altruismo o, en el peor de los casos, reutilizando acciones loables (como el caso de Shakira) frente a la problemática social y de inseguridad alimentaria en la Guajira.

Todas estas intervenciones en las redes son ruines y muestran lo peor de esta colombianidad que vive de la imagen y les da igual escribir sobre la niñez de una población indígena, sin por lo menos manifestar el más mínimo resentimiento, sin propuestas y vacíos de todo criterio ético.

Master en Desarrollo Social y Antropólogo. Miembro del Grupo de Etnomusicología Circolo Amerindiano (Argentina –Italia) y de la Asociación Colombiana de Antropología.