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Cada semana traduce las tragedias de Colombia y su clase dirigente en términos humorísticos, demoliendo mitos y superficialidades con su visión auténtica. Así ve las cosas Daniel Samper Ospina, #TrendingLídér360º de esta semana. 

Daniel Samper O - #TrendingLíder360º - Red Líder
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Columnas Revista Semana 

“Daniel Samper se despide de SoHo con su desnudo”

Entorno del líder

Todo liderazgo surge de unas influencias en la vida: personales, intelectuales, vivenciales, de todo tipo. ¿Cuáles diría usted que son esas influencias que han determinado su estilo y sus motivaciones de liderazgo? 

Mi papá fue una gran influencia: crecí viéndolo escribir y comunicándose a través del humor. Eso, al igual que la condición capilar, fueron los asuntos que le heredé.

La confianza en sí mismo es fundamental para el liderazgo. ¿De dónde proviene su confianza en sí mismo?

Mi confianza proviene, en buena medida, de una irresponsabilidad bien entendida, que me permite actuar sin miedo y con libertad.

Escribo columnas con rigor, las corrijo, me obsesiono, las reescribo, pero las mando como si las fueran a leer un grupo de amigos, no como si fueran a ser impresas en una revista de gran tiraje. 

Las adversidades ayudan a formar el carácter y la personalidad del líder. ¿Qué adversidades ha tenido que superar?

He tenido adversidades, como cualquiera, pero creo que el oficio de escribir, no solo ayuda a digerir cualquier adversidad, sino que se nutre de ellas: mientras más adversidades, más da consuelo escribir. Me imagino que eso no le sucede a personas de otras profesiones.

¿Cuál es el origen regional de su familia?

Realmente soy muy ignorante en asuntos de genealogía y para mí el único escudo de mi familia es el del Santa Fe.

¿Cuáles fueron sus primeros rasgos, actos, o insinuaciones de liderazgo?

No me siento líder, hago mi trabajo según me manden y según mi instinto, con la certeza de que es mejor morir en mi ley que sobrevivir, y aun triunfar, con la ley de otros.

¿Considera que maneja bien las emociones y la inteligencia emocional?

Sobrevivo y chapoteo como puedo, que eso ya es algo.

Visión de liderazgo

¿A qué personas de la vida pública le reconoce usted liderazgo? Y mirando hacia atrás, pensando en líderes colombianos ¿cuál le atrae?

Antanas Mockus. Me parece que ejerció un liderazgo muy interesante en la sociedad colombiana a punta de simbolismos, y los simbolismos, como todo lo literario, me encanta. Su mensaje, además, trasciende lo político y se sitúa en el terreno ético. 

En Colombia hay tanta inmadurez ética que si ese mensaje ético permeara hacia abajo, hacia  los partidos políticos, sin duda esta sociedad sería otra. Los cánticos de “no todo vale” de Mockus pregonaban esa idea. Sea usted de derecha o izquierda, si cambia un articulito para quedarse en el poder, o hace cualquier tipo de alianzas para obtenerlo, su ideología está viciada de antemano. Ese, creo, era el mensaje de Mockus, y lo hizo a través de un liderazgo que era muy simbólico, muy fácil de comprender: una ética no para filósofos, sino para todos. 

Una visión de liderazgo tiene un diagnóstico de la situación a intervenir, una meta hacía a dónde ir y una fórmula para lograrlo. ¿Cuál diría usted que es su diagnóstico, fórmula y meta?

Cuando escribo, y para ponerlo en esos términos, mi diagnóstico es la observación de vacíos o exabruptos de la clase dirigente colombiana, mi método, documentarlos a través del humor. Mi metodología, tomar apuntes, abrir los ojos, estar en estado de alerta permanente para conseguir mi munición. Y comprender, en la síntesis de esas tres cosas, que el humor es un arma, no un objetivo, es una manera de decir las cosas, una mirada, pero no un fin en sí mismo. 

¿Cuál es el ejemplo que usted le da a sus seguidores? Y ¿Cómo encarna con su ejemplo los valores de su visión?

No creo que dé ningún ejemplo. 

Trato de decir lo que pienso y de pensar lo que digo y de hacer todo eso con humor, pero no me siento el mesías de nadie: insisto en que lo mío es sobrevivir y sobreaguar antes que señalar. 

Hablemos de la cultura de liderazgo en el país. ¿Usted cómo describiría la cultura de liderazgo del país?

Hay una peligrosa tendencia a premiar el mesianismo, que es la peor de las formas de liderazgo que puede existir porque es un liderazgo hechizo y esclavizante que beneficia al líder, no a los liderados.

El ejemplo más concreto en la derecha es Álvaro Uribe, en la izquierda es Gustavo Petro. 

Dentro de 20 años unos historiadores deciden estudiar este momento de la vida del país, a través de cinco líderes emblemáticos. ¿Qué cinco líderes escogería usted para estudiar?

Diría que estudien el caso de Álvaro Uribe, que para entonces en la Clínica Monserrat ya debe haber documentación suficiente, también el caso de Juan Manuel Santos, el caso de Humberto de la Calle, el de Timochenko y el de Sergio Fajardo. 

¿Por qué cree que tiene tantos seguidores?

A la consistencia de la cuenta de Twitter: es una cuenta perfilada, comento la realidad con humor, el que quiera algo de eso, me busca. Además, el fogonazo del humor es apto para una red como Twitter, dada a eso: a los fogonazos.

Tanto su papá como su tío Ernesto tienen buen humor, ¿eso es de familia?

Yo creo que sí. Mi tío Ernesto era para morirse de la risa, especialmente cuando gobernaba. 

¿Cómo se diferencia su humor al de su padre?

Quizás el mío chirrea más que el suyo, es más agrio y corrosivo y arriesgado, y quizás más ofensivo,  con lo bueno y lo malo que eso trae. 

¿Qué efecto genera en la sociedad colombiana sus columnas?

Ayudan a digerir la realidad política y también a mostrarla y a comunicarla en personas que habitualmente no se interesarían en ella si no fuera a través de un conducto como el humor.

La única manera de que un estudiante encuentre interesantes a Roy Barreras o a Angelino Garzón, es señalar sus aspectos humorísticos.

¿Cómo ve el humor en Colombia? 

El involuntario, muy bueno. Sobretodo en la clase política actual.

En las demás manifestaciones, en términos generales, bien, pero creo que hay un espacio que todavía puede ser llenado, sobretodo en la televisión. 

¿Considera que hay un tipo específico de humor colombiano?

No, no considero que haya uno específico. Hay fórmulas de humor que sirven en determinados sectores de la población. La de Dago García es una, por ejemplo: ese costumbrismo llevado al extremo y la colombianidad. Hay muchas manifestaciones de humor, en términos generales. 

¿Cómo cataloga el humor en televisión y en radio? 

Cada vez hay menos espacio para el humor político en televisión. Quizás el último que hubo fue el de los Reencauchados. Allí, en la TV, hay un espacio muy grande para hacer humor político. No sé si los canales privados sean capaces de ofrecer la independencia que se necesitaría para poder emitir un programa realmente crítico. 

En la radio veo que sí hay más expresiones de humor: está La Luciérnaga, está el programa de Blu y algunos más.

Su humor es muy crítico de la sociedad colombiana, ¿a qué aspectos de la vida del país dirige más sus criticas?

A la política y al arribismo social, a esos dos. 

¿Usted escribe columnas o caricaturas escritas? 

Ambas. A veces quedan más como columnas y a veces como caricaturas escritas. Pero me considero, en buena medida, un caricaturista que expresa sus caricaturas mediante la escritura.

Toda las semanas usted siembra enemigos. ¿En el país de Jaime Garzón, eso no le da miedo?

No, nunca he sentido miedo ni me he sentido amenazado. Además, creo que lo de Jaime Garzón, que fue una infamia absoluta, no sólo fue por su trabajo crítico y maravilloso, guía para toda mi generación, sino, según entiendo, a sus labores humanitarias.

En Soho usted hacía periodismo y desnudismo, ¿uno serio y otro comercial, ó los dos igual de serios?

Sentía que el mensaje que uno podía mandar a través de las fotografías y los desnudos podía ser tan, o más contundente que el que se podía mandar a través de las crónicas o las columnas de opinión. 

De hecho, el lenguaje de la imagen permite que uno sea más instantáneo en la comunicación y que la comunicación impacte más. La foto, por ejemplo, de la parodia de la Última Cena es una foto muy ideológica, muy política, que envía un mensaje muy claro y muy fuerte que fue elaborado desde la fotografía y el nudismo, como usted dice. Sin esa foto, Ordóñez no se habría convertido en el lector de SoHo que hoy en día es.

Daniel Samper O - #TrendingLíder360º - Red Líder

 

Iniciativa de liderazgo

¿En qué consiste su iniciativa de liderazgo?

No sé en qué consista mi liderazgo y no sé si lo que haga de verdad pueda ser llamado liderazgo, pero básicamente lo que procuro hacer cada semana es traducir, en términos humorísticos, las tragedias que produce Colombia en general, y en particular las que produce su clase política. 

¿De dónde surge o qué lo llevó a iniciarla?

Mi iniciativa de liderazgo surgió de una manera fortuita y también de la de obediencia. Simplemente obedecía las instrucciones del director de la Revista SEMANA, que quería darle a la publicación una especie de zona de distensión, que no fuera tan serio y solemne cómo lo suele ser. 

En ese momento escribía una columna para Jet-Set en términos de sátira y decidieron pasarla a SEMANA después de una especie de revolcón en el mercado de columnistas, y por eso terminé en la última página de la revista SEMANA con la instrucción de escribir con humor.

De modo que fue absolutamente fortuito, quizás si me hubieran dicho que hiciera otra cosa la habría hecho.

¿Qué es lo distintivo de su iniciativa?

Lo distintivo de mi liderazgo vendría siendo, supongo, entender que el humor es un mecanismo de comunicación. Que el humor es no sólo el último salvavidas que nos queda, sino también una forma de combatir, un látigo, una manera de señalar y fiscalizar los excesos de nuestra clase dirigente. 

¿Cree que dado el contexto apropiado, cualquiera puede ser líder?

No, no creo que cualquiera pueda ser líder: nombre a Pachito Santos a dedo, de general de lo que sea, y siéntese a observar los resultados.

¿Qué paradigmas ha tenido que superar y cuáles ha implementado?

En SoHo, el de que una revista para yuppies no podía tener muy buen contenido literario, que en un país mojigato y godo no podía funcionar una revista de fotografías eróticas lanzadas y que el humor no podía ser una herramienta que se tomara la política en serio. 

¿Qué retos adaptativos ha tenido que superar?

Adaptativos, todos: yo soy un perro al que tiran en la mitad de una piscina, estoy obligado a nadar y por eso nado. Así es como he funcionado siempre.

¿Cree que un líder debe saber exactamente lo que hace, ó debe recordarse que en realidad no sabe nada?

Un líder debe dudar, debe hacerse preguntas, debe saber oír, pero, en últimas, debe hacer lo que crea, sin reparos: así como no creo en los líderes autoritarios, tampoco creo que en los lideres que tienden a obedecer y a complacer. Como columnista de opinión, ese ha sido un consejo que alguna vez recibí y que ha sido muy importante. La gente es la que debe seguir al columnista, no el columnista a la gente, de lo contrario, en su momento, todos habríamos sido uribistas. Uno no debe escribir huyendo de la rechifla o procurando el aplauso. Sin entender eso, nadie podría ser líder, ni de opinión ni de nada.

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