Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Matilde De Los Milagros Londoño, editora de la Revista el Malpensante y activista de derechos de la mujer, hace una reflexión sobre la forma en que la campaña #MeToo además de visibilizar la violencia hacía la mujer, responsabiliza a los hombres.

Es un mito que la campaña MeToo o Yo También se refiera únicamente a las mujeres.
La razón de esto es que detrás de cada denuncia que hace una mujer en sus redes sociales hay un responsable, y aunque los hombres no son los protagonistas de esta campaña sí son los responsables de que la campaña exista.
Entonces, ni a mi a ni a la demás mujeres que hemos participado en esta campaña, creada hace 10 años por la activista afroamericana Tarana Burke, nos ha abusado un fantasma. De hecho, lo más probable es que nos haya abusado alguien a quien conocemos, alguien que no es particularmente amenazante. Un amigo, un novio, el marido, alguien con quien trabajamos o incluso un familiar.
Es muy importante que los hombres empiecen a identificar sus comportamientos que son violentos, machistas y opresores, y no sencillamente que nos acusen de estar tratando de llamar la atención. La única forma en que los hombres nos pueden ayudar realmente, es cambiando sus acciones y reconociendo sus comportamientos en ellos y en los demás hombres.
De nada nos sirve que admiren nuestra valentía y se “solidaricen” con la causa, lo que necesitamos es que empiecen a reconocer que han estado haciendo cosas mal y que se han beneficiado de la violencia a la mujer.
También quisiéramos pedirles unos favores. Primero, que dejen de decir y de acusarnos de estar participando en esta campaña porque queremos seguir una moda o porque queremos llamar la atención. Hablar de nuestras experiencias de abuso y acoso es una experiencia traumática y dolorosa y en muchas ocasiones solitaria, entonces no nos juzguen por estar manejando nuestra situación de esta forma, es nuestra opción comunicarla, denunciarla o incluso quedarnos calladas.
También es importante que dejen de decir que a ustedes esta causa les importa porque tienen hijas o porque tienen hermanas o porque tienen esposa. Esta causa no importa porque a ustedes les afecte. Esta causa es importante independientemente de ustedes. Por último, quisiéramos pedirles que dejen de comparar nuestras denuncias, indignación, rabia y dolor con una cacería de brujas. No.
De hecho la cacería de brujas es un ejemplo emblemático de la persecución y la violencia sistemática de la mujer. Nosotros con nuestra denuncia no estamos acabando con sus vidas, ni los estamos torturando, ni los estamos matando, mientras muchas veces sus acciones sí acaban con la vida de la mujer.