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La Visión de Martín von Hildebrand 360º #TrendingLíder



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La visión de Martín von Hildebrand 360º
Sobre su entorno, visión e iniciativa de liderazgo
Entorno del líder
Todo liderazgo surge de unas influencias en la vida: personales, intelectuales, vivenciales, de todo tipo. ¿Cuáles diría usted que son esas influencias que han determinado su estilo y sus motivaciones de liderazgo?
El espíritu irlandés, sin ninguna duda, y la lucha por la libertad, la lucha por las minorías étnicas y el derecho que tienen a ser pueblos independientes y a tener control del territorio.
Me crié con ese espíritu, estudié en Irlanda y desde muy joven, más que estar con la lucha de clases, estaba con la lucha de las minorías étnicas, eso sin lugar a dudas me impulsó. Eso es del lado de mi madre.
Del lado de mi padre vengo de una familia que sin ser judía, luchó abiertamente contra el nazismo durante muchos años. Fue una lucha fuerte. Creo que eso también tuvo que ver, pero sobre todo el lado irlandés.
Mis abuelos fueron muy republicanos. Mi abuelo estuvo varias veces en la cárcel por luchar por la autonomía y eso también tuvo que ver.
Mi liderazgo es porque la vida lo ha querido. Uno anda haciendo lo que uno cree, las cosas dan buen resultado y la vida lo lleva a uno paso a paso.
El buscar extremos también me ha influenciado. Me he pasado mi vida al margen de ciertas cosas, en la selva, con grupos indígenas que hablan otros idiomas, viviendo una vida totalmente diferente a la que vivimos normalmente en Occidente. El tiempo que paso por los ríos donde no veo a ningún blanco durante meses, esa sensación de aventura, de libertad.
Lo otro que me ha influenciado es la indignación sobre el colonialismo, esa prepotencia de Occidente de creer que los occidentales son más importantes que los demás pueblos. Es una prepotencia absurda creer que puede manejar los recursos naturales y el planeta para sus necesidades, y no darse cuenta que es parte del planeta y por eso tiene que vivir en armonía con este. Si no la cultura como la conocemos tiende a desaparecer.
Desafortunadamente es una vergüenza que Occidente, a pesar de los grandes avances que ha hecho en ciencia y arte, tienda a dañar tanto el mundo con el materialismo y el deseo de posesión, el deseo de poder y la ambición de nuestra cultura.
En parte mi lucha ha sido a favor de los pueblos indígenas y las minorías, para tratar de detener el avance de Occidente en aquellas regiones donde no ha llegado, donde no ha habido daños y el planeta todavía es sano, como es el caso de Amazonas. Allí podría darse un desarrollo anti-ecológico, anti-ambiental, materialista y de acumulación de riqueza, en regiones donde el planeta todavía es sano.
Por eso seguimos defendiéndolo. Hemos sacado muchos pactos, muchos resguardos. He tenido que ver, directamente y personalmente, con la preservación de territorios y parques, he dedicado mi vida a esto.
En este momento estoy impulsando la conectividad entre la Amazonía en diferentes países y conectar los Andes con el Amazonas en Colombia para realizar un corredor atravesando toda Latinoamérica.

¿Para qué ese corredor?
Primero, conectar toda la selva para que funcione de manera sana porque las semillas y los animales se cruzan conectándose unos con otros, si usted los encierra en un solo sitio hay una especie de endogamia, una reproducción interna que tiende a degenerarse, entonces es fundamental entender que las áreas aisladas tienen menos posibilidad de sobrevivir que las áreas conectadas.
En las áreas conectadas un metro cuadrado de árboles de selva evapora hasta siete veces más agua que un metro cuadrado de mar. Al evaporar más, cambian las presiones y se crea una especie de vacío. Ese vacío es el que jala las nubes que se evaporan del mar, entonces hay 20 millones de toneladas de agua diarias en los Andes, que luego se escurren por los ríos.
Según Germán Poveda, para el 2025 ya no tendremos nieve en las montañas de Colombia por calentamiento global, así que todo el agua dependerá del corredor amazónico.
Segundo, la selva es fundamental para enfriar el planeta. Si no tenemos nubes se calienta el planeta, porque son un espejo que refleja la temperatura del sol. Nos protegen del calentamiento de todo el planeta. Además, si se talan los árboles se genera mas CO2 generando más calentamiento global. Todo está interconectado en el planeta, todo, todos somos parte de un gran organismo.
El momento en el que nosotros destruimos el Amazonas, que es el corazón de la biodiversidad del planeta, es como si a un organismo le quitáramos el hígado, es decir la capacidad que tendría que tener el planeta de adaptarse al cambio climático, entonces tenemos que defender al Amazonas.
En la parte de abajo del Amazonas ya hay mucha deforestación, pero si destruimos el Amazonas perdemos la lucha contra el cambio climático.
La confianza en sí mismo es fundamental para el liderazgo. ¿De dónde proviene su confianza en sí mismo?
No estoy de acuerdo. No creo que sea una condición del liderazgo. Conozco mucha gente que tiene muchas inseguridades y son grandes líderes.
Muchas veces no es confianza en sí mismo. Por ejemplo, los religiosos tienen confianza en Dios, otros pueden tener confianza en una idea, una ideología, pero para mí, la confianza en sí mismo no es una condición del liderazgo.
Las adversidades ayudan a formar el carácter y la personalidad del líder. ¿Qué adversidades ha tenido que superar?
Uno mismo no comienza por el día en el que nació, uno al comienzo es de los padres que son los que lo crían y que traen su propia preocupación, dinámica y relaciones complejas con la vida.
Yo soy hijo de la guerra. De la Segunda Guerra Mundial y también de la lucha irlandesa por la autonomía y por la independencia. Esas son unas adversidades históricas en las cuales uno nace y se forma. De niño está la adversidad cotidiana en Colombia que ha sido la violencia todo el tiempo, desde los años 50.
Luego están las adversidades de lo que se vive en la selva. Ver el abuso que ha habido de los caucheros, después el abuso de los misioneros, la negación del derecho de los personas que viven allá y su consideración como seres inferiores.
Hoy en día la adversidad es la destrucción del planeta y eso a todos nos impacta porque uno esta profundamente preocupado y a uno le duele ver esta situación. Yo no hablaría de adversidad en el sentido personal. Hablo de la adversidad de vivir en una sociedad, de vivir en un planeta con la problemática que nos ha tocado.
¿Cuáles fueron sus primeros rasgos, actos, o insinuaciones de liderazgo?
En clase, en el colegio. Protestar contra los profesores. Me acuerdo que una vez me suspendieron del colegio unos días por protestar. Una profesora que me caía mal de materias importantes, matemáticas, química y física. Era muy impositiva y organicé a mis compañeros de clase para que no entregáramos, unos documentos, unos cuadernos, que ella quería y no eran de su clase. Al final todos entregaron, pero yo no.
Le dije “no, ahí está mi cuaderno pero usted no lo coge. No se lo entrego, ahí está, pero no se lo doy porque a usted no le corresponde”. Claro, me llamó el rector y me dijo “mire, es más difícil encontrar un profesor que un alumno”. Me suspendieron y me acuerdo que mis compañeros me dijeron “ve Martín, el que se mete de cristo sale crucificado”.
¿Cuáles habilidades han facilitado su liderazgo?
Terco, optimista, pensar fuera de lo acostumbrado, “out of the box”. El vivir con los indígenas me ha dado otra visión de mundo, otra perspectiva que me ha ayudado mucho a mirar las cosas de diferentes maneras, y por lo tanto, abordarlas de diferentes formas.
Mi liderazgo, más que ser un liderazgo de generar seguidores, es un liderazgo de que las cosas que digo ponen a la gente a pensar de otra manera. Esta más dirigido hacía desequilibrar la forma en la que la gente piensa y no hacía movilizar a la gente, porque yo no lo hago.
Es una forma de mirar las cosas, de hablar y discutir. El impacto de mi liderazgo ha sido mucho más con individuos que están en posición de tomar decisiones como el presidente Barco, u otros con quienes creamos resguardos.
Hay otra manera de pensar y ellos la ven y dicen “si, si vale la pena, vamos por ahí”. Es más de ese tipo de liderazgo, yo soy mucho más individualista. Mi liderazgo no es de grupo, sino individual y es de pensar y plantear cosas.
¿Considera que maneja bien las emociones y la inteligencia emocional?
Si. Me afectan, obviamente, pero en últimas creo que las manejo bien. Me parece que tengo y funciono más con inteligencia intuitiva.
Para mí manejar bien las emociones es cuando uno tiene una relación cercana con las personas, hijos, mujeres, amigos. Pero eso es cosa muy diferente a la inteligencia menos racional y más intuitiva. Yo indiscutiblemente funciono mucho más por lo intuitivo que por lo racional.
Visión de liderazgo
¿A qué personas de la vida pública le reconoce usted liderazgo? Y mirando hacia atrás, pensando en líderes colombianos ¿cuál le atrae?
Franciso de Roux, es una persona que respeto mucho.
Antanas Mockus tiene liderazgo, indiscutible.
Rafael Pardo, es una maravilla de persona, tiene una fuerza enorme. Esa manera de pensar, de escuchar y luego de tirar línea, tiene un carisma del carajo. Tiene mucha fuerza, y creo que el arte en la vida es saber escuchar.
Históricamente, me gusta mucho López Pumarejo. Me parece que jugó un papel importante en Colombia.
Yo creo que un hombre que hizo un gran esfuerzo, con muchas dificultades, fue Quintín Lame, el dirigente indígena. Sobresalió en su lucha, con todas las dificultades de la época, como ser una minoría.
Una visión de liderazgo tiene un diagnóstico de la situación a intervenir, una meta hacía a dónde ir y una fórmula para lograrlo. ¿Cuál diría usted que es su diagnóstico, fórmula y meta?
El diagnóstico general de la situación es que, como occidente, hemos perdido la comprensión de que somos parte de la naturaleza y creer está ahí parada para nosotros aprovecharla. Creemos que la naturaleza es un conjunto de objetos, los recursos naturales, y no una comunión de sujetos, y eso es un gran error.
Todos somos sujetos, los árboles, las plantas, los seres humanos, todos somos sujetos y es una comunión y una articulación de estos sujetos y no un conjunto de objetos que podemos estar utilizando según nuestras necesidades.
Esa visión es muy materialista y muy acumuladora, pero también en el mismo cristianismo y en la religión tenemos problemas. Por ejemplo, el concepto de la redención es muy complicado porque es pensar que hay otra vida mejor que ésta y que hay otro lugar donde seremos más felices, el paraíso o lo que sea, y no es aquí. Podemos acabar con esto porque hay otro lugar. Eso es muy peligroso, no hay otro mundo, es este y no hay otro y no nos podemos escapar y somos responsables de este. ¡La Tierra es la que tenemos que cuidar!
Tenemos que abordarlo por lo radical, tenemos que ir a fondo y nos falta la voluntad política. Es fundamental entender que nuestro sistema económico de crecimiento permanente y acumulación, a costo de los recursos naturales no es sostenible.
La minería no es sostenible porque se acaban los minerales, la industria petrolera no es sostenible porque el petróleo se acaba. Tenemos una economía que tenemos que cambiar, pero no hay voluntad política, y cada vez el cambio va a ser más complicado.
Hubiera sido mas fácil hace 30 años, cuando la reducción que teníamos que hacer de emisiones era poca, por ahí un 2% anual y lo hubiéramos logrado, hoy en día es el 12%.
Hemos tenido la posibilidad de mejorar las economías, por ejemplo, en la crisis del 2008 Obama entró con toda la posibilidad de hacer un cambio. Lo dijo en su discurso de posesión, dijo que iba a hacer una economía con energías alternativas, nuevos empleos, y no tuvo la capacidad, no pudo.
Crearon unos bancos y en vez de crear una nueva economía, volvieron y les metieron toda la plata y están repitiendo el mismo error de la sociedad de consumo.
¿Pero dónde están esas presiones que impiden un cambio?
Hay presiones de las grandes empresas, petroleras, compañías de carros. A la gente parece que no le importara acabar con el planeta con tal de mantener la riqueza personal o empresarial. Es muy complicado.
La solución es que todos empiecen a producir grandes cambios. Es muy útil, especialmente de manera psicológica, que cada persona empiece a reciclar las basuras, pero eso no nos va a salvar. Eso son detalles, tenemos que cambiar la estructura de la economía. Tenemos que consumir menos.
Ese tipo de soluciones contribuyen y son muy importantes porque le dan a la gente la oportunidad de crear una consciencia, pero no es suficiente para un cambio verdadero.
¿Usted cómo encarna con su ejemplo los valores de la visión que tiene?
Con mi cotidianidad que es trabajar en la selva, con los indígenas, con la conservación de los bosques y su protección. Hay otras cosas, por ejemplo yo nunca saco el carro en Bogotá, no por ecólogo sino porque disfruto andar más en bus, pero sé que eso aporta en algo.
Por otro lado, mi carácter no es consumista. He tratado de dejar una huella ecologista, tanto por mi carácter como por mi crianza. Soy una persona que fue a la guerra en Europa que tiene un escenario mucho más moderno, del que aprendí mucho.
Partiendo del hecho de que somos occidentales ¿cómo hace uno para no formar parte de ese consumismo y materialismo tan constante?
Eso depende de la gente. Por ejemplo, no soy una persona consumista, vivo de manera normal, no soy vegetariano porque además considero que serlo no hace mucha diferencia. Hay cosas como la comida orgánica o la energía solar que aportan a soluciones, pero si no cambiamos el crecimiento constante y no buscamos una manera de redistribución, de más equidad entre la gente y empezamos a solucionar los grandes problemas demográficos que tenemos, no vamos a tener cambios verdaderos.
Una solución verdadera y cotidiana en Colombia es dejar el uso del carro a un lado y empezar a hacer uso del transporte público y de la bicicleta. También es importante replantearse el manejo de residuos sólidos, lo que representa un gran problema para la sociedad. Proponer ideas es muy fácil, lo importante es que funcionen.
Por ejemplo, qué pasaría si un día se le dijera a los colegios que a todos los niños que lleven un kilo de plástico, se les dará un cuaderno o esferos. Algún tipo de premio o estímulo que haga que los niños recojan el plástico y que creen una nueva consciencia. No sé si esa idea funciona pero uno podría pensar y contribuir con diferentes ideas, de las que alguna puede funcionar.
¿Cuáles cree que han sido los principales resultados que ha tenido en materia de liderazgo?
Principalmente en mi vida. Mi liderazgo habla de 6 millones de hectáreas que tienen resguardos indígenas, que es el tamaño de Gran Bretaña. 18 pueblos indígenas que hemos ayudado a proteger y a liberarse de una esclavitud que no les permitía opinar y participar activamente de la toma de sus decisiones.
Me quedé con los pueblos indígenas para ayudarlos a recuperar sus territorios, y a partir de eso han recuperado su dignidad y la confianza en su idioma. Todos son territorios colectivos e alienables y se logró que eso quedara en la Constitución Política de 1991. También se tiene un mapeo organizado de todos estos territorios. Todo en términos de un trabajo en equipo.
¿Usted cómo ve la cultura de liderazgo en Colombia?
Colombia es un país muy individualista, acá cada uno coge por su lado. Somos un país con gente muy inteligente y capaz, pero nos cuesta mucho trabajar en equipo. Demográficamente Colombia es un país con muchas regiones diferentes, en donde se refleja la competitividad característica de las personas colombianas. Obviamente hay rasgos de liderazgo en el país, como en la región de Antioquia o en general hay liderazgo empresarial, pero es difícil encontrarlo porque considero que la cultura de liderazgo no ha sido suficiente.
Dentro de 20 años unos historiadores deciden estudiar este momento de la vida del país a través de 5 líderes emblemáticos ¿usted a cueles escogería para el estudio?
Es muy difícil porque hay que entrar a analizar qué personas hay en diferentes ámbitos, tanto positivos como negativos. En política uno tiende a pensar en presidentes por su posición de poder, Lleras Camargo y Lleras Restrepo fueron muy importantes en su momento en la historia.
Pero hay que entrar a analizar cuáles son los líderes que han tenido un verdadero impacto en la historia del país. Marulanda por ejemplo, tuvo un gran impacto. Negativo pero lo tuvo. Los narcotraficantes tuvieron impacto. Generalmente los líderes del mal han tenido un impacto más inmediato. Es más difícil destruir que construir.

Iniciativa de liderazgo
¿En qué consiste su iniciativa de liderazgo?
Acompaño y desarrollo procesos con un equipo que busca la protección de los pueblos indígenas y la conservación del medio ambiente.
¿De dónde surge su iniciativa?
Una parte por mis convicciones personales y ciertos rasgos de liderazgo marcados. Otra parte de entrar a la selva y ver la explotación que había sobre los indígenas. Haber vivido en los años setentas con los indígenas y haber podido ver el mundo desde otra perspectiva. Haber tenido la oportunidad de entrar al gobierno y de poner mis ideas acabo con el enfoque claro que tenía.
¿Usted cómo se dio cuenta que había que hacer algo por el Amazonas?
Yo llegué el Amazonas solo y empecé a conocer, lo atravesé remando. Me guiaba con un radio que funcionaba con antena y nada más.
Cuando salí del Liceo Francés quería estudiar filosofía y un profesor me dijo que estudiara antropología porque es una filosofía más aplicada. Finalmente me fui a estudiar a Europa y cuando terminé decidí que quería conocer culturas. Así me topé con la realidad de que las comunidades indígenas estaban siendo explotadas. Los jóvenes estaban siendo obligados a negar su cultura por la presión occidental y a mí eso me indignó, así que decidí que los iba a acompañar dos años. Llevo 22.
No es que yo me haya ido por querer cambiar al Amazonas, simplemente me movió la indignación que me generó ver la realidad que tenían. Yo iba por una curiosidad antropológica y de aventura.
¿Qué hace distinta su iniciativa?
Primero, que fui a conocer y me quedé con los indígenas. Alguna vez le preguntaba a un Chamán que él por qué creía que yo me había quedado y me decía que porque mi alma se alimentaba de esa región. Y yo creo que es eso. Yo me siento en casa cuando estoy allá, cuando estoy en la ciudad me siento diferente. La constancia y el amor por lo que es diferente, por la cultura. Y en definitiva, los resultados.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos que ha tenido la iniciativa?
La visión convencional de occidente, su desarrollo económico tradicional, su ideología, ya sea en nombre de Marx o en nombre de Cristo, el problema es que siempre buscan imponerla. El problema de no saber escuchar y de no saber aceptar la diferencia ha sido un gran obstáculo.
El desarrollo económico de occidente va comiéndose todo lo que es diverso y lo va integrando y minimizando. Ese es el obstáculo principal, no solo para el Amazonas sino para el mundo en general. Eso no quiere decir que Occidente no tenga gente sensible, capaz de generar soluciones y capaz de reconocer las diferencias.
¿Cuáles han sido los principales aciertos?
La precisión que se ha tenido para contar las historias, de narrar lo que ha sucedido a las personas que pueden generar las principales soluciones. No habernos quedado en lo académico ni en las descripciones teóricas. Saber comunicar, participar, proponer y entender que la gente tiene que identificarse con lo que un hace.
¿Cuáles han sido sus principales aliados?
En el mundo político ha sido gente como Virgilio Barco, que apoyó toda la iniciativa. Sin embargo, hay aliados en todo el mundo, tanto en el mudo académico, como en el empresarial y en general, en todos los sectores, porque no son mis aliados, son aliados de la causa, de la diversidad y del planeta. Los indígenas y los chamanes también son aliados importantes, pero no hablaría de mis aliados sino de los aliados de una causa, de la gente que cree que hay que hacer las cosas.
Ronald Heifetz sostiene que liderar es vivir peligrosamente. Porque el liderazgo tiene un lado no glamuroso, del que poco se habla: genera que otros se opongan a la iniciativa de liderazgo llegando incluso a buscar detener al líder. Esto ocurre porque el liderazgo transformador genera cambios y “pérdidas” para la gente al desequilibrando el statu quo. ¿En algún momento usted ha sentido que alguien se ha opuesto a su iniciativa?
Claro que sí. En los años 70 recibí bloqueos muy fuertes de algunos misioneros, ya que la iniciativa buscaba la autonomía de los pueblos indígenas y hacía que los misioneros perdieran el control sobre ellos y sobre las locaciones. Los misioneros tenían unos contratos enormes con el gobierno para temas de educación y eso se vio afectado.
La iniciativa tuvo un gran respaldo durante todo el gobierno de Barco y cuando acabé, Germán Montoya me dijo que jamás había conocido a alguien con tantos enemigos como los que yo tenía. La cosa es que yo ni siquiera me daba cuenta.
Cuando César Gaviria terminó de Ministro del Interior me dijo que yo no tenía idea de cuántas personas me había atajado del camino que querían perjudicarme.
El hecho de que uno tenga gente que se oponga, no quiere decir que uno se de cuenta o por lo menos yo. Tal vez es cierta ingenuidad que hace que yo vaya directo a hacer lo que voy a hacer y no me fijo en otras cosas.
Como tal oposición o amenazas directas no recibí nunca, tampoco mi equipo ni mi familia. Por ejemplo, ahora hay mucha minería ilegal pero tampoco soy bobo, yo no me voy a enfrentar con ellos porque no represento a ninguna autoridad. Hay que saber hacer las cosas.
Links de interés:
Fundación amiga de Gaia Amazonas en Londres:
Referencia del premio Equatorial