Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El grupo de Diálogo sobre Minería en Colombia (GDIAM) -un grupo diverso de expertos en el sector minero, ex funcionarios públicos, miembros de comunidades étnicas y académicos- convocadas por el Social Science Research Council y la Fundación Ford, generaron acuerdos por consenso para una minería incluyente, resiliente y competitiva para Colombia.
El Grupo de Diálogo sobre Minería en Colombia (GDIAM) nació para crear un espacio de trabajo y diálogo entre personas que piensan de manera diferente, con el propósito de construir una visión compartida de la minería en Colombia, que contribuya al desarrollo sostenible del país a traves de propuestas concretas de política pública.
El GDIAM busca que personas que tienen visiones diferentes y que en ocasiones han sido contradictores, se encuentren en un espacio común y, dialogando, se generen oportunidades de acercar mundos, de estrechar lazos de confianza y que las personas se pongan en los zapatos del otro. Los miembros del GDIAM, aunque no representan ningún sector especifico, si expresan visiones del sector minero, del sector público y de las comunidades, por las responsabilidades que han desempeñado previamente o que actualmente tienen. Algunos de ellos son reconocidos académicos en la materia y también han sido responsables en el diseño de políticas públicas que rigen en el sector minero energético.
El GDIAM es una muestra de cómo se pueden generar espacios de diálogo y construcción de acuerdos por consenso, a partir conversaciones basadas en evidencia, respetuosas de la diferencia y orientadas a lograr resultados concretos. Ese es el carácter de este Grupo que presentó púbicamente el 8 de octubre pasado, los primeros acuerdos y propuestas a que ha llegado.
La idea surge de la preocupación y el desafío sobre cómo generar procesos que ayuden efectivamente a combatir la exclusión. Desde la oficina para la Región Andina y el Cono Sur de la Fundación Ford, la cual dirigía cuando nació el GDIAM, luchar contra la exclusión y la marginalización de comunidades étnicas y raciales era central a la misión de Ford. En países como Colombia este desafío coexiste con modelos de desarrollo económico con una fuerte base en la extracción de recursos naturales no renovables.
El presidente Santos anunció que la minería seria una de las cinco locomotoras del desarrollo del país. La experiencia de otros países en la región evidenciaba que el desarrollo de la locomotora minera iba a producir, y en algunos casos profundizar, choques con las comunidades, especialmente las étnicas y raciales, que generalmente son las mas afectadas y negativamente, por la minería. Esto teniendo en cuenta el desarrollo institucional del sector minero en ese entonces, la ambigüedad de las reglas del juego, y la fragilidad de las instancias y mecanismos de participación de comunidades en los procesos de decisión de política publica.
Teniendo en cuenta la preocupación por avanzar en la inclusión, y dado que el debate sobre la minería genera mucha polarización, la pregunta central era: ¿es posible compatibilizar minería y desarrollo sostenible? La respuesta del Grupo de Diálogo ha sido positiva. El GDIAM en ese sentido propone una minería en Colombia, si y solo si, se cumple con tres condiciones: que sea incluyente, que sea resiliente y que sea competitiva.
Dadas las expectativas que tiene el país en términos de desarrollo económico, una mesa de diálogo entre opuestos con propuestas, ha sido una herramienta acertada para reducir la polarización.

Con frecuencia el tema de la minería ha sido tratado en el marco de esquemas de fuerte polarización: o la minería es una tabla de salvación o es el peor de todo los males. En un comienzo, cuando exponía mi idea de poner a dialogar a ‘los adversarios’ algunas personas respondían con cierto escepticismo: pensaban que el diálogo no iba a funcionar, que la discusión estaba muy polarizada y que tanto las empresas del sector minero como las comunidades no iban a aceptar.
Mi premisa y experiencia es que siempre hay instituciones y personas que están dispuestas a trabajar de manejara colectiva. El trasfondo del GDIAM es evidenciar que los procesos colectivos, los procesos de construcción de propuestas de consenso, de acercar orillas, funcionan. Estos procesos colectivos también ayudan a demostrar que a veces no estamos tan lejos del ‘otro’ como suele pensarse.
Nosotros lo hemos hecho en torno a la minería, pero podría aplicarse a cualquier otro sector. En estos momentos, además, cuando el país esta en un proceso de terminación de la guerra con las Farc y de construir una sociedad en paz, los espacios de diálogo y los proyectos colectivos van a ser más necesarios que nunca.
Sin embargo, en el caso colombiano la noción de liderazgo parece estar bastante anclada en lo individual y creo que como sociedad perdemos oportunidades para pensarnos colectivamente, y desde ese ámbito generar procesos genuinos de cambio social.
¿Cómo ha desarrollado la iniciativa?
Consultando. Lo colectivo empieza con la gente. Ir escuchando opiniones, tanto las positivas como las alertas. Este proceso de consulta lo hice con personas que ya habían trabajado en este campo. Siempre buscando tener desde el principio un diseño metodológico acertado para el contexto. Curiosamente, la idea del GDIAM se inspiró en un esfuerzo que Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, y el presidente Juan Manuel Santos, habían puesto en marcha a principios de 2000: el denominado ‘Grupo de Trabajo sobre Colombia”, que luego se transformó en grupo de trabajo sobre la región andina y finalmente derivó en grupo de trabajo sobre Latinoamérica.
También tuve en cuenta otras experiencias similares de diálogo en minería tanto en Colombia como en otros países, y en particular una muy reciente en Chile que impulsó Álvaro García Hurtado (ex ministro chileno) y en el que participaron el ex presidente Ricardo Lagos, Jean Paul Luksic, Rolando Humire, entre otros .
Dado que la imparcialidad e independencia eran fundamentales para que el GDIAM pudiera hacer su trabajo, identifiqué al Social Science Research Council, una reconocida institución norteamericana, que aceptó gestionar este esfuerzo. Con el SSRC organizamos una importante reunión exploratoria en Nueva York -donde tienen su sede- en la cual invitamos a diversas organizaciones de la sociedad civil que están trabajando en temas relacionados con las industrias extractivas, como Oxfam, el NRGI, para también tener sus insumos en este proceso.
El GDIAM tuvo su primera reunión en febrero de 2013, y a partir de ahí se definieron las reglas de trabajo, la agenda y los temas, la metodología: cómo tratar los temas, los tiempos, expertos a consultar. El Grupo acordó que las conversaciones fueran privadas hasta que se lanzaran públicamente las propuestas, como ocurrió el pasado 8 de octubre. El GDIAM es apoyado por una Secretaria Técnica compuesta por el SSRC, el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali y Consultoría Estratégica de Chile. Esta Secretaría juega un rol crucial para el buen funcionamiento y éxito del grupo.
¿Por qué la iniciativa es positiva?
En primer lugar, porque hay propuestas concretas sobre el objetivo: una Minería Incluyente, Resiliente y Competitiva. Segundo, por la forma como han sido construidas las propuestas: son el resultado de consensos entre los miembros del grupo, y partiendo de la base de que se trata de un proyecto colectivo, el GDIAM extiende lazos entre sectores, el sector público, el sector privado y la sociedad civil.
También destacaría el aspecto humano. El GDIAM ha permitido que además de ideas e intereses, nos reconozcamos como seres humanos. El grupo ha generado lazos de amistad y solidaridad que han sido muy valiosos a la hora de construir consensos.
¿Cuáles han sido los principales aciertos y aliados?
El GDIAM es un diálogo de saberes que ha generado consensos en torno a una visión compartida de la minería.
En el tema de minería incluyente, por ejemplo, el GDIAM parte de la premisa que la minería debe desarrollarse de manera armónica con el territorio y con las culturas con que convive. Para ello, proponemos, entre otros, fortalecer la institucionalidad estatal para el diálogo con las comunidades a través de la creación de una Agencia para el Diálogo Intercultural. El GDIAM también ha buscado incidir en el desarrollo de políticas públicas y brindó aportes concretos a las instituciones del Estado pertinentes, para que fueran considerados en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, en torno a temas como el ordenamiento territorial, tipología de la minería y consulta a comunidades en el territorio, entre otros.
Parte del acierto del GDIAM es la gran red de apoyo y consultas que ha ido sumando. Además de las instituciones como la Ford, el SSRC y el IEI que lo impulsan, el GDIAM ha generado espacios de interacción con los gremios del sector, con la academia, con ministerios, con asociaciones de pequeños mineros, con organizaciones que representan a minorías étnicas y raciales y con distintas organizaciones de la sociedad civil. Recientemente, también se ha creado un espacio en La Silla Vacía para generar oportunidades adicionales de reflexión y debate sobre sus propuestas, y ojalá todo esto contribuya a que quienes toman las decisiones de política pública, nutran sus decisiones con estos aportes.
¿Cuál es su rol de liderazgo?
Mi rol ha sido generar este espacio, motivando y persuadiendo a los diferentes participantes para que creyeran en ese esfuerzo, y ayudar a que el grupo cumpla con su propósito de manera constructiva. De los convocados todos aceptaron participar y ha sido una experiencia enriquecedora en la cual me ha sorprendido muy positivamente el compromiso de los miembros del grupo y sus calidades humanas.
El desafío ahora es lograr que las instituciones del Estado, así como el sector privado, y los demás actores interesados, se apropien de las ideas y propuestas generadas a través del grupo.
**Los miembros del GDIAM son: Fabio Arjona (Director Ejecutivo en Conservación Internacional en Colombia), Claudia de Francisco (Socio Gerente del Newlink Group y ex Ministra de Comunicaciones), Francisco de Roux (ex Provincial Superior de la Compañía de Jesús en Colombia), Alcibíades Escué (líder de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte en el Cauca), Luis Jorge Garay (Director de Investigación de los Volúmenes sobre Minería en Colombia de la Contraloría General de la República, Colombia), Claudia Jiménez (ex Directora Ejecutiva del Sector de la Minería a Gran Escala en Colombia), Henry Medina (ex Viceministro de Minas), Luis Ernesto Mejía (ex Ministro de Minas y Energía), Myriam Méndez Montalvo (ex Representante para la Region Andina y el Cono Sur de la Fundación Ford), Benjamín Mosquera (Representante legal del Consejo Comunitario del Río Anchicayá), León Teicher (ex Presidente de Cerrejón), Fabio Velásquez (Presidente Ejecutivo la Fundación Foro Nacional por Colombia) y Miriam Villegas (ex Directora del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural). Los miembros de la Secretaría del GDIAM son: Álvaro García (Director Ejecutivo de Consultoría Estratégica, Chile), Manuel Ramiro Muñoz (Director del Instituto de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali), María Carolina Parra (Investigadora del Instituto de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana-Cali en Colombia), Renata Segura (Directora Asociada en el Social Science Research Council, en Nueva York) y Sabrina Stein (Asociada de Programa en el Social Science Research Council, en Nueva York).
Qué es el GDIAM y cuál es su propósito? – Renata Segura en La Silla Minera
