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La tierra del Nunca Jamás está en el Chocó: Nunca jamás servicios básicos ni la paz, a pesar de haberla apoyado, pero sí la permanente inseguridad azuzada por actores armados mediante el miedo y el confinamiento, y un sistema educativo que les niega su bilingüismo.

Si existiera la tierra del Nunca Jamás sería en el Chocó: Nunca jamás agua potable, nunca jamás la paz, a pesar de haberla apoyado en las urnas, nunca jamás la certidumbre y la seguridad como dice Bauman, pero sí la permanente inseguridad azuzada por actores armados mediante el miedo y el confinamiento de las comunidades, además de un sistema educativo que les niega su bilingüismo.  

Este fin de semana (4 y 5 agosto) fue muy particular. La Asociación Indígena del Chocó ASOREWA convocó a rectores, profesores, dinamizadores pedagógicos y espirituales de las 26 Instituciones Educativas Indígenas que administra en calidad de operador en un convenio con la Secretaría de Educación del departamento. Y digo particular porque se nota el entusiasmo de todos/as en el “Proyecto Educativo, Cultural Territorial Indígena Pensamientos Unidos (PECTI-PU) ASOREWA”.

Como bien explicaron en el encuentro la pertinencia del nombre que desglosa PECTI está en que es un modelo pedagógico que parte del Territorio. En él se nace, se aprende, se vive y se recrea y se crea cultura “por una relación de profundo respeto, ya que el territorio es origen, camino y hogar… Esta es una pedagogía milenaria, ancestral”, como manifestó Emilio Cansari Olea, Autoridad Mayor de la ASOREWA.

Pero, si viven en el territorio y recrean su cultura, ¿en qué consiste la problemática actual?

En tal sentido, Emilio Cansari dice que: “la problemática tiene varias causas y va desde las distancias que inciden directamente en el costo del transporte de los materiales didácticos, de infraestructura como de los profesores, pasando por el impacto del conflicto armado que sigue azotando algunos resguardos indígenas, sobre todo en las subregiones del Baudó y el bajo Atrato. Pero también en el NO reconocimiento de su bilingüismo”.

Conflicto armado

La gravedad de los enfrentamientos es que se están dando en las comunidades indígenas donde están los centros educativos, tal como lo denuncia Helfer Andrade, presidente de la Mesa Indígena del Chocó: “Hay comunidades en el bajo Atrato que están al borde del desplazamiento por los continuos combates entre el ELN y paramilitares que están en disputa de nuestro territorio, que está titulado en resguardos indígenas”. Tal es el caso de la comunidad de Jagual en Riosucio, Chocó.

Por otra parte, es crítica la situación del Centro Educativo Indígena Ramiro Ahumada del bajo Baudó que pertenece a los resguardos Pavasa-Jella, Do Imama Tuma, Bella Luz y El Piñal. El Centro tiene cinco sedes con 339 estudiantes que se encuentran desplazados desde hace más de tres meses en el corregimiento de Virudó, donde prácticamente viven de la solidaridad de la población negra.

En cuanto a la continuación del estudio, por mediación del alcalde, se habilitó en las tardes clases en la Institución Educativa Sagrado Corazón de Virudó. Dice el profesor que “las comunidades indígenas desplazadas solicitamos el retorno porque la situación del corregimiento es insostenible por las condiciones alimentarias y de salubridad, pero hasta ahora no hemos recibido respuesta institucional positiva”.

El desplazamiento y el confinamiento afectan el desarrollo del PECTI, pues como ya se dijo arriba, este se fundamenta en la aprehensión y recreación de la cultura en el territorio.

El bilingüismo

Pero no es sólo esto. A la situación externa se suma la mirada occidental de la educación en cuanto al bilingüismo. Al respecto debo señalar lo siguiente:

Lo primero, se infiere de la intervención de la Secretaría de Educación del Chocó que tiene que ver con el bilingüismo, atendiendo una directriz del Ministerio de Educación, llamando la atención sobre la importancia de la enseñanza-aprendizaje del inglés ya que también aporta un puntaje importante en las pruebas Saber, mismo que es obligatorio para el egresado bachiller si quiere obtener el pasaporte como uno de los miles de estudiantes que puedan acceder a los pocos cupos de la Universidad Pública (no indígena, occidental).

Lo segundo, no deja de sorprender que los funcionarios del Ministerio de Educación hablen a los indígenas de bilingüismo cuando ellos ya lo son, y así ha sido reconocido: el castellano como su segunda lengua. En tal sentido surgen dos preguntas: La primera, ¿pretende el Ministerio obligar a los indígenas a ser políglotas, cuando la institucionalidad ha mostrado su incapacidad de financiar completamente el modelo educativo propio, es decir, fortalecer su idioma materno y el castellano que todavía se habla con falencias, entre otros aspectos? Ver video: Educación indígena ¿bilingüe o políglota? Entrevista con Geidy Palacios, Embera licenciada en inglés y francés.

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La segunda pregunta es más práctica, pues no se puede negar la importancia del idioma inglés en este mundo actual impositivo y globalizado. Y tiene que ver con que los idiomas secundarios: si no se practican se olvidan, como la matemática. Entonces, ¿para qué gastar tantos recursos económicos en obligar a miles de estudiantes indígenas a aprender inglés, si muchos no tendrán la oportunidad de salir del departamento o de Colombia o de Panamá? ¿Por qué es obligatoria y no electiva?

En fin, el cumplimiento de estos mínimos es la mejor celebración del día de los Pueblos Indígenas. Para ello el Estado debe cumplir con lo establecido en la normativa internacional y nacional para que los indígenas puedan desarrollarse como pueblos y naciones sin presiones externas y con el reconocimiento de sus saberes.

Magíster en sociología de la Universidad del Valle. Profesional en Producción y Dirección de Radio y Televisión de la Universidad Autónoma del Caribe. Realizador audiovisual y profesor universitario. Editor hasta 2016 de la revista Territorio de Etnias. Veinte años de trabajo en el Pacífico colombiano,...