“Los pueblos étnicos de Colombia han sufrido condiciones históricas de injusticia producto del colonialismo, la esclavización, la exclusión y el haber sido desposeídos de sus tierras, territorios y recursos, en el marco del conflicto armado interno”: así lo reconoce el acuerdo de paz firmado entre el gobierno nacional y las FARC-EP.

Limitar las consultas a las comunidades para que no entorpezcan el “desarrollo equilibrado” de la nación, como lo propuso el senador Álvaro Uribe Vélez para la modificación de los acuerdos de la Habana, es re-victimizar de forma directa a las pueblos étnicos de regiones como el Pacífico que han vivido el rigor de la guerra y la violación continua y generalizada de sus derechos étnicos y territoriales en el marco del conflicto.

“Los pueblos étnicos de Colombia han sufrido condiciones históricas de injusticia producto del colonialismo, la esclavización, la exclusión y el haber sido desposeídos de sus tierras, territorios y recursos, en el marco del conflicto armado interno”: así lo reconoce el acuerdo de paz firmado entre el gobierno nacional y las FARC-EP.

Sin duda, lo mínimo que podían hacer era reconocerlo y adoptar medidas de salvaguardias como respetar el carácter principal y no subsidiario del derecho a la consulta previa libre e informada acatando los estándares constitucionales e internacionales, como efectivamente se logró gracias al arduo esfuerzo de movilización e incidencia por parte de las comunidades y organizaciones étnicas articuladas en la Comisión Étnica para la paz y la Defensa de los Derechos Territoriales.

Ahora, resulta que para el Centro Democrático el establecimiento de salvaguardias y garantías para la protección de este derecho fundamental de los grupos étnicos que han sido victimas desproporcionadas del conflicto armado debe ser limitado, no es la primera vez que este derecho fundamental es visto como el palo que “entorpece” la rueda del “desarrollo”  en lugar de ser respetado como regla de juego constitucionalmente establecida para la protección de la diversidad étnica y cultural.

Si una salvaguardia dirigida a la garantía de un derecho fundamental de los pueblos étnicos que han padecido de forma desproporcionada de la guerra es un riesgo para la paz  estable y duradera, cabe preguntar lo siguiente:

 ¿La protección  y garantía de la diversidad étnica y cultural de la nación no es un asunto de interés nacional?, ¿La paz estable y duradera que pretenden alcanzar ciertos sectores con sus propuestas de modificación a los acuerdos de La Habana tienen como principio la re-victimización de los pueblos étnicos de regiones como la del Pacifico colombianos?

Este tipo de propuestas que no ponen a las víctimas y sus derechos en el centro de la negociación, sino que las re-victimiza, deben ser rechazadas no solo por  el quienes están en la mesa de La Habana, sino por todos los sectores de la sociedad comprometidos con que las víctimas, sus derechos y las garantías de no repetición estén realmente el centro de los acuerdos que se logren en esta nueva etapa de la negociación.

Profesional en Comercio Exterior de la Universidad del Valle, desde el 2005, viene trabajando con comunidades afrocolombianas en Buenaventura, en procesos organizativos de administración y gobierno propio de los territorios colectivos de comunidades, y en la construcción e implementación de propuestas...