Felipe Roa, Investigador de la Universidad de Oxford

Con la publicación del informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la enérgica reacción del Gobierno nacional no solo se generó una crisis diplomática entre Colombia y las agencias de Naciones Unidas; también se abrió un debate con profundas implicaciones sobre el hambre y la inseguridad alimentaria en el país.

Aquí hay siete claves para entender el debate sobre el informe y sus implicaciones.

1.El informe y sus alertas tempranas

El informe sobre puntos críticos del hambre en el mundo es un documento conjunto entre la FAO y PMA que se publica trimestralmente. Su principal objetivo es generar alertas tempranas en los países en los que se identifiquen deterioros de la situación alimentaria y casos extremos de hambrunas para segmentos de su población.

En esta versión del informe aparecieron países como Haití y Honduras en las Américas, y Etiopía, Angola y Afganistán en otras regiones del mundo.

Llama la atención que otros países, como Venezuela (donde la situación de inseguridad alimentaria se ha deteriorado de manera vertiginosa en los últimos años), no aparezcan en el informe. La razón de esto es que para este periodo no se contó con datos oficiales de Venezuela, como ocurre con muchos otros informes globales. No obstante, Venezuela sí aparece en informes anteriores.

El sistema de alertas tempranas sobre el incremento de la inseguridad alimentaria les ayuda a la FAO y al PMA a planear, responder y coordinar su ayuda humanitaria de una forma oportuna y dirigida a las poblaciones que más lo necesitan.

2.¿Por qué se incluyó a Colombia en el informe?

El informe argumenta que en Colombia existe un deterioro de la situación de inseguridad alimentaria por la inestabilidad política y el conflicto, los problemas económicos ocasionados por la pandemia y por la crisis migratoria.

El mensaje del informe no fue en ningún momento que va a haber una hambruna generalizada en el país o que se va a dar una escasez de alimentos. El principal mensaje del informe fue generar una alerta temprana ante un posible deterioro de la seguridad alimentaria en algunos segmentos de la población.

Inseguridad alimentaria. De acuerdo con el informe de necesidades humanitarias 2022, 7,3 millones de personas en Colombia se encuentran en situación de inseguridad alimentaria o con necesidad de ayuda alimentaria.

Desplazamiento forzado. En el área de la situación de seguridad, el informe menciona que entre enero y septiembre de 2021 se reportaron 61.000 personas desplazadas, una cifra tres veces más alta que durante el mismo periodo de 2020. El informe afirma que, basados en estas cifras y en el deterioro de la situación de seguridad en algunas zonas del país, se podrían generar, en los próximos meses, aún más desplazamientos forzados.

La crisis migratoria. Como se ha discutido ampliamente, Colombia es el mayor receptor de población migrante de Venezuela. Los informes muestran que el 64 por ciento de venezolanos están en situación de inseguridad alimentaria. Pero, además, el informe menciona un aspecto que ha recibido menos atención: la migración de personas de Suramérica y el Caribe a través del Darién. Entre enero y septiembre de 2021, más de 91.000 personas atravesaron el Darién, una cifra tres veces mayor que la del último reporte en 2016.

Inflación. La alta inflación de 12,5 % y el alto costo de los alimentos puede generar dificultades de acceso a los alimentos a los sectores más marginalizados de la población.

Demoras en la implementación del Acuerdo de Paz. El informe argumenta los incumplimientos en la implementación del Acuerdo de Paz también pueden llevar al incremento de la inseguridad alimentaria. No obstante, en este punto no se muestran evidencia ni cifras de cómo los incumplimientos están contribuyendo al deterioro de esta situación.

Inestabilidad política y social. Aunque se menciona este punto, no se dan detalles ni evidencia sobre qué tipo de inestabilidad política y social confluye en el país para que se incrementen los niveles de inseguridad alimentaria.

3.La crisis diplomática y la enérgica respuesta del Gobierno

La crisis que generó el informe tiene dos partes principales: la tensión diplomática y la defensa de la gestión del Gobierno nacional.

En primer lugar, FAO y PMA no socializaron el informe con el Gobierno nacional antes de publicarlo. Cuando las agencias multilaterales publican informes con datos socioeconómicos de los países, es común que se socialicen los resultados antes de que se salgan a la luz pública. Esto les permite a los gobiernos realizar comentarios, complementar información y solicitar ajustes. En este caso, FAO-PMA fallaron al no compartir el informe de manera anticipada.

En segundo lugar, está la defensa de la gestión del Gobierno. En la rueda de prensa coordinada por la vicepresidenta-canciller y con presencia de los representantes para Colombia de FAO y PMA, el Gobierno nacional defendió su gestión en cuanto a su accionar en materia de seguridad alimentaria, inclusión social y respuesta a la crisis de la pandemia.

La respuesta del Gobierno nacional ante la pandemia ha sido amplia y coordinada. Entre otros aspectos incluyó aumentar las transferencias monetarias a la población más vulnerable, subsidios y financiación para la producción agropecuaria, ampliación del Plan de Alimentación Escolar y apoyo a la población migrante. Gracias a estos esfuerzos, la crisis ocasionada por la pandemia no fue peor.

Lo que generó la tensión por parte del Gobierno nacional fue que el informe no reconoció estos esfuerzos por parte de Colombia en el contexto de la alerta temprana. Incluso, algunas de las recomendaciones que ofrece el informe ya se están implementando en el país. Tal es el caso de la provisión de transferencias monetarias a la población vulnerable y el apoyo a la población migrante.

4.No se puede subestimar la grave situación

A pesar de la crisis diplomática y de la defensa de la gestión del Gobierno, no se puede subestimar la grave situación de inseguridad alimentaria en el país.

En la defensa de la gestión del Gobierno nacional en la rueda de prensa, ninguno de los funcionarios del Gobierno habló sobre los otros temas que mencionó el informe y que son críticos.

Por ejemplo, no hubo ni una sola referencia al aumento del 196 % del desplazamiento forzoso a nivel interno entre 2020 y 2021, o los siete millones de personas que están en situación de inseguridad alimentaria o con necesidad de asistencia alimentaria. Tampoco hubo referencias a los resultados de la encuesta Pulso Social del Dane que mostró el preocupante deterioro de la situación alimentaria para un alto porcentaje de la población durante la pandemia.

Las situaciones por las que pasan varias regiones del país tampoco se pueden subestimar, como el caso de los niños indígenas en Puerto Carreño y el caso de la sentencia T-302 de la Corte Constitucional que obliga al Estado a garantizar el derecho a la alimentación, la salud y el agua a niños y niñas de la Guajira.

5.El problema no es de escasez de alimentos

El informe de FAO-PMA en ningún momento menciona que hay o que habrá escasez generalizada de alimentos en el país. Sin embargo, en la rueda de prensa, el ministro de Agricultura enfatizó que no hay escasez de alimentos en el país, indicando que hay suficiencia alimentaria y que la disponibilidad en centros de abastecimiento incrementó 1,3 % entre 2020 y 2021.

Si bien esto es cierto, el problema de la inseguridad alimentaria es mucho más complejo que las respuestas que ofrece el ministro.

En el Conpes 113 de 2008 que orienta la política pública en este sector, la seguridad se entiende como “la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa”.

En ese sentido, al referirse solamente a la disponibilidad de alimentos en el país, la respuesta del Gobierno ignora las otras dimensiones de la seguridad alimentaria como el acceso, el consumo oportuno y la cantidad y calidad de los alimentos. El deterioro de estas condiciones empeora de manera integral la seguridad alimentaria y es lo que puede producir crisis.

Hace años sabemos que, a pesar de que hoy en día se producen suficientes alimentos para alimentar a la totalidad de la población mundial, el hambre y la inseguridad alimentaria vienen en aumento. De acuerdo con el informe de FAO del año pasado, en América Latina, la región del mundo que más exporta alimentos, las personas que sufrieron de inseguridad alimentaria aumentaron 30 % en 2021.

El abastecimiento y disponibilidad de alimentos, no es garantía de superación de la inseguridad alimentaria y el hambre. Esto requiere un debate más profundo sobre las dimensiones de la seguridad alimentaria.

6.Aunque se retractaron en la rueda de prensa, no han retirado el informe

Aunque en la rueda de prensa los representantes de FAO y PMA se retractaron, y aunque el diario El Tiempo afirma en su editorial que el error fue corregido, hasta la fecha de publicación de esta columna, el informe sigue publicado en sus páginas web, así como en la cuenta de Twitter FAO in Emergencies, donde primero se difundió el documento con el informe.

En medio de la crisis diplomática, la pregunta es si FAO-PMA retirarán el informe o si publicarán una nota aclaratoria para responder a las quejas del Gobierno nacional. Amanecerá y veremos.

Lo que sí desapareció de la página de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha, por sus siglas en inglés) fue el dato de los siete millones de personas en inseguridad alimentaria o con necesidad de ayuda alimentaria.

7.Debemos renovar los esfuerzos en la lucha contra el hambre

Más allá de la crisis diplomática, de las notas de protesta y de las tensiones que esta situación generó, esta es una oportunidad para renovar los esfuerzos para la superación del hambre y de la inseguridad alimentaria. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, “hambre cero”, tiene esa meta a 2031. Como país deberíamos unirnos alrededor de este propósito.

Esta también es una oportunidad para tener una conversación abierta e informada sobre la inseguridad alimentaria y el hambre en el país. Hay esfuerzos de muchas partes, incluyendo el Gobierno, el sector privado y las organizaciones sin ánimo de lucro. Es clave buscar sinergias entre estas iniciativas para dinamizar aún más todo el trabajo que queda por hacer para superar el hambre y la inseguridad alimentaria.

Por último, quedan abiertas algunas preguntas: ¿dónde están las alertas tempranas a nivel nacional en materia de seguridad alimentaria? ¿Tenemos los instrumentos y la información suficiente para monitorear la situación a nivel nacional para la totalidad de la población del país?