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La medida del gobierno para hacer disponible un billón de pesos en créditos para pequeños productores ayuda pero se queda corta. Es hora de poner en marcha una respuesta coordinada y un plan integral que responda al enorme reto que le pone el covid-19 a la agricultura
Pocas veces las grandes ciudades se han dado cuenta de lo interconectadas que están con el campo y de lo mucho que dependen de los campesinos para su alimentación.
Esta semana, en medio de la incertidumbre, vimos como miles de personas corrieron a los supermercados y plazas para aprovisionarse de alimentos, así como la gran preocupación del gobierno nacional por mantener la estabilidad en el suministro de alimentos en el país.
En este contexto, el pasado jueves el presidente Iván Duque y el ministro de agricultura Rodolfo Zea, anunciaron en rueda de prensa una serie de medidas para apoyar a los agricultores de Colombia con el objetivo garantizar el abastecimiento de alimentos y la seguridad alimentaria a nivel nacional.
La medida, como explicó el ministro Zea, hace disponible 1 billón de pesos en créditos para pequeños agricultores “a las tasas más baratas del mercado al DTF -1 por ciento, eso es 3.5 por ciento, una tasa de interés que está incluso por debajo de la inflación, o sea que en términos reales estamos hablando de una tasa que podría estar en el 0 por ciento”. Todo esto en coordinación con el Banco Agrario, Finagro y todo el sector financiero.
El ministro también indicó que en un censo del Banco Agrario ya se habían identificado 200.000 “microempresarios del campo” quienes serían beneficiarios de estos créditos. La medida complementa un anuncio anterior del presidente Duque que incluye el aplazamiento de pago de intereses y de pago de capital por tres meses.
La medida ayuda, pero se queda corta
Si revisamos el más reciente Censo Nacional Agropecuario encontramos que del total de Unidades Productivas Agrícolas a nivel nacional (2.370.099) solo el 10,7 por ciento (254.072) solicita crédito, mientras que el 89,3 por ciento (2.116.027) no solicita créditos agropecuarios (ver figura abajo). Del porcentaje de unidades productivas que solicitan crédito, les es aprobado al 88,4 por ciento.
Aunque el censo no brinda información de por qué casi el 90 por ciento de los productores no accede a crédito, es posible inferir, dadas las precarias condiciones del campo en Colombia, que la gran mayoría de productores no cuenta con los elementos financieros, físicos y educativos necesarios para acceder a créditos bancarios.
El censo agropecuario también brinda información útil sobre la forma en que se invierten los créditos por parte de quienes han recibido aprobación (ver figura abajo). El principal destino es la compra de insumos (50.2 por ciento), seguido por pago de mano de obra (21,3 por ciento), compra de animales (20.8 por ciento) e instalación del cultivo (15.9 por ciento)
En ese sentido, para quienes accedan al nuevo crédito ofrecido por el gobierno nacional esta semana, tendrán probablemente un alivio en la compra de insumos, particularmente en momentos en que el dólar alcanza altos históricos a más de 4.000 pesos. Es probable también, de acuerdo con esta información, que quienes accedan al crédito puedan garantizar la contratación de mano de obra, lo que ayudaría a mantener la dinámica productiva de esas unidades agrícolas.
La medida del billón de pesos se queda corta, pues como nos muestra el censo agropecuario, solo llegará a una minoría de los producores rurales.
Adicionalmente, existe otro aspecto preocupante pero esencial que no cubre ninguna de las medidas del gobierno hasta ahora: asistencia técnica. Los datos del censo agropecuario indican que, del total nacional de productores agropecuarios, solo el 16,5 por ciento reciben asistencia técnica, mientras que el 83,5 por ciento no reciben este servicio. Esto es una gran limitante para que el sector agropecuario pueda responder de una mejor manera a los retos de producción y abastecimiento en tiempos de pandemia global.
Solo el 16,5 por ciento reciben asistencia técnica, mientras que el 83,5 por ciento no reciben este servicio. Esto es una gran limitante para que el sector agropecuario pueda responder de una mejor manera a los retos de producción y abastecimiento en tiempos de pandemia global.
Además del censo agropecuario, es importante que no olvidemos que la mayor proporción de personas en pobreza multidimensional en Colombia vive en el campo, como lo señalé el mes pasado en un breve análisis con base en información censal del Dane.
El contexto importa – primera parte: la enorme carga de las deudas para los campesinos
La medida del gobierno de ofrecer créditos agropecuarios nacionales llega en un momento difícil para muchos. El mes pasado varios campesinos provenientes de Tolima y Caldas, en un acto de desesperación llegaron a la Procuraduría General de la Nación en Bogotá para solicitar que se les perdonaran las grandes deudas que no han podido pagar debido a los altos precios de los insumos y los efectos del fenómeno de la niña y el niño que han afectado sus cultivos y reducido sus ingresos.
Veinte campesinos representando a 2.000 familias de sus departamentos se reunieron con la Procuraduría delegada para asuntos ambientales y agrarios para expresarle sus preocupaciones por el posible embargo y pérdida de sus tierras. No obstante, el Banco Agrario desmintió versiones que afirmaban que miles de pequeños productores podrían perder sus tierras. De los pequeños productores deudores, afirmó el banco, solo 0,03 por ciento tienen problemas de pago de sus deudas.
Así las cosas, mientras que un crédito adicional y flexible puede ayudar a mantener a flote a un número significativo de agricultores, también puede exacerbar la crisis para muchos otros que como los campesinos de Tolima y Caldas, están pasando dificultades a la hora de pagar sus deudas.
El contexto importa – segunda parte: los fenómenos climáticos extremos
En los últimos meses se presentó una gran sequía en gran parte del territorio nacional. Esto afectó la producción y abastecimiento de alimentos en el país. Para dar unos ejemplos, entre noviembre de 2019 y febrero de este año Fedegan reportó la muerte de 30.000 reses de ganado debido a la sequía que se presentó en el país. Los departamentos más afectados fueron Arauca, Bolívar, Casanare, Cesar, Magdalena y La Guajira. Así mismo El mes pasado, debido a las fuertes heladas se vieron afectados los cultivos de 14.555 familias de 55 municipios de Boyacá, principalmente de papa, hortalizas y frutales.
El comportamiento de clima en los próximos meses puede poner serias limitaciones a la producción agropecuaria. En ese sentido, es importante monitorear las alertas del IDEAM al mismo tiempo que el gobierno nacional, de manera coordinada con todos los entes competentes a nivel nacional, regional y local, preparan planes de respuesta rápida para enfrentar posibles fenómenos climáticos como lluvias extremas y sequías que afecten la producción agrícola en los próximos meses.
Un parte de tranquilidad por ahora
El gobierno nacional estuvo monitoreando el abastecimiento de alimentos y ha dado partes de normalidad. El ministerio de agricultura publicó varios informes a lo largo de la semana y el viernes 20 de marzo de 2020 el ministro de agricultura y el director del Dane visitaron las instalaciones de Corabastos en Bogotá para revisar de primera mano el funcionamiento y garantizar el abastecimiento de alimentos.
El gerente de Corabastos también informó sobre el normal funcionamiento de la central de abastos durante la semana y el fin de semana. Jorge Bedoya, el director de la Sociedad de Agricultores de Colombia dio parte de normalidad en el abastecimiento de alimentos y llamó la atención sobre la importancia de brindar garantías para la producción, transporte, distribución y comercialización de alimentos en las semanas que se avecinan.
Los campesinos no fueron la excepción. La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos también publicó un comunicado informando a la opinión pública que los campesinos seguirán trabajando en tiempos de crisis para abastecer de alimentos al país.
Cesar Pachón, líder campesino y Representante a la Cámara, también se pronunció enfatizando su desacuerdo por las medidas del gobierno nacional y a la vez invitando a todos los campesinos del país a continuar produciendo.
El reto: una respuesta coordinada y un plan integral
Con la decisión tomada por el gobierno nacional de aislamiento obligatorio hasta el 13 de abril, es importante que pongamos los ojos, y toda nuestra colaboración, en revisar cómo se planea apoyar al sector rural, y todo el sistema agroalimentario, para garantizar el abastecimiento de alimentos en los meses que vienen.
Hasta ahora, en la medida en que ha ido escalando la situación, hemos visto varios pronunciamientos del gobierno y otros sectores para responder al reto de mantener el abastecimiento de alimentos y la seguridad alimentaria. Estos anuncios, con buenas intenciones y respondiendo a problemas concretos, son un motivo para mantenerse optimista. Sin embargo, los anuncios y medidas que se han revelado en el transcurso de esta semana han sido esporádicos y no siempre coordinados.
Ya es hora de armar una respuesta nacional, coordinada e integral para que el sector de la agricultura y la alimentación en el país pueda enfrentar los retos que pone el covid-19. En estos momentos es clave ir más allá de los créditos agropecuarios y avanzar hacia un plan integral que incluya entre otros aspectos asistencia técnica y acceso a la salud para los agricultores, respuestas a eventuales situaciones climáticas extremas y una coordinación con la red de transporte y logística que permitan a adecuada distribución de los alimentos.
Ya es hora de armar una respuesta nacional, coordinada e integral, para el sector de la agricultura y la alimentación en el país para enfrentar los retos que pone el COVID-19.
El objetivo no es solo garantizar el abastecimiento de alimentos y la seguridad alimentaria, sino también proteger la salud y el bienestar de nuestros campesinos. Tenemos que reconocer su importancia económica, cultural y social, y en estos momentos en especial, su valentía de continuar trabajando.
Vienen meses complejos para enfrentar el covid-19. La lucha exitosa, como se ha dicho bastante, depende de la acción colectiva como ciudadanos de quedarnos en casa. Pero la acción colaborativa también se traslada al frente de batalla. En materia de agricultura y alimentación este gran desafío reta a todos los sectores del sistema agroalimentario a trabajar de manera coordinada, identificando las medidas más urgentes para asegurar el abastecimiento de alimentos y el bienestar de los colombianos, así como las medidas de mediano y largo plazo para fortalecer el sector agrícola y garantizar los derechos de los campesinos.
Fuente de las gráficas: CNA, 2014