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Cómo defender la naturaleza garantizando los derechos campesinos (un debate epistolar con Parques Nacionales Naturales)
Cómo defender la naturaleza garantizando los derechos campesinos (un debate epistolar con Parques Nacionales Naturales)1
Coincidimos totalmente con Julia Miranda, directora de Parques Nacionales Naturales -PNN, en que se convierte para todos(as) en un imperativo detener el deterioro de nuestras áreas protegidas, que debemos recuperarlas y conservar lo que nos queda de naturaleza en ellas. Pero ¿Cómo resolver los conflictos socio-ambientales y territoriales entre campesinos y estas áreas? y ¿Conservar estas áreas para quién? En la respuesta a estas preguntas está la solución de un conflicto que surge al instalar áreas protegidas en zonas previamente habitadas o colonizadas por campesinos o pobladas posteriormente como resultado de la violencia política, el despojo y el desplazamiento de comunidades campesinas, que buscaron acceder a nuevas tierras en la frontera agrícola, en una periferia civilizada por los campesinos que muchas veces coincidiría con las áreas protegidas.
Si bien los puntos en desacuerdo entre las organizaciones campesinas y Parques Nacionales Naturales, a la luz de la normativa ambiental vigente son, como bien lo especifica Julia Miranda, imposibles de materializar en el momento actual, no por esto se puede menospreciar las inmensas posibilidades que tendría una constituyente que con un marco normativo adecuado abra nuevos panoramas en términos de conservación y garantice los derechos de las comunidades campesinas dentro de los Parques Naturales, como aporte fundamental a la construcción de los territorios de paz en el campo.
La resolución de los conflictos socio-ambientales que hoy nos convoca en la mesa nacional de concertación demuestra precisamente que la constitución actual, las leyes, la autoridad ambiental y mucho menos las sanciones, por si solas, tienen la capacidad de garantizar la conservación de las áreas protegidas, lo que si puede funcionar es la construcción de una política pública incluyente con las comunidades campesinas, que reconozca su cultura, su economía, sus mecanismos de participación política y su capacidad de contribuir a la conservación de estas áreas.
El desafío de hoy en esta materia es el cambio gradual del concepto y la categoría de las áreas protegidas, pues un enfoque retrógrado de conservacionismo estricto no resolvería integralmente la complejidad de los conflictos en estos territorios. Como lo considera Digues, este cambio:“consiste, justamente, en avalar la importancia fundamental, en los días de hoy, de la presencia de las poblaciones en las unidades de conservación donde viven, a través de la creación de nuevos modelos de áreas protegidas”.2
Justamente los desacuerdos contenidos en el documento de “Acuerdo de voluntades para la conformación de una mesa de concertación…” buscan introducir las propuestas y el debate necesario que nos lleve, mediante la formulación participativa de políticas públicas, a la solución de los conflictos territoriales entre campesinos y áreas protegidas.
En ese sentido proponemos: Parques con campesinos desde un enfoque intercultural, realinderamiento de los Parques en zonas muy intervenidas, economía campesina sostenible dentro de los Parques, una nueva legislación ambiental acorde con la realidad territorial, la constitución de Zonas de Reserva Campesina como zonas de amortiguación de los Parques y la posibilidad de que estas figuras finalmente se traslapen.
En estas propuestas está la solución a los conflictos, por tanto se requiere de avanzar rápidamente en los acuerdos, generando confianza entre la partes, para iniciar la discución sobre los desacuerdos que nos lleve a la concertación de la política pública resolutoria con horizonte de marco normativo.
Para tal efecto PNN debe considerar un arreglo institucional que le permita salir del marco rígido de la norma, la sanción y la tensión permanente con las comunidades campesinas. Lamentablemente en PNN no hay una cohesión institucional frente a la concertación con los campesinos, hasta tal punto que algunos de sus funcionarios consideran de manera abierta que la concertación y la solución de los conflictos constituye una moda de los tiempos actuales de PNN, esa falta de hegemonía deriva en una suerte de caos institucional. Una cosa es lo que se acuerda en Bogotá con los campesinos y otra la que finalmente deciden los abogados y los jefes de PNN en los escritorios y los territorios. La solución de esta ambigüedad se torna central, de lo contrario, el trabajo en las mesas de concertación caerá en el incumplimiento, la retórica y la participadera, lo que finalmente nos llevará a la frustación de que nada cambie.
Algunos ejemplos de lo que no se debe hacer
Campesinos asentados en los Parques Nacionales Naturales: Tinigua, Cordillera de Los Picachos y Sierra de La Macarena han sido afectados por procesos sancionatorios impuestos por los jefes de los Parques, a saber, se frenó la construcción de la unidad sanitaria del Internado Juan León, ubicado en la vereda de Brisas del Guayabero, se abrió un proceso sancionatorio que podría llevar a la quiebra a la empresa de transportes Cootransariari que cubría la ruta Granada – Uribe – San Juan de Losada – La Macarena y se impidió la instalación de los equipos para el funcionamiento del programa de internet “Vive Digital” en 22 escuelas al interior de los Parques.3
Estas medidas que van en contravía del espíritu de la concertación han afectado a más de 800 familias que habitan al interior de estas áreas protegidas, desconociendo y vulnerando los derechos humanos más fundamentales de las comunidades que han poblado como colonos campesinos este territorio incluso desde antes de la constitución de los parques.
Igualmente se ha recrudecido la erradicación violenta de los cultivos de coca en esta región y al interior de los PNN, pese al ofrecimiento de los campesinos de ejercer control social sobre la extensión de los cultivos y de iniciar el camino hacia la sustitución de la coca, esta situación de fuerza ha derivado en la confrontación con los militares de las brigadas móviles del ejército que ahora fungen como erradicadores, empeorando la situación de derechos humanos y abriendo la posibilidad de que los cultivos se multipliquen, incluso al interior de los PNN, tan pronto los campesinos tengan las condiciones para volver a sembrar coca.4
La rápida militarización de la región del Losada-Guayabero y La Macarena facilitada por el repliegue de la guerrilla de las FARC en el marco del cese unilateral al fuego, indican la posibilidad de que se generen otras acciones contra la población, como la eventual confiscación del ganado de las fincas campesinas al interior de los PNN, un conflicto más de impredecibles consecuencias. La fuerte militarización ha generado también zozobra e incertidumbre, se teme por la seguridad de sus habitantes, a los que históricamente se les ha dado el trato de enemigo interno por parte de las Fuerzas Militares.
Ultra-conservacionistas versus “campesinos ilegales”
La tendencia sancionatoria de PNN en Tinigua, Picachos y La Macarena se sustenta en la supuesta ilegalidad de “la ocupación” por parte de los campesinos. Campesinos que viven “en fincas ilegales, con coca ilegal y vacas ilegales, que permiten la entrada de turistas ilegales, que tienen escuelas e internados ilegales”. PNN no ha considerado lo suficiente que muchos de estos “campesinos ilegales”, están aquí mucho antes de que se constituyeran los Parques, que es gente trabajadora que tiene derechos, que no son delincuentes y que tienen propuestas para solucionar cada uno de los conflictos.
La deriva sancionatoria de una autoridad ambiental que es ilegítima ante los campesinos y que genera más conflictos es el resumen concreto de un escenario conflictivo que es imperioso superar, por la dignidad de la gente que reclama derechos, por la legitimidad y la soberanía del Estado y sus instituciones, y por la conservación de la naturaleza para nosotros, para ustedes, para la gente.
Notas:
1. Artículo y respuesta de Julia Miranda: http://lasillallena.lasillavacia.com/la-silla-rural/reas-protegidas-y-construcci-n-de-territorios-de-paz
2. Digues C. A., 2000. El mito Moderno de la Naturaleza Intocada, pág. 12.
3. CORPOAMEM sanciones https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=856350634486887&id=414259618695993&substory_index=0
4. ACATAMU erradicaciones https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=856299834491967&id=414259618695993&substory_index=0