Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El Dane presentó un informe especial sobre el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en los municipios en los que se implementan los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet). La radiografía muestra que se ha avanzado, que la pandemia tuvo impactos, pero, sobre todo, que falta mucho camino para alcanzar las metas propuestas a 2031.
La pobreza multidimensional es una de las medidas oficiales de pobreza no monetaria con las que cuenta Colombia. Mide 15 indicadores organizados en las dimensiones de condiciones educativas, condiciones de la niñez y juventud, trabajo, salud y condiciones de la vivienda y servicios públicos.
En el Plan Marco de Implementación, principal herramienta de implementación del Acuerdo de Paz, se propuso como meta a 2031 reducir a la mitad la pobreza multidimensional en las zonas rurales del país .
Las zonas Pdet se componen de 170 municipios ubicados en 16 subregiones y 19 departamentos que representan una población de poco más de 6 millones de personas. Estos municipios fueron seleccionados por ser los más afectados por la violencia, la pobreza, la debilidad institucional y la presencia de cultivos de uso ilícito. Por tanto, son prioritarios para la implementación territorial del Acuerdo de Paz.

La pobreza en los municipios Pdet es mucho más alta que el promedio nacional
En 2020 la pobreza multidimensional en las zonas Pdet fue de 32,9 %, casi dos veces el promedio nacional, que está en 18,1 %. En las zonas urbanas la pobreza asciende a 23 %, casi el doble del promedio nacional, de 12,5 %. Para las zonas rurales la situación es aún más preocupante. Casi la mitad de la población rural, el 46 %, se encuentra en pobreza multidimensional, un 9 % más que el promedio nacional para estas zonas y el doble de las zonas urbanas.
Los indicadores del IPM en 2020
Una de las ventajas del IPM es que ofrece desagregaciones por cada uno de los 15 indicadores que lo componen, lo que permite identificar áreas que deberían priorizarse en la política pública. El gráfico abajo muestra los indicadores para 2020 y sus desagregaciones para el total Pdet, así como para sus zonas urbanas y rurales.
En la mayoría de indicadores, las zonas rurales se encuentran mucho más rezagadas que las zonas urbanas y, por lo general, por encima del promedio Pdet. Entre los indicadores más críticos se encuentran trabajo informal, bajo logro educativo, rezago escolar e inasistencia escolar. Para las zonas rurales es particularmente preocupante la falta de acceso a agua potable.
La pandemia afectó sobre todo a la ruralidad de las zonas Pdet
Las zonas rurales de los municipios Pdet fueron las más afectadas por la pandemia. Aunque entre 2018 y 2019 la pobreza rural había bajado 7 puntos porcentuales para llegar a 39,9 %, en 2020 subió nuevamente a 46 %. En contraste, en las zonas urbanas Pdet la pobreza disminuyó su ritmo de reducción, pero no se presentaron aumentos.
El golpe de la pandemia
Lo que jalonó principalmente el aumento del IPM fue la inasistencia escolar, como se puede ver en la gráfica de abajo. En las zonas rurales la inasistencia escolar pasó de 5,9 % en 2019 a 35,7 % en 2020, mientras que en las zonas urbanas pasó de 3,9 % a 23,6 %
Como lo analicé en el especial sobre pobreza multidimensional publicado hace unos meses, las estrategias para crear ambientes educativos en el contexto de la pandemia no fueron del todo efectivas, y esto resultó en una mayor inasistencia escolar.
Avance lento a pesar de la pandemia
A pesar del aumento del agregado de la pobreza multidimensional para las zonas Pdet de más de dos puntos, la mayoría de los indicadores mejoraron entre 2018 y 2020. Como se muestra en la gráfica de abajo, 9 de los 15 indicadores del IPM mejoraron. Unos avanzaron más que otros, pero en todos hubo progreso. Lo clave es que, para alcanzar la meta de reducir la pobreza multidimensional a la mitad a 2031, el ritmo de reducción de la pobreza debe aumentar notoriamente en los próximos años.
Preguntas que quedan por responder
El informe del Dane no ofrece información sobre otros aspectos que son importantes.
Primero, no se abordan los enfoques de género y étnico. En el Acuerdo de Paz, estos dos componentes son esenciales, pero el Dane no ofreció información sobre los principales cambios en la situación de pobreza multidimensional en estos frentes para las zonas Pdet.
Segundo, el informe tampoco nos permite conocer la información desagregada por subregión o municipio Pdet. Como lo explica la nota metodológica del informe del Dane, se usó la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, que se usa para el cálculo nacional del IPM y cuya máxima desagregación son los departamentos.
Para hacer un mejor seguimiento a los avances en la reducción de la pobreza multidimensional, sería de gran ayuda realizar estimaciones, como mínimo, por cada una de las 16 subregiones Pdet. Cada una de estas zonas tiene características diferentes y se pueden presentar diversos avances en cada dimensión. El agregado Pdet no nos permite conocer la diferencia de avances entre estas subregiones.
Tercero, queda pendiente para el Dane realizar una estimación de la pobreza monetaria para las zonas Pdet. Aún no sabemos si se va a presentar un informe en esta área, pero es clave conocer cómo ha cambiado la situación en ese indicador en los municipios Pdet, pues el Plan Marco de Implementación se propone erradicar la pobreza rural a 2031
En cualquier caso, es importante resaltar el esfuerzo del Dane en la realización de estas estimaciones específicas para territorios Pdet. La implementación del Acuerdo de Paz requiere no solo un compromiso decidido de todas las partes involucradas en su implementación, sino también la producción de información estadística oportuna y robusta, que permita medir los avances en indicadores claves, y que estos sirvan de herramienta para guiar la implementación de los planes, programas y proyectos del Acuerdo de Paz.
El llamado es a redoblar los esfuerzos para la superación de la pobreza
El informe del IPM en zonas Pdet no solo nos muestra el gran trecho que tienen estas zonas del país para avanzar en la reducción de la pobreza, sino que también ofrece información sobre las áreas claves para priorizar la acción e inversión social.
La buena noticia es que ya existen planes programas y proyectos que se están implementando en los municipios Pdet. El reto es afinar esas herramientas y la inversión social para aumentar el ritmo de reducción de la pobreza en todas sus dimensiones. En ese contexto, la aprobación e implementación de los planes nacionales sectoriales para la Reforma Rural Integral, así como de las iniciativas Pdet, continúan teniendo un papel esencial en la reducción de la pobreza multidimensional y el mejoramiento de las condiciones de vida.
El éxito de la implementación territorial del Acuerdo Final lo veremos en la medida en que las condiciones de vida mejoren de manera prioritaria para las personas que viven en los municipios Pdet y, de manera general, para todas las personas que hoy en día siguen viviendo en condiciones de pobreza y desigualdad en el país.