Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
El país rural sigue en emergencia. Desde hace años se encuentra en condiciones difíciles y, como se analizó en la primera parte de este especial, sus condiciones empeoraron debido a la pandemia. Esta segunda parte del especial analiza, con base en el informe de pobreza multidimensional del Dane, la radiografía de la pobreza rural en los departamentos del país, las brechas en el acceso a internet, y la pobreza que se esconde en las regiones que más han avanzado.
La pobreza rural en los departamentos
El promedio de la pobreza rural en Colombia es de 37.1 %, pero una mirada a los departamentos ofrece una historia distinta y sobre todo preocupante. En todos los departamentos del país la pobreza rural es mucho más alta que en las zonas urbanas, y la mitad de los departamentos se encuentran por encima del promedio nacional de pobreza rural.
Como se puede ver en la gráfica de abajo, hay departamentos como Vichada, Guainía, Vaupés y La Guajira en los que la pobreza rural afecta a más del 70 % de la población. En Chocó, Amazonas y Sucre la incidencia está por encima del 50 %.
En la gran mayoría de departamentos la pobreza rural oscila entre 30 y 50 % con tan solo siete departamentos por debajo del 30 %. Los departamentos con menor pobreza rural en el país son Bogotá, Cundinamarca y Quindío, con porcentajes de 15, 17 y 21 respectivamente.
Las brechas entre las zonas urbanas y rurales son significativas, en especial en Guainía, Vaupés y La Guajira, donde la pobreza rural es dos, tres y hasta cuatro veces más alta que en las zonas rurales.
Cinco indicadores críticos en los Cinco departamentos más pobres país
Para ir más allá de los promedios departamentales, las gráficas de abajo ofrecen una mirada por indicadores en los cinco departamentos con mayor pobreza multidimensional rural: Vichada, Guainía, Vaupés, Chocó y La Guajira.
Estas son unas características comunes entre los cinco departamentos:
- La informalidad laboral es de más del 90 %.
- Más del 80 % de la población rural no tiene acceso a agua potable.
- Alrededor del 70 % de la población en las zonas rurales no cuenta con sistemas adecuados de alcantarillado.
Brechas en el acceso a internet
El Índice de Pobreza Multidimensional no incluye el acceso a internet, pero este aspecto fue incluido en la Encuesta de Calidad de Vida para 2020.
Un análisis por departamentos nos muestra otra faceta de las brechas entre el campo y la ciudad que no resulta sorprendente: las zonas urbanas del país cuentan con altos niveles de conectividad a internet, mientras que, en las zonas rurales, el rezago en conectividad es generalizado.
Como se puede ver en la gráfica, los departamentos con menor conectividad son Chocó, Amazonas, Guainía, Vichada y Vaupés donde el internet llega a menos del 3 % de los hogares rurales.
Con excepción del Valle del Cauca, que tiene una conectividad rural del 51 %, el resto de las zonas rurales en los departamentos del país tienen una conectividad por debajo del 40 %.
Las brechas más grandes en el acceso a internet entre las zonas rurales y urbanas se presentan en los departamentos de Caldas, Norte de Santander, Atlántico, Antioquia y Cesar. En Caldas, por ejemplo, la conectividad en hogares urbanos es del 69 % pero en los hogares rurales es tan solo del 19 %.
Estas brechas muestran que las estrategias de educación que se apoyaron principalmente en
plataformas de internet durante la pandemia, tuvieron mayores impactos en las zonas urbanas donde existen mejores niveles de conectividad. Pero para las zonas rurales, en cambio, las estrategias de educación virtual solo pueden llegar a unos pocos hogares.
La pobreza rural “escondida”
En varios departamentos del país se han realizado importantes avances en la reducción de la pobreza multidimensional en los últimos años. No obstante, una desagregación urbano-rural y por indicadores, muestra que existe una pobreza rural que se esconde detrás de algunos promedios. Bogotá y Boyacá son dos buenos ejemplos.
En Bogotá la pobreza urbana es 7.5 % pero en las zonas rurales es el doble, con una incidencia de 15.4 %. Algo similar pasa en Boyacá, donde la pobreza urbana es tan solo de 4.3 % pero en las zonas rurales es casi cinco veces más alta, con un porcentaje de 22.4 %.
La desagregación por indicadores en estas zonas del país muestra el mismo patrón como se puede ver en la gráfica de abajo. Los hogares que no tienen acceso a agua potable en la zona urbana de Bogotá son tan solo 0.5 % mientras que en las zonas rurales es de 23.6 %.
El mismo indicador en Boyacá muestra el mismo patrón. Tan solo el 0.1 % de la población no cuenta con acceso a agua potable en las zonas urbanas, mientras que en las zonas rurales el 18.7 % no tiene acceso a agua potable.
Estos elementos muestran la importancia de ir más allá de los promedios. Aún cuando la pobreza para el departamento y para las zonas urbanas parezcan bajas, la desagregación urbano-rural y por indicador muestra que el promedio es mucho más alto para las zonas rurales.
Esta radiografía de la pobreza rural en Colombia deja un panorama muy preocupante. Las brechas entre las zonas rurales y urbanas no solo son enormes. Aspectos básicos como el acceso al agua potable siguen con rezagos inaceptables, en especial cuando existen diversidad de soluciones, recursos y capacidad técnica.
Más allá de la información que brinda el informe, lo importante ahora es enfocar los programas y los recursos financieros a las personas y áreas que más lo necesitan. La tercera y última parte de este especial a publicarse en unos días se enfocará en los esfuerzos claves para avanzar en la superación de la pobreza.