En las dos entregas anteriores de este especial se analizaron los impactos de la pandemia y la preocupante radiografía de la pobreza rural en Colombia que dejó ver el informe de pobreza multidimensional del Dane. En esta tercera y última entrega se hace un llamado urgente a la acción, en especial de cara a esta década que debe convertirse en la de las transformaciones estructurales en el campo. 

Con la información actualizada y detallada que brindan las estadísticas del Dane sobre pobreza multidimensional el reto ahora es claro: hay que recuperar el terreno perdido y acelerar el paso de reducción de la pobreza rural.

Para avanzar con un horizonte de mediano y largo plazo, claro existen dos referentes importantes. El primero es el Plan Marco de Implementación del Acuerdo de Paz, y el segundo son los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Como resultado de la implementación del Acuerdo Final, el Plan Marco de Implementación se propuso unas metas muy concretas en materia de reducción de la pobreza en las zonas rurales a 2031. Entre otras se encuentran: erradicar la pobreza extrema y reducir la pobreza en todas sus dimensiones a la mitad.

Así mismo la agenda global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con la que Colombia se comprometió a través de su Conpes 3918 también tiene las metas, a 2030, de erradicar la pobreza extrema y de reducir la pobreza multidimensional a la mitad.

Estos dos referentes no solo ofrecen unas metas claras para el país en la próxima década, sino que también dejan un mensaje claro: la erradicación de la pobreza debe ser el resultado de un esfuerzo colectivo de largo plazo.

Hay mucho trabajo por delante, pero aquí hay tres consideraciones clave. Las mujeres rurales y los jóvenes deben estar en el centro de la transformaciónLas estadísticas nos muestran que la mujer rural y los jóvenes son hoy los grupos más afectados y los más vulnerables a la pobreza en todas sus dimensiones. Por eso, todos los esfuerzos de recuperación y de transformación del campo, deben tener como protagonistas a estos dos grupos, no como beneficiarios pasivos de ayudas estatales, sino como agentes de cambio con grandes capacidades de innovar y mejorar sus condiciones individuales, de sus familias y de sus entornos.

Pasar del diagnóstico y el plan, a implementar

Con información estadística oportuna y robusta que orienta la política pública, con horizontes y metas de largo plazo y con planes de choque para la acción como el Conpes de reactivación y la ley de inversión social, el reto es fortalecer el liderazgo y la capacidad institucional para la implementación de estos planes.

Así mismo, es muy importante que los departamentos y municipios del país usen esta información para el reajuste de sus planes y presupuestos, y que se prioricen las zonas e indicadores en donde más se han abierto las brechas.

De cara a las elecciones de 2022

De cara a las elecciones del próximo año vale la pena preguntarse ¿qué han propuesto las alianzas, los pactos y los candidatos sobre la reducción de la pobreza y el desarrollo rural? Yo hasta ahora no he escuchado que el tema se haya mencionado. Es importante conocer cómo planean liderar esta urgente transformación.

Para concluir

Es importante destacar la labor del Dane en la estimación de la pobreza multidimensional, aún con los retos que puso la pandemia. Gracias a este esfuerzo institucional, contamos con información oportuna con la que se puede diseñar, rediseñar y focalizar la política pública y los programas de erradicación de la pobreza.

Los retos del campo son por supuesto mucho más amplios de lo que nos permite analizar el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). No obstante, IPM ofrece una mirada importante a condiciones socioeconómicas, más allá del ingreso, que sirve para orientar las políticas públicas en salud, educación, vivienda, trabajo y condiciones de la niñez y la juventud.

En el día internacional para la erradicación de la pobreza el llamado urgente a la acción debe ser contundente: el liderazgo y la acción decidida son fundamentales para la transformación del campo en Colombia.

Para lograr las metas de erradicación de la pobreza, todos los sectores del país están llamados a desempeñar un papel importante, desde el gobierno nacional y gobiernos locales hasta el sector privado, la academia y los grupos de la sociedad civil. Los próximos diez años son cruciales para acelerar la transformación del campo, para cerrar las brechas y no dejar a nadie atrás.