El anterior Fondo Nacional de Regalías aportó gran parte de sus recursos para sobrepasar los estragos del invierno de 2011. ¿Qué tanta inversión se pueden esperar del ente actual, el Sistema General de Regalías, para la atención del desastre?

La avalancha que ocasionó la tragedia en Putumayo ha dejado una capital bajo el lodo en donde lamentablemente fallecieron más de 300 personas. Familias devastadas por el dolor de perderlo todo, ponen a los colombianos a pensar si esta fue una catástrofe que se pudo evitar y aunque los esfuerzos de gobierno, empresa y sociedad civil deben concentrarse en la reconstrucción emocional y material de Mocoa, tenemos que preguntarnos qué está pasando con la riqueza y cuál es la prioridad de la inversión nacional. No olvidemos que antes que cualquier fondo que vele por el desarrollo, la ciencia y la educación, la prioridad de Gobierno y Estado es el derecho a la vida.  

Hace 6 años durante la pasada ola invernal en 2011, la más dura durante los últimos 40 años en el país, en donde se reportaron más de 310 muertos y más de 2 millones de damnificados y desplazados ambientales según la Dirección de Gestión al Riesgo, fue el anterior sistema, el Fondo Nacional de Regalías, el que aportó un 48% de sus recursos para la reconstrucción del país y atendió obras como la construcción de canales, desvío de arroyos, vivienda social y reforestación. Los recursos del petróleo pesaron en su momento.

Ahora con esta nueva emergencia, cabe recordar que Putumayo es un departamento petrolero. Que además, como cualquier otro departamento del país recibe ingresos del nuevo Sistema General de Regalías (SGR). El Sistema nace el 17 de mayo de 2012, después de la ola invernal, bajo la ley 1530 y se alimenta por los recursos que vienen de la explotación minero-energética. Los proyectos del sistema superan los 23 billones de pesos desagregados en 3043 proyectos de transporte; 1157 de educación; 309 de ciencia y tecnología; 917 de agua potable y más de 1000 proyectos para vivienda (cifras obtenidas desde el SGR a enero de 2017).

Entonces, la pregunta es: de dónde va a salir la plata para la reconstrucción y prevención de desastres en el Putumayo, ya que los recursos del SGR se han materializado en escuelas de música, plazas de mercado, celdas solares, bibliotecas y ambulancias, pero, qué hay de la prevención de desastres. Lo primero es garantizar la vida, sin ella no hay desarrollo que valga.

El sector minero-energético es uno de los que más aporta al fisco nacional y vale la pena conocer cuánto de la plata del SGR va a ayudar a recuperar Mocoa, entendiendo que el uso de las regalías supone la mayor eficiencia y la prioridad en cualquier gobierno es proteger la vida y evitar ponerla en riesgo. Parece, que no hemos aprendido a prevenir desastres, que muchos señalan evitables, y el dinero de los colombianos se va en reconstruir, cuando ya pasó por encima la calamidad.

La tragedia fue anunciada y qué pasó con el OCAD (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) en donde a pesar de las advertencias del Representante conservador, Orlando Guerra de la Rosa, el 5 de agosto de 2015 expresó que la tragedia se podría presentar en Mocoa y otros 12 municipios que se encuentran en alto riesgo de desastre, por posibles desbordamientos de los ríos de la cuenca amazónica; el Río Putumayo se “ha metido varias veces en el casco urbano”, afirmó el Representante y a pesar de todo, no se tomaron las medidas de canalización, ordenamiento o reforestación, que pudieron ser financiadas por regalías en una época de bonanza, urgentes para salvar a los mocoanos y mocoanas de un desastre advertido y evitable.

Para mayor información sobre impactos sociales y económicos del sector petrolero en colombia, visite:www.crudotransparente.com  

Politólogo de la Universidad de los Andes y Master en periodismo del Clarín con una investigación sobre luchas sociales en entornos digitales, por proyectos petroleros no convencionales, fracking. Especialista de la facultad de comunicación de la Universidad Javeriana en Televisión. Mis intereses...